Por cuarto año consecutivo se ha impedido al tiempero (pedidor de lluvia) de Santiago Xalitzintla, don Antonio Analco, subir al lugar sagrado conocido como El Ombligo para llevar a cabo un ritual de anticipación del ciclo agrícola, que inició el 2 de febrero con la bendición de la semilla.

Se trata de un ritual milenario, hoy sincretizado con el catolicismo, que se realiza desde la época prehispánica, según las evidencias arqueológicas encontradas en una treintena de sitios ceremoniales por los arqueólogos de alta montaña, Arturo Montero e Estanislao Iwanisewski, en las estribaciones de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, además de la aldea agrícola, con 2 mil años de antigüedad, excavada por las arqueólogas Patricia Plunket y Gabriela Uruñuela, donde se hallaron altares familiares y una interesante maqueta elaborada con arcilla que reproduce en miniatura a los volcanes.
Durante el periodo virreinal, esta tradición estrechamente vinculada al cultivo de la milpa fue adoptando algunas características de la religión católica, pero manteniéndose siempre alejada de la iglesia católica, institución que siempre condenó estos rituales considerándolos como obra del demonio e idolatría. Tan solo hace unos años pude presenciar las reprimendas del cura de Xalitzintla, regañando a las señoras que llevaban a bendecir las semillas de maíz y frijol en chiquihuites que contenían también pequeñas piedras que habían recogido al pie de una cascada en La Volcana y que, según la tradición, tenían un efecto protector en los terrenos de cultivo.

La persistencia de la memoria colectiva. Me parece que son al menos cinco las características de origen mesoamericano que perviven actualmente en el culto a los volcanes, sincretizadas con el catolicismo y que dan como resultado un singular mestizaje cultural que año con año se manifiesta en una religiosidad popular que tendría que ser reconocida como patrimonio cultural intangible en los estados de Puebla, Morelos y México.
1.- La primera característica de origen mesoamericano consiste en ser golpeado por un rayo: en la región de los volcanes el Rayo es una entidad sagrada de primordial importancia por dos razones fundamentales: por ser un vehículo a través del cual se revela la voluntad divina, que decide el destino de la persona que ha sido golpeada por él; y en segundo lugar por los cambios ontológicos que experimentan dichas personas, pues al alojar en su propio cuerpo el Espíritu del Rayo adquieren facultades curativas y adivinatorias que no existirían de no haber sido tocados por esta fuerza celestial. A diferencia de los “relampagueados”, que sólo fueron afectados por la luz del relámpago y sólo están obligados a entregar una ofrenda, el “rayado” incorpora a su persona el Espíritu del Rayo, que lo acompañará por el resto de su vida en la tierra y quizá, después de muerto, continúe aún como trabajador del temporal colaborando “en espíritu” con los vivos. En los últimos años en el estado de Morelos ha habido, al menos, tres casos de iniciación como pedidores de lluvia mediante la caída de un rayo.
2.- Una segunda característica es que el golpe del rayo faculta como chamán a la persona que lo ha recibido: Entiendo aquí por chamán a toda persona que ha experimentado una muerte y una resurrección simbólicas como signo de una apertura al mundo de lo sagrado. Una persona que ha recibido un mensaje iniciático de las deidades y el don correspondiente ya sea a través de los sueños, mediante disciplinas físicas, el padecimiento de alguna enfermedad o a través de imágenes mentales que surgen con el consumo de enteógenos . Una persona capaz de mantener un vínculo permanente con la dimensión espiritual que gobierna el mundo y a los seres vivos, incluyendo a los humanos, con una finalidad terapéutica, propiciatoria, adivinatoria y sacramental.

