“Nuestras tierras. Nuestro futuro”. Lema del año 2024 del
“Día Mundial del Medio Ambiente”
El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por primera vez por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972. Cada año, lo auspicia un país diferente, y en este 2024 el anfitrión y organizador es Arabia Saudita. Más allá de la realización de una Cumbre Anual de Jefes de Estado y Ministros de la que poco o nada se avanza, lo importante es hacer consciencia en la población mundial de la urgente necesidad de actuar para detener el deterioro del medio ambiente, y restaurar los ecosistemas; debiendo actuar con mayor responsabilidad los países desarrollados que son más consumistas.
La tierra está sometida a una presión cada vez mayor debido a la deforestación, la urbanización, el desarrollo industrial, la expansión de la agricultura y las prácticas agrícolas insostenibles, que están socavando su capacidad para sustentar la producción de alimentos, mantener los recursos de agua dulce y forestales, así como para regular el clima y la calidad del aire.
La superficie terrestre, incluidas las montañas, colinas, mesetas y llanuras, proporciona servicios vitales, como oxígeno, alimentos y agua, que son esenciales para la vida; además, alberga gran parte de la biodiversidad del planeta.
La tierra desempeña una función fundamental en el sistema climático, puesto que actúa como un sumidero de carbono, ya que sus superficies, como los bosques, regulan la temperatura del planeta y ayudan a almacenar el carbono. Solo en la última década, los ecosistemas terrestres absorbieron alrededor del 30 por ciento de las emisiones de carbono producidas por las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles.
El cambio climático agrava cada día la degeneración de la tierra a través de la sequía, la desertificación y otros fenómenos meteorológicos extremos que aumentan en frecuencia e intensidad a medida que el planeta se calienta, como el aumento del nivel del mar, sequías más largas e intensas, lluvias más fuertes que provocan inundaciones y desprendimientos, así como tormentas tropicales más frecuentes e intensas, empeorando la degeneración de la tierra; muestra de ello son las recientes olas de calor y la ausencia de lluvias.
También puedes leer: Elecciones históricas
El deterioro de la tierra está repercutiendo severamente la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua, el desequilibrio de los ecosistemas, pérdida de la biodiversidad, destrucción de hábitat de flora y fauna, la pérdida de servicios ambientales, sequía, desertificación, inestabilidad social y económica, y afecta de forma directa a la mitad de la humanidad.
El deterioro de la tierra disminuye la capacidad del suelo para almacenar carbono. Además, cuando se talan o queman los bosques, se libera el carbono que han almacenado. Un informe de las Naciones Unidas de 2018 reveló que la deforestación, por sí sola, representaba alrededor del 10 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el ser humano.
¡Actuar ya! La restauración, que incluye la agroforestería, la gestión de pastos y la regeneración natural asistida, así como la protección de zonas importantes para la biodiversidad y el suministro de recursos naturales como el agua, y las prácticas de gestión sostenible de la tierra, pueden proteger los ecosistemas, así como ayudar a regular los patrones climáticos locales, mejorar la calidad del agua y proteger la biodiversidad; esto es hablando solo del sector primario, la participación del sector industrial y de servicios debe ser holística y estricta para tener resultados verídicos y no solo buenas intenciones.
Cientos de comunidades en el mundo, incluyendo México, se unen para impulsar acciones para mitigar el cambio climático y el deterioro de los recursos naturales; estas reconocen, en su cosmovisión, que la naturaleza es fuente de vida y sustento, demostrando la interdependencia entre sus ecosistemas y los seres vivos que habitamos la tierra; sin embargo, lo que ocurre en las grandes ciudades del planeta indica que solo es consumir y consumir.
Ahora que México tendrá como presidente de la república a una mujer experta en temas de medio ambiente, seguramente su equipo habrá de integrar una agenda medio–ambiental con grandes inversiones y con especialistas al frente para atender esta urgente tarea que, por décadas, se ha tomado a la ligera.
“Una sola Tierra” y su enfoque sobre una vida sostenible en armonía con la naturaleza, deberá ser una tarea diaria tan pertinente como el agua, el aire, la tierra, los bosques y sus manantiales, hasta que el canto del gorrión y el vuelo del colibrí vuelvan a embellecer los campos y los jardines.
Te podría interesar: Carro casi completo