Martes, diciembre 5, 2023

¡A la bio, a la bao, a la bin, bon ban!

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Todos sabemos que el título de esta columna corresponde a una conocida y usada expresión de festejo y de animación deportiva que en México conocemos como porra y aunque pueda parecer un disparate les aseguro que tiene que ver con el tema de esta columna; por esta razón les prevengo que líneas más adelante aclararé este asunto. Perdonen la obviedad, pero puedo asegurar que todos estamos conscientes de que la lengua mayoritaria en nuestro país es el español. Como casi todos los idiomas, este tiene una larga trayectoria de desarrollo y de transformaciones en la que intervinieron diferentes lenguas de la península ibérica y de otros pueblos con los que los habitantes históricamente tuvieron contacto.


Aparte de algunas palabras que los lingüistas han identificado como sobrevivientes de la era prerromana, muchas se agregaron de las relaciones con los griegos, otras de comerciantes del Mediterráneo oriental como los fenicios, otras más procedentes de pueblos norafricanos como los cartagineses, pero fue el latín la lengua que se extendió casi por toda la península ibérica, excepción hecha de los vascos, y es el cimiento reconocido del español o castellano; la contribución léxica de los pueblos germanos fue también importante. Pero en el siglo viii, la invasión militar de árabes y bereberes a España, así como la ocupación de los territorios, la posterior dominación y colonización por espacio de casi ocho siglos, agregó al latín vulgar (ordinario) y al naciente castellano una gran proporción de palabras árabes que después de cinco siglos aún se siguen usando y han sido trasmitidas a los pueblos de América dominados por la Corona española. Estos términos, abundantes en el español cotidiano, son conocidas como arabismos. Muchos son los libros dedicados a este tema y uno de los más elogiados por su sencillez el de don Antonio Alatorre, “Los 1001 añós de la lengua española”.

¡Ojalá que te vaya bonito!

Prácticamente no existe una expresión acerca de nuestro deseo de que algo suceda, para bien o para mal, sin que incluyamos el “ojalá”. Resulta que esta interjección es una invocación a Alá que en el árabe andalusí era muy corriente y la cual mantenemos todavía con un uso generalizado. Según la definición de la rae, la interjección procede “del ár, hisp. law šá lláh’, que literalmente significa “si Dios quiere”. Es por eso que resulta ser una redundancia expresar ¡Ojalá Dios quiera!, porque es como si dijeramos “Si Dios quiere Dios quiera”. Actualmente la misma expresión en el árabe contemporáneo es Insha´Állah, si tal es la voluntad de Dios o ʾin šāʾa -llāh, “si Dios quiere”.

“Ojalá” me haya podido explicar convenientemente para ustedes.

Se puso hasta atrás

Otro término procedente de la lengua árabe es la preposición “hasta” que es un arabismo funcional, lo cual explica Ingermar Lindqvist, investigador de la Universidad de Estocolmo, quien afirma que “Las palabras funcionales son las que principalmente tienen una función gramatical y sintáctica,…”. Su origen árabe es consignado por el investigador Mario Portilla Chaves en su trabajo “El origen de las preposiciones en español”, quien nos dice que “hasta < E. ant. adta (también ata, hata, fata, fasta) ‘hasta’ < árabe háttà ‘hasta’ Esta preposición aparece atestiguada en español a partir del siglo x.” Perdonen la digresión, pero quiero decir que el uso que damos a “hasta” en México es muy particular, porque lo tomamos como inicio y no como término. El reconocido académico don José Moreno de Alba dedicó un artículo de su libro “Minucias del lenguaje” a la preposición y adverbio “hasta” en el que ofrece los siguientes ejemplos que facilitan la explicación:

“Otro ejemplo: si digo `esta tienda abre hasta las once´, mi interlocutor mexicano puede entender que `abre a las once´ o que `cierra a las once´. Estrictamente hablando, un letrero que dice `la documentación se recibe hasta el 15 de agosto´, poco aclara al público mexicano, pues puede entenderse que el trámite tiene que hacerse `a partir del 15 de agosto´ o que debe hacerse necesariamente `antes del 15 de agosto´.