3.- Es muy importante comprender que en la cosmovisión mesoamericana la realidad que percibimos no se agota en su existencia material, sino que existe algo más, de carácter espiritual, que habita en lo material y con lo cual es posible que el chamán mantenga una relación permanente realizando los rituales adecuados. Eso espiritual que está latente en lo material, posee una voluntad y una intencionalidad en la que los humanos pueden incidir para darle una orientación determinada y de este modo obtener beneficios para la colectividad.
4.- Las revelaciones oníricas y/o el consumo ritual de enteógenos proporcionan una visión holística que hace evidente la unidad espiritual y material de los seres vivos entre sí y con el cosmos. Nada existe por sí mismo, todo se debe a una compleja red de interrelaciones de las partes con el todo.
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5.- A diferencia de la cosmovisión judeocristiana, cuyo mito, expuesto en El Génisis bíblico, plantea la creación del mundo en seis días por un Dios que después se retira de él, la cosmovisión mesoamericana concibe el mundo como habitado por deidades y espíritus desde los tiempos primigenios porque forman parte del mundo mismo. El panteón mesoamericano no es otra cosa que un conjunto de metáforas de ciclos cósmicos y meteorológicos que permiten, mediante rituales adecuados, actuar sobre la naturaleza deificada.
Esto explica por qué ciertos lugares en la naturaleza misma, ya sea una montaña, una formación rocosa como El Ombligo en Puebla, el Divino Rostro del Popocatépetl en Morelos, una cascada en la Iztaccíhuatl o una cueva como Alcaleca, en el Estado de México, sean lugares de culto, pues se trata de hierofanías, es decir, lugares que de un modo u otro se han revelado como manifestaciones de lo sagrado y que la tradición conserva como tales en la memoria colectiva de los pueblos. Estos son los rasgos esenciales que se han conservado en el culto a los volcanes a pesar de los cambios que se han incorporado por influencia de la sociedad moderna. No debemos confundirnos por estas modificaciones, tradición no quiere decir repetición de lo mismo, sino transmisión del carácter esencial de lo mismo.
Quisiera mencionar que los nombres de Gregorio Popocatépetl y Rosita Iztaccíhuatl, hoy tan populares, nos los dio a conocer don Antonio Analco a un grupo de universitarios en mayo de 1989, cuando hicimos un reportaje publicado en La Jornada De Enmedio. Para entonces don Antonio ya llevaba una década practicando el ritual, siguiendo los pasos de su fallecido padre, don Pedro Analco.
Desafortunadamente en los últimos años los lugares de culto a estos volcanes han sido violentados de distintas maneras, tanto en los estados de México y Morelos como en Puebla. En el caso de Puebla, fue debido a la decisión que hace 6 años tomaron los encargados de una mayordomía, separándose del tiempero de Xalitzintla. Desde entonces don Antonio se vio desplazado de los dos lugares donde realizaba los rituales de petición de lluvia, en el Popocatépetl y la Iztaccíhuatl, y ha optado por llevarlos a cabo en otros sitios que han sido consagrados para este fin.
Todo parece indicar que en la actualidad deberán coexistir dos modalidades: una de carácter virreinal, la de los mayordomos, que ocupan a un rezandero para pedir la lluvia directamente a Dios; y otra que sincretiza la cosmovisión mesoamericana con el catolicismo y también pide a Dios la lluvia, pero teniendo como intermediarios a los volcanes que se presentan en sus sueños.

a) La primera modalidad ha sido respaldada por el ayuntamiento de San Nicolás de los Ranchos y la Presidencia Auxiliar de Xalitzintla con la intención de promover el turismo, en lo que han denominado “Don Goyo Fest”, que evidentemente responde a lo que Eric Hobswaum denominó “invención de las tradiciones”. Hobswaum distingue entre tradiciones genuinas (desarrolladas de forma orgánica a lo largo del tiempo) y tradiciones inventadas, que tienen un propósito consciente de manipulación o consolidación de poder.
b) La segunda modalidad es la genuina prolongación de una larga tradición histórica y cultural no solo local, sino que se integra a muy antiguas costumbres ceremoniales para regular el clima en toda la región de la Sierra Nevada. Las circunstancias actuales han impedido que esta tradición pueda continuar rindiendo culto a los volcanes, considerados sagrados, en los lugares en los que se venía llevando a cabo desde tiempos remotos.
Lo que merece una explicación por parte de los mayordomos y el ayuntamiento es lo siguiente: si no se pide la lluvia a los volcanes como intermediarios, ¿Por qué se sube a rezar a más de 4 mil metros, pudiendo hacerlo en la iglesia del pueblo?
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