Después de la veda electoral, se ha reanudado la aplicación de los programas sociales que caracterizaron el presente sexenio y lo mantienen como su sello a tres meses de concluir. Será una rica herencia para el nuevo gobierno, como alternativa que para abatir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos.
El lunes pasado se inició la distribución del apoyo a los adultos mayores, correspondientes a julio y agosto. Con ello se han reanudado en otros ocho programas, más allá de apoyos diversos o medidas complementarias de beneficio social, como es el caso de la integración de los mexicanos sin seguridad social, al seno del IMSS-Bienestar. Al respecto, apenas el lunes pasado el gobernador del Estado entregó casi cuatro mil credenciales de dicha institución.
Esta política social ha sido uno de los elementos diferenciales en relación a los gobiernos anteriores, que tenían como visión del país la lógica del mercado, el adelgazamiento del Estado, la tenencia privatizadora en beneficio de la oligarquía financiera y que el resto de la población se rascara con sus propias uñas. El efecto no se podía esperar entonces y se evidenciaron en los resultados electorales.
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A diferencia de lo que señala la derecha y, particularmente el PAN, no correspondió a una medida de compra de votos y de conciencias, sino de un simple acto de justicia social, de resarcimiento de la explotación sufrida por la mayoría de los mexicanos por decenas de años. Nadie les regala nada, ellos se los han ganado por todo el trecho laboral andado y los aportes en la construcción del México de hoy.
36 millones le apostaron por la continuidad el pasado dos de junio, no tuvieron duda de ello, pero esperan que su situación mejore, no tiene por qué haber conformismo. El reparto equitativo de la riqueza implica muchos pasos y luchas por dar. Hay confianza en que con Claudia Sheinbaum se logrará.
Cuatro de las cinco iniciativas programadas para debatirse en las entrantes Cámaras están relacionadas a nuevos programas sociales o medidas de beneficio social, como es el apoyo a los educandos de escuelas públicas de educación básica, apoyo a las mujeres de sesenta a sesenta y cinco años y por último a la reforma a la ley del ISSSTE para mejorar el sistema de pensiones de los trabajadores al servicio del Estado. La quinta, es de otra naturaleza: la transformación del Poder Judicial, iniciativa que actualmente se debate en Parlamento Abierto.
Con ello iniciará bien el naciente sexenio y la presidenta electa irá cumpliendo lo que prometió en campaña, dándole un sello propio a la continuidad del proyecto de la 4T y así rompiendo con falsas apreciaciones como las señaladas por la prensa norteamericana.
Por cierto, el lunes pasado acudí a las oficinas de Bienestar, para reponer mi credencial de INAPAM, la cual extravié sin saber dónde. En lo que estuve en el lugar, una buena cantidad de mujeres acudían solicitando el apoyo prometido por Claudia Sheinbaum entre 60 y 64 años. Se les dijo obviamente que todavía que no, que la presidenta electa todavía no había asumido el cargo. Hay expectativas entonces, de tal manera que ahora hay que cumplirle a la gente.
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