Debo aclarar que la lista de palabras que mostraré a continuación va acompañada de la palabra en árabe hispánico o andalusí (dialecto del árabe clásico), en cursiva y dentro de un paréntesis. De acuerdo con la doctora Concepción Company, el árabe es la lengua que ha contribuido de manera importante al español y forma parte del adn de éste con casi 5 mil palabras. Víctor García de la Concha, quien fue director de la rae y posteriormente del Instituto Cervantes, ha destacado que la lengua española contiene cerca de 10 mil palabras árabes, recogidas en el diccionario de la Real Academia de la Lengua (drae).

En la tienda


Como “la patita” de Cri cri prepararé mi lista de compras para no olvidar aquello que me hace falta o que quiere la familia. Podemos empezar con lo que compraré en la tienda del barrio (tarrā) o almacén (al-majzan) como el aceite (azzáyt=extracto de la aceituna (al-zaytūn), unas latas de atún (attún), 2 kilos de azúcar (as-sukkar), un kilo de arroz (ar-ruzz), un paquete de fideos (fidáwš), un jarabe (šaraāb) de anís, un paquete de algodón (al-qutun), un sobrecito de azafrán (Al-za‘farān), una botella de alcohol (al-kuhl), 100 gramos de ajonjolí (al-yulyulan), una caja de mazapanes (pičmáṭ), y otra de alfajores (fašúr), dos kilos de café (qahwah), unos duraznos en almíbar (almíba) un kilo de alubias (al-lūbīa) unos 50 g. de alcanfor (alkafūr), un frasco de alcaparras (alkappárra). Algunos de estos productos los guardaré en la alacena (alẖazāna); llevaré también una jarra (jarah), un juego de tazas (tasah) y de paso compraré unos tabacos (ṭub[b]āq), aclaro que este nombre se refería originalmente a otra planta y no a la planta americana que también fue denominada tabaco. Comprar aquí es de verdad un ahorro (ḥúrr), mismo que guardaré en la alcancía (alkanzíyya), Por eso estamos convencidos que hacer la compra en este almacén no fue un viaje de balde (báṭil)

En el mercado

Seguramente en los puestos del mercado encontraré limones (līmūn), naranjas (naranǧa), toronjas (turúnǧa), albahaca (alhabáqa) y zanahorias (safunnārya) para agregar a las albóndigas (al-bunduqa); compraré berenjenas (bāḏenjān), espinacas (sabānej), acelgas (assílqa), alcachofas (jūršūf), albaricoques (albarqúq), una buena sandía (sandíyya), unos chiles en escabeche (assukkabáǧ), unos tamarindos (tamr hindī), para preparar un agua fresca y un mandil (mandīl) nuevo. También podré comprar algunas flores como jazmines (yāsamīn), azucenas (asussána), alhelíes (alẖayrí), azahares (azzahár), alcatraces (qaṭrás) y también agregaré un manojo de alfalfa (alfáṣfaṣ[a) para alimentar al chivo (alǧúbb), también al marrano (muḥarrám) y lo que sobre será para los patos (páṭṭ), etc.


En la casa

Llegué a la casa y llamé varias veces con la aldaba (aḍḍabba), pero nadie me abría el zaguán (istawán). Quién sabe dónde andarían aquellos fulanos (fulán), los albañiles (al-banni’), que deberían estar en el patio pegando tabiques (tašbík) para la barda (barda‘ah) y colocando adoquines (addukkán o addukkín) en la azotea (assuṭáyḥa). Al poco rato de estar en casa me empezó a dar una jaqueca (šaqíqa), uno de tantos achaques (aččakká), y me recosté en el sofá (suffah) con una almohada (al-mujadda), dejé mis babuchas (bābūš) en un rincón (rukán) de la alfombra (al-ḥumra). Mi esposa está en la alcoba (alqúbba) azul (lazawárd), acicalándose (ṣiqál o siqál) y afanándose (faná) para verse bien, poniéndose sus alhajas (alḥáǧa) unas arracadas (arraqqáda), tambén su camafeo de marfil (aẓm alfíl) con un alfiler (alẖilál) de seguridad que arregló con unos alicates (allaqqáṭ), una pulsera de lapislázuli (lāzaward) y un anillo con un circón (zarqūn). Se puso un poco de perfume en la nuca (nuẖā) y una mascada carmesí (qarmazí) terminando su tarea (ṭarīḥa) de arreglo personal.

