Con la apertura de El jardín secreto de Lyn May, un tríptico que en su interior encierra la más profunda representación de la “auténtica reina de las vedettes”, el artista Antonio Álvarez Morán (Puebla, 24 de septiembre de 1959) cierra el ciclo pictórico y performático que ha creado en torno a esta actriz y bailarina mexicana desde 1986, conteniendo más de 15 obras.
Presentado en julio de este año en el Teatro de la Ciudad en el marco de la exposición virtual Lyn May y yo que está montada en el sitio electrónico alvarezmania.com, en la que se contiene la obra total que el artista ha realizado en torno a la vedette acapulqueña, aquella vez el tríptico estuvo cerrado mostrando solamente sus puertas también pintadas con la figura de Lyn May.
Luego de una primera apertura realizada en la Ciudad de México, en el Teatro Fru Fru y con la presencia de la propia vedette, la pieza que recuerda El jardín de las delicias pintado por el artista flamenco El Bosco fue abierta en Puebla en un acto performático que ocupó una sala del Museo Universitario Casa de los Muñecos de la UAP.
“Esta obra cierra el ciclo Lyn May, un ciclo que comenzó en 1986 y el performance continuo que viene desde 2005 llega a su fin con esta obra”, afirmó el también autor de series como Engaño Bendito o Holy watercolor: acuarela de agua bendita.
Puedes ver: Antonio Álvarez Morán y Lyn May celebran en Puebla su relación pictórica y personal
Durante una entrevista, detalló que la obra fue producto de un sueño: “Cuando estaba pintando tuve un momento de cansancio, me acosté debajo de un árbol, en un jardín, y comencé a tener una serie de sueños en los que vi figuras desnudas, animales y plantas extrañas, y de una de las fuentes apareció la figura desnuda de Lyn May quien me dice que debo de mantener el secreto del cuadro. Eso me da la pauta para ponerle el candado y cerrarla. Unos días después de la presentación vuelvo a tener un sueño en el que me dice que ha llegado el momento de abrirlo”.
Tras esa comunicación onírica, continuó Álvarez Morán, decidió buscar a Elsa Hernández, directora del Museo Universitario, para hacer este performance que duró apenas un par de horas en abrir y mostrar el interior del tríptico, además de proyectar un micrometraje hecho por José Carlos Álvarez en el que se da cuenta de aquel sueño vivido por el artista, mismo que puede verse en redes sociales.
La apertura de El jardín secreto de Lyn May cierra el ciclo dedicado a la vedette, afirmó el también muralista, porque ya son muchos años centrados en ella: desde 1986 suman ya 37 años que “ya son algo”, a la par de que es una obra para cerrar con broche de oro este trabajo.
Puedes ver: La pasión pictórica de Antonio Álvarez Morán por Lyn May se verá en exposición virtual
La pieza, concluyó el artista formado y formador de artistas en la Universidad de las Américas Puebla, marca el momento para continuar con otros proyectos como es el festejo por sus primeros 50 años de trayectoria artística cumplidos este 2023, pues dicho camino comenzó en 1973 cuando tenía 14 años. Para ello, agregó, prepara la apertura de la también exposición virtual con 50 obras, una por año, que al ser cronológica permitirá ver la diversidad, el cambio y la evolución en su creación.
Confió que será virtual porque sería prácticamente imposible hacer una exhibición física pues muchas de las obras ya no están en sus manos, desaparecieron o pertenecen a coleccionistas privados. “La ventaja de ser virtual, aunque no es lo mismo presenciar la obra física, llega a mucho más lugares, a más personas en cualquier parte del mundo”, refirió.
El jardín de Álvarez Morán, un paraíso terrenal
La curadora Adriana Alonso señaló que si en el siglo XV, la voluptuosidad, la sensualidad y la exuberancia inspiraron al pintor flamenco El Bosco a pintar el panel central de la obra El jardín de las delicias, estas características y la obra misma fueron la inspiración de Antonio Álvarez Morán para pintar El jardín secreto de Lyn May.
Al presentar la pieza expuso que a diferencia de El Bosco que representó un “jardín ilusorio dominado por los placeres de la carne, de los sentidos”, en su obra Antonio Álvarez “representa un paraíso terrenal real”, pues su musa es la vedette Lyn May, cuyo edén es Acapulco siendo además una de las primeras actrices en realizar desnudos totales en el cine y el teatro mexicano, desnudo que ahora se representa en el tríptico.
La historiadora del arte detalló que solamente unos cuantos han tenido acceso a la amplitud de ese edén y de la propia Lyn May, siendo precisamente Álvarez Morán quien “ha recibido los frutos del amor de Lyn May”, un “derecho que se ha ganado al ser uno de los grandes coleccionistas de la memorabilia y trayectoria de la actriz”, pues ha coleccionado imágenes que lo han inspirado en su obra: pintura, dibujo, arte objeto y performance.