José Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos de las Víctimas Minerva Bello, en Guerrero, visitó Puebla a fin de lograr una coordinación con la Fiscalía General del Estado para dar acompañamiento a víctimas de violaciones de derechos humanos.
“Las comunidades indígenas sufren desapariciones forzadas, desplazamientos y ejecuciones de sus habitantes, trasiego de drogas, hay matrimonios forzados y extractivismo”, aseguró Filiberto Velázquez, sacerdote activista que decidió fundar el Minverva Bello para mediar en las situaciones de violencia en la región de la montaña en Guerrero.
El sacerdote Filiberto Velázquez destacó en conferencia de prensa la urgencia del trabajo en conjunto de las comisiones de atención a víctimas de Puebla, Guerrero y Chiapas, ya que frecuentemente ocurren delitos en un estado, pero las víctimas radicaban o eran originarias de otro.
Respecto a las desapariciones denunció que suelen suceder dos “la forzada y la institucional”, y es en este contexto de revictimización en donde el Minerva Bello encuentra su principal compromiso. También resaltó que el centro de derechos que dirige, pretende ser “un aliado más” de colectivos poblanos que vienen realizando su labor desde hace años.
Este Centro que acompaña a familiares de desaparecidos y que cobija a migrantes, retoma su nombre en honor a la madre de uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2015. Como un homenaje a la lucha que emprendió hasta su muerte en hallar a su hijo Everardo Rodríguez Bello, quien era estudiante de la Normal Isidro Burgos.