Podría agregar muchísimas palabras, en nuestro español cotidiano, procedentes del árabe, pero la tarea (ṭarīḥa) sería interminable. Baste una somera lista para que podamos constatar la presencia tradicional de este idioma en el nuestro, amén de otras nuevos términos que a través de los medios de comunicación se siguen incorporando, aunque no sabemos si tendrán fortuna en el español y perdurarán. Muchas veces estos vocablos se agregan al castellano con las connotaciones negativas que inducen los medios de comunicación con propósitos ideológicos maliciosos; el pretexto, afirman, es “tratar de explicar” al público, mediante el uso de sinónimos o paráfrasis, aquello que suponen un nuevo conocimiento y así frecuentemente producen una alteración —intencional— del mensaje original creando uno nuevo, tanto en la forma, en la fonología y especialmente en el sentido. Así, las palabras “yihad”, “yihadismo”, “islam”, ”islamista”, “chiismo”, “sunismo”, “Ramadán”, “hiyab”, “burka” y “sharia”, terminan siendo sinónimos de fanatismo, radicalismo o terrorismo, sin mediar distinción alguna.

Va la lista prometida

Almanaque (almanáẖ), cafre (kāfir), maroma (mabrúm[a]), momia (mūmiyā’), daga (ṭáqa), cenefa (ṣanífa), alcahuete (alqawwád), tambor (tanbur), guitarra (qītarah), jeta (jaṭm), loco (láwqa), aldea (addāy‘ah), dados (a‘dād), tarifa (ta‘rífa), alcantarilla (al-qantara), atarjea (attašyí), fanfarrón (farfál o farfár), alquiler (alkirá o alkirí), mono (máwna), alberca (albírka), alpargata (alparḡát), , alfarería (alfaharería); arsenal (ãdár aṣṣán‘a), asesino (ḥaššāšīn), alacrán (al‘aqráb), cero (ṣífr), hazaña (ḥasána), arrayán (arrayḥán), jabalí (ǧabalí), jirafa (zarāfah), latón (lāṭūn), máscara (masẖarah), matraca (maṭráqa), rubia (rūbiyah) referido a una moneda, no a una güera; talco (ṭálq), tarima (ṭaríma), joroba (ḥadúbba), jinete (zanáti), ademán (addíman o addamán), etcétera

Existen muchos términos controvertidos como el saludo informal ¡hola! que consignaba la rae hasta hace unos años, pero Joan Corominas afirmó que no es admisible la etimología arábiga (wâ lak) ¡Oh tú! La voz de alarma andalusí aw‘á dio origen, probablemente, a la expresión ¡agua va! (aw‘á ba‘ád). La palabra “matarile”, del juego infantil, (má tarí li ) ha perdido su significado original que es ¿qué me ves? Topónimos hay muchos como Alcalá (al-qal’ah), Gibraltar (yabal Tariq), Madrid (Mayrit), Valladolid (balad al-Walid), La Mancha (la’a Ma-anxa) y conocidos en el español de México podemos citar Guadalajara (wādī al-hijārah, ‘río o cañón de piedras’) o el nombre Guadalupe, palabra híbrida del árabe y el latín (árabe wādī y el latín lupus, lupi) que significa ‘río de los lobos’). Algunos apellidos comunes en nuestro país son de origen árabe como Venegas, Benavides, Solís, Barroso, Alcántara, Castillo, Cortés, Gálvez, García, Herrera, Guerra, Lara, Méndez, Morales, Pérez, Salas, Paez, etcétera. La fraseología heredada de los árabes es también muy abundante y significativa en nuestra lengua como la expresión de bienvenida: “ofrecer el pan y la sal” (Al-jubzu w al-milḥ).

