La migración humana de México, Centro y Sudamérica, Asia, África, de quienes salen de su territorio buscando mejorar sus condiciones de vida en Estados Unidos de Norteamérica o Canadá, conlleva médicamente problemas de salud, porque todo cambio regional es riesgoso, importante y trascedente, baste; imaginar que el traslado es un acarreo de patógenos de zonas tropicales a zonas no tropicales, lo que lleva implícito acarreo de ellos a lugares donde no los hay, aderezado el fenómeno porque enfrentan condiciones de vulnerabilidad, desprotección social, falta de atención de salud y a sus necesidades básicas imperiosas, perder sus derechos humanos básicos, exponerse a carecer de recursos personales, sociales, legales, factores que inciden en poner en riesgo su bienestar y vida, convertirse en grupo socialmente vulnerable que expone en el territorio al que llega su potencial patógeno y se dispone a recibir el de ellos, fuera de los condicionantes de salud que tiene su región y clima. Un ejemplo típico de migración es la rabia, que bien entendida nos permite apreciar la migración patógena de animales y humanos expuestos a su contagio, donde humanos vivimos en un medio rodeado de perros y gatos portadores de un virus de la familia Rhabdoviridae, género Lyssa Clase II, con un genoma de cadena simple de ácido ribo nucléico de polaridad negativa (ARN mc –), que tiene forma de bala, de 200 milésimas de milímetro de largo por 70 de ancho, cubierto por una cápside helicoidal, que inoculan al morder los animales para llegar al cuerpo humano a través de la herida del animal rabioso, mordedura por cuya herida la saliva deja al virus, que es atraído por las neuronas motoras, viaja en sentido retrógrado, replicando hacia el tronco central hasta llegar al sistema sensitivo motor y autónomo; después regresa a los órganos periféricos; en tanto causa encefalitis con pocos daños físicos evidentes, el sistema límbico dañado desde la etapa temprana eleva la producción de cortisol e induce agresividad; el virus se concentra en saliva, por ello la mordedura lo transmite; finalmente induce estado de coma y el infectado muere. La Organización Mundial de la Salud estima unos 50 mil humanos infectados cada año, 90 por ciento por mordedura de perros, secundariamente por la de gato o de algún otro mamífero o con aerosoles de heces de murciélago. El peligro es cuando los animales domésticos están en contacto con animales silvestres, más frecuente en poblaciones rurales, donde zorrillos, zorros, mapaches, murciélagos, portan los virus, que a partir de acto migratorio transmiten la rabia, que tiene un periodo de incubación sin síntomas de 14 a 90 días después de la mordida, pudiendo a veces prolongarse hasta dos años. Los primeros síntomas de la rabia humana son: flojera mental y física, temperatura, inestabilidad emocional, malestar en torno al sitio de mordedura con insensibilidad o sensibilidad exagerada. El periodo clínico o de estado da la verdadera expresión rabiosa, cuando se observa aumento del tono muscular, ansiedad, episodios de agresividad, dolores articulares, repulsión a la ingesta de agua (hidrofobia), contractura de músculos laríngeos y respiratorios tan sólo con ver, tocar o pensar en agua; siguen convulsiones, alucinaciones, parálisis, ocurriendo a la par salivación abundante; finalmente se muere en un lapso no mayor de cinco días. Se reporta otro cuadro clínico, llamado “rabia tonta”. 20 por ciento de infectados presenta adormecimiento progresivo del cuerpo hasta parálisis flácida, afectando a los músculos respiratorios, después delirio y coma. La pregunta obligada de quien lee debe ser ¿cómo actuar ante quien sufre una mordedura de perro sospechoso de rabia? 1. Si es posible identificar al perro, envíelo a la perrera municipal para sacrificarlo y buscar los cuerpos de Negri diagnósticos de rabia, medida obligada por que la evolución de la rabia es mortal, en 1977 se publicó un caso tratado excepcional que confirma la regla de mortalidad. 2. Limpie bien la herida con agua y jabón. 3. Riegue la herida con globulina inmune de rabia humana. 4. Aplique vacune contra la rabia. 5. No olvidar que no se conoce tratamiento médico para la enfermedad.
La rabia enfermedad causada por migración de animales y humanos es un problema de salud pública mundial del que ningún país está ausente, a pesar de lo que afirman los países primermundistas, aunque nadie sabe que vacunen a sus animales silvestres, no los tienen encerrados; por tanto, migran, siendo un peligro para la salud.