Lunes, septiembre 16, 2024

San José Xaxamayo: al menos 20 casos de cáncer en dos años; agua la posible fuente de la enfermedad

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En los últimos dos años en la inspectoría de San José Xaxamayo, ubicada al Sur-Oriente de Puebla capital, se han registrado al menos 20 casos de cáncer de diferentes tipos entre estos leucemia, de hígado y colón, padecimientos que han dejado al menos cinco muertes, dos de los cuales eran niños, revelaron pobladores de una de las comunidades más pobres de Puebla capital.

Sentadas en la plaza principal, más de una decena de mujeres teje servilletas para tortillas que vende a cinco pesos en la población más cercana que es la inspectoría Los Ángeles Tetela.

Sin dudarlo, las artesanas que contribuyen con esta actividad a la precaria economía de sus hogares, coinciden que el principal problema de los más de mil pobladores es la falta de acceso al agua y drenaje.

Una tubería dañada y la bomba descompuesta del pozo ubicado a unos kilómetros de la población dan cuenta de la falta del líquido que los lleva a consumir pipas de agua provenientes de pozos ubicados en San Antonio Arenillas y otras poblaciones ubicadas a la orilla de la presa Manuel Ávila Camacho, la cual podría estar contaminada con metales pesados, según señalaron los especialistas Jorge Alejandro Torres Jaramillo del Instituto de Ciencias de la Universidad Autónoma de Puebla (ICUAP) y Gabriela Pérez Castresana, de la Universidad Iberoamericana de Puebla.

Una de las tejedoras señala que por cada pipa tienen que pagar hasta mil 400 pesos, debido a que los choferes señalan que “vienen de lejos y tienen que cruzar la panga”.

Además del precio elevado, tienen que esperar una semana después del pedido para que el agua llegue a sus domicilios y puedan llenar sus cisternas con un líquido de dudosa calidad que se torna verdosa y deja arenosos los depósitos.

“Comemos sanamente, nuestra alimentación es normal, podría ser el agua de las pipas la que nos está enfermando, la usamos para lavar la ropa, los trastes, para bañarnos y si la vemos limpia la tomamos”, reflexiona la artesana con dejo de preocupación.

Otra tejedora estima que los casos de cáncer ya suman dos decenas en los últimos dos años, al tiempo que refiere que su abuelo murió de esta enfermedad, la cual le fue diagnosticada de manera tardía tras sufrir fuertes dolores de estómago.

El adulto mayor falleció en un hospital de la ciudad de Puebla tan solo medio año después de haber sido diagnosticado.

Como este, al menos otros cuatro casos de cáncer no se han identificado a tiempo porque en la comunidad no hay clínica, ni unidad médica a la que puedan acudir en caso de un padecimiento.

La unidad más cercana se encuentra en la inspectoría de Los Ángeles Tetela, a 15 minutos en automóvil o una hora a pie, ya que son pocos los pobladores que cuentan con vehículo, mientras que el transporte público deja de circular a las 11 de la mañana hacia el centro de la ciudad. 

Tampoco han oído hablar del programa “Médico en Casa” que lleva a cabo el ayuntamiento capitalino, instancia de la cual no reciben algún tipo de apoyo social.

“Urge una unidad médica. Muchas de las personas enfermas de cáncer no sabían que lo estaban. La mayor parte son casos de leucemia. Dos niños murieron recientemente, uno tenía 15 años”, acotó otra vecina.

A pesar de los casos registrados y de la evidencia de un problema de salud pública, a decir de los pobladores, ninguna autoridad sanitaria se ha acercado a realizar estudios, a generar un padrón de los casos registrados, ni a ubicar cuál es la fuente contaminante.

Recientemente, Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro de Derechos Humanos, Fray Julián Garcés, informó que a través de estudios científicos se ha documentado que la población infantil que vive en la zona donde pasa el acuífero contaminado del Atoyac, tanto en Tlaxcala como Puebla, tiende a crecer menos, debido a los daños tóxicos en su organismo.

Sostuvo que en la cuenca han identificado compuestos orgánicos volátiles y metales que al ingresar al organismo de las personas no logran expulsarse y entonces las personas corren riesgo de contraer una enfermedad grave como insuficiencia renal y cáncer.

Reclaman compostura de pozo

Los pobladores de Xaxamayo refieren que la atención al pozo, cuya bomba resultó averiada, terminaría con la carencia de agua pero también se requiere de la rehabilitación de la tubería.

Recuerdan que antes sacaban agua de otro pozo cercano a la comunidad, que en realidad le pertenece a Los Ángeles Tetela, por lo que los habitantes de esta última ya no les permiten consumir el líquido.

Un captador pluvial a 200 metros de la población es una muestra más de la corrupción que rodeó el gobierno de Mario Marín Torres, preso en el penal federal de Almoloya por violar las garantías individuales de la periodista Lydia Cacho Ribeiro.

La estructura se construyó en dicho sexenio cuando el priista, Alberto Jiménez Merino era el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural.

“Se supone que contendría agua pero nunca se terminó. El único depósito es nuestro jaguey que contiene agua de lluvia para que tomen los animales”, sostiene un campesino que recuerda una de las promesas incumplidas del exgobernador.

El supuesto contenedor es una estructura de cemento, semejante a una pista de skat, el cual se observa seco, lleno de basura y grafiteado, además de que nunca sirvió, como se había prometido para ser un receptor de agua.

“No hay energía eléctrica, ni alumbrado”

La energía eléctrica y el alumbrado público beneficia a menos de la mitad de la población, en tanto que la última vez que se tuvo este tipo de obras en la población fue en el trienio de Claudia Rivera Vivanco cuando se iluminó el panteón.

Sin embargo, este servicio no llega a las casas más alejadas, cuyos habitantes transitan a oscuras cuando regresan de sus trabajos por caminos escarpados en medio de la Sierra del Tentzo.

La falta de iluminación hace propicia la operación de delincuentes en una comunidad en la que no hay fuerza pública.

Recientemente un ladrón fue identificado después de robar en algunas casas pero logró escapar a bordo de una motocicleta que posteriormente dejó abandonada en el monte.

Aunque la población cerró la única entrada por carretera a la comunidad el ladrón escapó en medio de los cerros con rumbo desconocido.

Desde su fundación hace más de 100 años, Xaxamayo ha sido condenada a la marginación por políticos y autoridades indolentes a las que les representa escaso o nulo rendimiento electoral, refieren los pobladores al caer una noche helada de invierno.

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