Habibi pa´ mis cuates y kul khara pa los “ojeis”

Cerca de la pubertad, a los chamacos les da por buscar groserías en los diccionarios, aunque con poco éxito. Pero no faltó aquel compañero, de origen libanés, que nos enseñó una retahíla de majaderías en árabe, mismas que no voy a repetir aquí, pero cuando interrogué a un egipcio al respecto para comprobar el asunto, se negó terminantemente a revelarme el significado de estas. En otra ocasión le pregunté a un guía de turismo cuál era el nombre de una canción árabe (que apenas recordaba) y que tenía en su letra “ya habibi” que quiere decir en español “vamos mi amor” “vamos mi querido”, me miró fijamente y me contestó laconicamente con gesto de fastidio… ¡todas! La expresión Kul khara del árabe significa “come caca” que, curiosamente, es usada también en la lengua náhuatl de manera idéntica: xicua cuitla.

¡A la bio, a la bao, a la bin, bon ban!

Todos hemos “echado” con frecuencia una de las clásicas porras por motivos de regocijo y para estimular a alguna amistad, institución, agrupación social o equipo deportivo ¿verdad? Bueno, lo que yo no sabía y seguramente muchos de ustedes tampoco es que esta expresión viene del árabe directamente y tiene el mismo sentido que en castellano. ¡Alla’ibín áyya ba’ád alla’ib bón bád! que significa en español “jugadores, venga ya, el juego va bien”. Pero esto no lo consulté en el periódico “El Chorrito Vespertino” de San Cirindango de las Iguans, sino en el discurso de recepción pública que el académico don Federico Corriente leyó el 20 de mayo de 2018 para su ingreso en la rae  (Real Academia de la Lengua Española) y los remito al texto completo

¡Échense ese trompo a la uña!


Alatorre, Antonio. Los 1001 años de la lengua española. México: Ed. cfe, 3ª. ed. 2002, 416 p.

Lindqvist, Ingemar. Arabismos en el español cotidiano. Un estudio diacrónico de frecuencias. Estocolmo: Universidad de Estocolmo, 2021, 79 p. [Consultado: diciembre 2022] https://www.diva-portal.org/smash/get/diva2:1564928/FULLTEXT01.pdf

Portilla Chaves, Mario. El origen de las preposiciones en español. Madrid: Revista Filología y Lingüística, Universidad de Costa Rica, No. 37, 2011, 16 p. ISSN: 0377-628x [Consultado: febrero 2o19] https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/filyling/article/download/2356/2310/3821

Moreno de Alba, José G. “Hasta” p. 24-26. En Minucias del lenguaje. México: Ed. Océano, 1987, 160 p. 

Company Company, Concepción. El árabe es el segundo adn cultural de los hispanoparlantes: Concepción Company Company. Boletín de El Colegio Nacional (29 de septiembre de 2022). [Consultado: octubre de 2023]. https://colnal.mx/wp-content/uploads/2022/09/EL-ÁRABE-ES-LA-LENGUA-QUE-MÁS-HA-APORTADO-AL-ESPAÑOL_-CONCEPCIÓN-COMPANY-COMPANY_compressed.pdf  

Juan Corominas, fue un filólogo, lexicógrafo y etimólogo español, autor entre otras obras del  del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, del Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana, que hizo grandes aportaciones al estudio del catalán, castellano y otras lenguas romances (Wikipedia). 

drae. Hacia una revisión de los arabismos y otras voces con étimos del romance andalusí o lenguas medio-orientales en el Diccionario de la Real Academia Española. [Consultado: marzo de 2019]. https://www.rae.es/sites/default/files/Corriente_55_118_Reducido.pdf

Corriente, Federico. La investigación de los arabismos del castellano en registros normales, folklóricos y bajos. Discurso leído el día 20 de mayo de 2018 en su recepción pública por el Excmo. Sr. D. Federico Corriente y contestación del Excmo. Sr. D. Juan Gil. (pag. 32). Madrid: rae. [Consultado: 12 de noviembre de 2022] https://www.rae.es/sites/default/files/Discurso_ingreso_Federico_Corriente.pdf

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