En el subsuelo del Parque Juárez, en el zócalo municipal de Tecamachalco, fue hallado material arqueológico de hasta el año 900 años antes de esta era en común, cuya relevancia radica es que “no se contaba con estudios arqueológicos concernientes a la ocupación prehispánica en esta área urbana, por lo que la preservación de testimonios materiales del pasado reconoce la profundidad histórica de la localidad”.
Lo anterior, fue señalado por Martha Adriana Sáenz Serdio, investigadora auxiliar del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Puebla, quien acotó que gracias a la arqueología de salvamento se ha podido resguardar la memoria histórica de este municipio poblano.
Por medio de un comunicado, el INAH informó que como parte de un convenio entre Centro INAH Puebla y el ayuntamiento de Tecamachalco, se pudo recuperar material de los periodos Formativo Medio y Tardío (estimado de año 900 antes de esta era en común y el año 200 de esta era en común) hasta el Posclásico (que va del año 900 a 1521 de esta era en común), así como de los siglos XIX y XX.
Se indicó además que las excavaciones y supervisiones arqueológicas iniciaron el 30 de junio de este año, durante las obras de remodelación del sitio referido.
Martha Adriana Sáenz, titular del proyecto, relató que hasta ahora se han realizado ocho pozos de sondeo y se tiene previsto uno más, por lo que se espera concluir las labores a mediados del presente mes.
Leer más: El hallazgo de fósil en Molcaxac abrirá seminario paleontológico del INAH
“Tecamachalco es un territorio poco estudiado, ubicado entre el Altiplano Central y Oaxaca; los contextos prehispánicos hallados en el zócalo nos hablan de los primeros asentamientos humanos bajo la ciudad actual, que por su temporalidad corresponden a pequeñas aldeas agrícolas, habitadas, posiblemente, por los antecesores de los popolocas históricos”, puntualizó.
En el sector poniente del parque, las arqueólogas independientes Alicia Torres Porras y Leslie Cruz García identificaron un relleno cultural (depósito de residuos) que contenía abundantes elementos cerámicos asociados a la vida diaria, entre los que sobresalen fragmentos de vajillas, de más de mil 800 años de antigüedad.
Aunque en el lugar no se encontraron estructuras arquitectónicas, la cantidad de material recuperado es interpretado como desechos de actividades domésticas, lo que revela la manera en que las y los antiguos habitantes de la comunidad utilizaron el terreno.
En las inmediaciones de la estatua de sor Juana Inés de la Cruz, ubicada en el ala sur, se localizaron dos fosas circulares excavadas en el tepetate, las cuales fueron rellenadas con ceniza, fragmentos de metate, cerámica, figurillas, navajillas de obsidiana y sonajas esféricas estucadas.
Relativo a estos depósitos, se infiere que pertenecieron a un área doméstica exterior, probablemente un patio, cuyas características podrían hablar de prácticas utilitarias y rituales, como lo demuestran hallazgos similares documentados en Tehuacán y en el sitio La Laguna, en Tlaxcala.
También puedes leer: INAH y gobierno de Puebla trabajan para rescatar el sitio arqueológico de Los Teteles, en Acatzingo
Aunado a los contextos prehispánicos, en el límite norte del parque se registraron materiales históricos, quizás asociados a los “jacalones”, casetas donde se preparaban y vendían alimentos en el siglo XX, entre los que destacan fragmentos de botellas de refresco, fabricadas en las décadas de 1940 a 1960, así como una botella de mostaza, manufacturada en Chicago, Estados Unidos, en los años 30 del siglo anterior.
Otros hallazgos significativos fueron un caño de piedra sobre la avenida Juárez, de 0.38 por 0.32 metros, una red hidráulica hecha con tubería de cerámica, de 15 centímetros de diámetro, la cual recorre el parque de norte a sur, y una escalinata de cantera construida en el acceso poniente, en el siglo XIX, con dos peldaños expuestos, de seis metros de longitud.
El INAH concluye que los materiales recuperados colocan a Tecamachalco como un espacio en el que conviven testimonios de comunidades mesoamericanas con restos de memorias del México independiente.
Asimismo, que dichos objetos son resguardados y estudiados en un área adecuada y con las medidas de seguridad en el ayuntamiento, posteriormente se almacenarán para consulta de especialistas en el Centro INAH Puebla.


