En el marco del V centenario de la creación de la primera diócesis de México, se llevó a cabo la solemne dedicación de la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, un hecho histórico que, a decir de la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, “representa el inicio de la evangelización en Tlaxcala y tiene un profundo significado para todos los tlaxcaltecas”.
“Para nosotros fue muy emotivo esta celebración acompañando al señor obispo. Claro, la representación de la máxima autoridad de la iglesia católica tenerlo en Tlaxcala también tiene un significado importante y por eso nos da mucho gusto que hoy varios obispos también se hayan sumado a esta celebración que para nosotros es muy importante ”, expresó la mandataria estatal al referirse a la presencia del nuncio apostólico en México, Joseph Spiteri.
El obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino encabezó la ceremonia litúrgica y destacó la relevancia espiritual e histórica del momento. “Este lugar es la iglesia madre de todas las iglesias de nuestra diócesis. Celebramos 500 años del primer obispado del México del siglo XVI, agradeciendo a dios por este don concedido”.
Salcedo Aquino recordó que la catedral fue oficialmente trasladada en 1975 desde la parroquia de San José al ex convento franciscano de Nuestra Señora de la Asunción, sin que en ese momento se realizara la dedicación formal. “Por eso, hoy, a medio siglo de aquel traslado, cumplimos con este rito solemne que simboliza la consagración plena del templo”, puntualizó.
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El obispo también reconoció el esfuerzo de generaciones que han cuidado este recinto, al que calificó como “testimonio de la cultura, la fe y la evangelización”. “Esta catedral custodia la primera pila bautismal y el primer púlpito de la Nueva España. Es patrimonio de la humanidad y testigo del espíritu misionero de los siglos franciscanos”, añadió.
Durante su intervención, Joseph Spiteri subrayó que la dedicación del templo tiene un sentido profundo de unidad y comunión. “Nos reunimos para dar gracias por los 500 años de la iglesia local y recordar que la catedral, más que un edificio, representa a la familia de dios que camina junta”, expresó el nuncio apostólico.
En su homilía, Spiteri invitó a los fieles a reconocerse como parte viva de la iglesia. “El verdadero desafío de los cristianos es ser familia, establecer relaciones de respeto y ayuda recíproca. En esta casa de dios, nadie debe ser considerado extranjero, porque todos somos hermanos en Cristo”.
El representante del papa León XIV en México también hizo un llamado a fortalecer la fraternidad y el trabajo conjunto entre sociedad e iglesia. “La dedicación de esta catedral nos recuerda que estamos llamados a construir una sociedad renovada, donde reine la solidaridad, la reconciliación y la justicia”, dijo.
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Por su parte, el obispo Salcedo Aquino extendió un agradecimiento especial a quienes contribuyeron en la restauración y adecuación del templo, incluyendo al equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Tlaxcala, encabezado por José Vicente de la Rosa Herrera. “Este proyecto nació del amor a la iglesia y del compromiso con nuestro patrimonio histórico”, expresó.
El obispo destacó además la peregrinación diocesana, en la que participaron sacerdotes, seminaristas y comunidades parroquiales, quienes realizaron 500 horas de oración continua ante el Santísimo Sacramento en preparación para este día.
“La construcción de esta catedral atestigua la unión entre la fe indígena y la de los frailes franciscanos; juntos edificaron no solo un templo, sino una nueva sociedad cristiana”, afirmó Salcedo Aquino, quien resaltó el simbolismo del altar como “imagen del mismo Cristo, piedra viva y centro de la eucaristía”.
Durante la ceremonia, se destacó el valor espiritual del acontecimiento, ya que desde 1975 ningún obispo había llevado a cabo la consagración formal del recinto. “El señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”, concluyó el obispo de Tlaxcala.
Spiteri recordó que la fe tlaxcalteca se mantiene viva gracias a la protección de la virgen de Ocotlán, patrona de la salud. “Ella sana nuestras heridas con su amor y nos conduce hacia dios. Que esta catedral, con su belleza y armonía, nos recuerde siempre nuestra misión de ser testigos del amor divino”, expresó el nuncio.
La celebración concluyó con la develación y lectura de una placa conmemorativa que simboliza la dedicación oficial del templo.


