De acuerdo con el Plan Operativo Homologado del Volcán Popocatépetl, actualizado este año con la administración de Salomón Céspedes Peregrina, son 24 comunidades de seis municipios las que se concentran en la Zona de Peligro Mayor, las cuales tendrían que ser evacuadas ante una posible erupción.
En dicho polígono habita una población de 56 mil 394 personas, según el Censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2020.
Además, siete localidades se encuentran en peligro por la emisión de flujo de lodo, como es el caso de Santiago Xalitzintla, San Nicolás de los Ranchos, San Pedro Yancuitlalpan, Nealtican, San Jerónimo Tecuanipan, San Juan Portezuelos y Santo Domingo Atoyatempan, donde viven 29 mil 861 persona.
Mientras que la Zona de Peligro Moderado está compuesta por 42 comunidades de 11 municipios, entre ellas Huejotzingo, Domingo Arenas, Atlixco, Tochimilco, Huaquechula, Santa Isabel Cholula, Tianguismanalco, Calpan, Chiautzingo, Atzitzihuacán y Cohuecan, que suman una población de 73 mil 522 personas.
Por lo tanto, el Plan Operativo Homologado Volcán Popocatépetl destaca que existe un total de 129 mil 916 personas en zona de Peligro Mayor y Moderado, que habita en las inmediaciones al coloso.
La información se puede consultar en la página del gobierno federal, donde se encuentran los planes homologados de las entidades colindantes al Popocatépetl, como el estado de México (2019), Morelos (2019), Tlaxcala (2022) y Puebla, siendo el de la entidad poblana el único actualizado en 2023, para responder a una posible contingencia volcánica.
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El documento de Puebla –compuesto por 92 hojas– incorpora adelantos en materia de planificación de las emergencias, que tiene como principal característica establecer vínculos con la propia población en riesgo.
En una revisión que realizó La Jornada de Oriente al plan, destaca que la estrategia de Protección Civil, compartida entre gobierno y sociedad, “se basa en reconocer como fuerza fundamental de instrumentación las capacidades de organización y de respuesta de los habitantes de las comunidades emplazadas en las diferentes zonas de riesgo”.
El Plan Operativo de Puebla ha hecho estimaciones para considerar los impactos espaciales de tres tipos de erupción volcánica, estableciendo una delimitación casi concéntrica que es la que caracteriza a las manifestaciones de las amenazas, en Zona de Peligro Mayor, Zona de Peligro Moderado y Zona de Peligro Menor.
Para todas las zonas se consideran las mismas amenazas que son: flujos piroclásticos de material volcánico a muy altas temperaturas que viajan a la velocidad de 100 a 400 kilómetros por hora, así como los flujos de lodo (lahares) e inundaciones que, según estimaciones hechas por los especialistas, les tomaría de 10 a 30 minutos descender del volcán.
Además, incluye la caída de material volcánico considerado muy peligrosa sobre todo si su acumulación excede la resistencia de los techos de las viviendas del entorno del volcán.
Por lo tanto, advierte que “en las zonas de peligro se considera la ampliación de éstas según la amenaza adicional de flujos”, es decir, explica que diversas comunidades de riesgo moderado podrían ser consideradas como si estuvieran asentadas en las zonas de mayor peligro si tienen la amenaza de flujos.
Si no hay coordinación con las comunidades no habrá resultados
Para actuar en casos de emergencia y desastre, el documento advierte que se requiere la participación de las dependencias de gobierno en sus diferentes niveles, así como de otras organizaciones y grupos del sector privado y social, “y de manera destacada se debe considerar la coordinación con las comunidades en riesgo, ya que cualquier plan que se ponga en práctica si no se tiene la participación de los pueblos presentará severos problemas para que resulte exitoso”.
Para coordinarse con las comunidades, propone la creación de las Unidades Locales de Protección Civil y Consejos Municipales de Protección Civil, que tienen por objetivo eliminar la apatía y el fatalismo de la población que se asienta en cercanías del volcán.
Dicha Unidad expone debe estar integrada por un presidente (alcalde municipal, auxiliar o inspector), coordinador de vigilancia y alerta, coordinador de evacuación, coordinador de refugios temporales, coordinador de búsqueda, rescate y salvamento, así como un coordinador de salvaguarda de bienes.
El documento reconoce que la experiencia adquirida en los años anteriores deja como enseñanza que es necesaria la participación de la población y sobre todo de las autoridades municipales para que se pueda hacer frente a una contingencia del Volcán Popocatépetl.
Por último, puntualiza que el sistema de alerta volcánica está establecido en función de la actividad que muestre el volcán Popocatépetl, y los parámetros que permitan en un momento dado elevar el semáforo estará a cargo exclusivamente por el Cenapred.
Si el Comité Científico Asesor determina cambiar la alerta a Rojo Fase 1 expone que será comunicada por el Secretario de Gobernación al gobernador del estado, quien ordenará la evacuación si así lo considera necesario.
El documento anexa un registro de actividad volcánica significativa, desde la erupción pliniana (2999 antes de nuestra era) hasta el año 2017.
Además, añade los mapas de las 10 rutas de evacuación y la ubicación de los 205 refugios temporales que se habilitan ante una eventualidad, destacando el que se encuentra en el Centro Expositor Los Fuertes, que podrá albergar a 8 mil personas.
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