Son 32 municipios del estado de Puebla los que tienen un mayor riesgo de trabajo infantil, de los cuales 27 ya cuentan con una comisión para prevenirlo, combatirlo y erradicarlo, informó el titular de la secretaría del Trabajo (ST), Gabriel Biestro Medinilla, en el marco del día internacional para eliminar esa práctica.
Se trata de Amixtlán, Cuetzalan, Huehuetla, Quimixtlán, Tepango de Rodríguez, Xicotepec, Tlacotepec de Benito Juárez, Texmelucan, Chiconcuautla, San Lorenzo Chiautzingo, Tepatlaxco, Huachinango, Juan C. Bonilla, Tepexi de Rodríguez, Amozoc, Chignahuapan, Libres Tehuacán, Tlaola, San Andrés Cholula, Tecamachalco, Atlixco, Cuautinchán, Atzompa, Huejotzingo, Coronango y Tepeaca.
Todos ellos ya cuentan tienen instalada la referida comisión, pero faltan los municipios de Santo Tomás Hueyotlipan, San Salvador El Verde, Tlahuapan y Zacatlán.
El funcionario estatal añadió que Puebla es la segunda entidad en el país con la mayor incidencia de trabajo infantil.
Las cifras más recientes del Inegi, del año 2019, refieren que en territorio poblano hay 282 mil 675 niñas, niños y adolescentes inmersos en ocupaciones no permitidas.
La tasa de trabajo infantil en esta entidad es de 18.3 por ciento, al igual que en Chiapas, solo es superada por la de Oaxaca, de 21.5 por ciento.
En ese mismo lugar se sitúa en cuanto a la tasa de ocupación peligrosa, que se refiere a que las niñas y niños laboren, por ejemplo, en la construcción, minas, cantinas o bares; es de 12.1 por ciento.
Además, con 7.4 por ciento se ubica en el cuarto escaño en el país con la tasa más alta de menores de edad que realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, es decir en horarios prolongados y en condiciones insalubres o peligrosas.
Por su parte, María Cabrera Ramírez, oficial de la Comisión del Proyecto Accionar de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), indicó que la pobreza es la principal causante del empleo infantil.
Añadió que a las niñas y niños que son obligados a laborar no acuden a la escuela y los que asisten no tiene un buen rendimiento. Por tanto, sus posibilidades de desarrollo a futuro se ven reducidas.
“Tolerar el trabajo infantil no termina con la pobreza, no termina con la exclusión. Por el contrario, aumenta las posibilidades de que las y los niños que se encuentran en esta situación no consigan ingresos decentes y un empleo estable cuando sean adultos”.
Leticia Ahuactzin Oryazabal, subsecretaría de Empleo de la ST, dijo que casi la mitad de infantes que trabajan, lo hacen con escasa o nula remuneración y son sometidos a largas jornadas.