En 2025 el gobierno del estado de Puebla buscará retomar la prohibición de entrega de bolsas de plástico y popotes en los negocios, por lo que agremiados al sector Plásticos de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) buscarán que se eche abajo esa restricción y que se analicen esquemas que permitan la recolección de las mismas y su reciclaje.
Así lo informó Azael Velázquez, presidente de dicho sector, quien indicó que en esta entidad federativa se llegan a producir hasta 50 toneladas de bolsas de dicho material al mes.
“El tema no es prohibir, también tenemos que buscar cómo recolectarlas y traerlas en su momento de regreso. El tema que va a venir el próximo año se pretende retomar la legislación de prohibición de bolsas, vamos a estar platicando con el gobierno entrante”, indicó.
Admitió que hasta el momento no tienen alguna alternativa de solución planteada, pero señaló que la que propondrán tendrá que estar relacionada con promover que se reciclen.
El dirigente mencionó que el plástico es uno de los materiales más útiles en la vida cotidiana y en la industria. Durante la epidemia de Covidd-19 tuvo gran relevancia en el control de la propagación del virus SARS-Cov-2, puesto que se ocupó, entre otras cosas, para la producción de botellas que contenían gel antibacterial.
Durante ese periodo de la emergencia sanitaria, la demanda del mismo incrementó 20 puntos porcentuales.
Con fecha doce de julio de 2019, fue publicada en el Periódico Oficial del Estado de Puebla, la reforma a la Ley para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos y de Manejo Especial, con la que se prohibió la entrega de bolsas de plástico y popotes en negocios.
A nivel mundial, se estima que más de 8 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos cada año, y las bolsas plásticas representan una parte significativa de esa contaminación.
En México, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), cada persona usa en promedio 400 bolsas de plástico al año, lo que resulta en millones de unidades desechadas de manera inapropiada.
La misma dependencia refiere que las bolsas de dicho material pueden tardar entre 100 y 400 años en descomponerse, liberando microplásticos en el proceso.
Estas partículas son ingeridas por animales marinos, aves y otros organismos, lo que afecta a toda la cadena alimentaria y, eventualmente, a los seres humanos.
La contaminación por plástico afecta a ríos, lagos y costas, que en México se encuentran entre los ecosistemas más vulnerables.
En Puebla, donde afluentes como el Atoyac y el Alseseca han sido históricamente afectados por desechos plásticos, la situación exige una acción urgente para prevenir el daño irreversible a los ecosistemas acuáticos.