Dos salas de exposición, una permanente y otra temporal, una sala lúdica y el laboratorio de restauración cerrado hace una década serán los cuatro nuevos espacios que acompañarán la memoria y riqueza histórica de la Biblioteca Palafoxiana, fundada hace 379 años por el obispo Juan de Palafox y Mendoza.
Con una apertura prevista para el 29 de julio al mediodía, la apertura de estos espacios busca poner en valor a este repositorio con este proyecto que se propone “dinámico, propositivo e histórico”, como señaló Josefina Farfán Ortega, directora del Organismo Público Descentralizado (OPD) Museos Puebla.
Durante una conferencia de prensa, la titular del organismo expuso que dicho proyecto tuvo una inversión de dos millones de pesos y la suma de varios especialistas e investigadores de Puebla que buscan la revalorización de este inmueble que cumple 20 años como Memoria del Mundo por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
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La revaloración de la Biblioteca Palafoxiana implica también hablar sobre los “mitos” que ha habido en torno a su acervo contabilizado en 45 mil 59 volúmenes impresos -no libros-, cinco mil 345 manuscritos catalogados desde hace más de una década, más de dos mil impresos sueltos y el libro más antiguo en la colección: la Historia de Herodoto, de 1473, un valioso incunable.
Al respecto, Josefina Farfán aseguró que no hay desaparición de algún libro en la Palafoxiana, y que lo expuesto en anteriores administraciones y por pasados encargados del área sobre la sustracción o daños en algunos materiales, se queda como “un tema de cuento y leyenda”.
“No hay desaparición de ningún libro, no hay nada que se haya encontrado, siempre han estado ahí. Algunos, sí, están como en cuarentena pues ha habido situaciones en que algunos estaban contaminados, pero se separaron y están en un área específica, pero sigue siendo el acervo inicial”, aseguró acompañada de Miguel Ángel Pérez Leonor y Oscar Alejo, director Operativo y titular de Gestión cultural de Museos Puebla, respectivamente.
De igual forma, pese a que informó que la Biblioteca Palafoxiana tuvo un mal uso al hacer ciertos actos -conciertos a la luz de las velas– que incluso fueron señalados como inapropiados por Protección Civil y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la funcionaria estatal dijo que “no habría cacería de brujas”.
“No se trata de hacer cacería de brujas, ni estar pensando en lo que se hizo, es una realidad de la situación del inmueble, pero eso no quiere decir que estaríamos viendo el tema para atrás. Nuestro objetivo es hacer el mejor trabajo posible, retomar el proyecto de darle vida a los museos y que se presuma lo que se tiene”, afirmó.
Sobre las salas de exposición temporal y permanente, el curador Fabián Valdivia Pérez dijo que se busca resaltar el legado de Juan de Palafox en torno a la biblioteca: que fuera un espacio público de conocimiento y de educación.
Así, confió que parte de la sala permanente gira en torno a la reflexión global que tiene la Palafoxiana, es decir, lo que implica esta biblioteca en la historia de las bibliotecas públicas de la humanidad, pues fue la primera en América, además de que redimensionará la figura de Juan de Palafox, pues la biblioteca fue solo uno de sus grandes legados.
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En el caso de la sala temporal, el ex funcionario municipal refirió que abrirá con la exposición Los 20 libros que transformaron a la Humanidad con ocho ejemplares que no han sido exhibidos y “presentan la dimensión que tuvo la Palafoxiana”.
Como ejemplo, habló sobre el libro Anatomía de Andreas Vesalio publicado en 1543, en Basilea, que llegó a Puebla se supone cargado por el propio Juan de Palafox hacia 1640, con lo que Puebla se posicionó como la única ciudad del continente americano en poseer una edición primera de este título, pues fue hasta el siglo XIX cuando otro ejemplar llegó a una universidad de Estados Unidos.
En el caso del laboratorio de restauración de la Palafoxiana, Óscar Alejo señaló que con su reapertura se busca “retribuir” los compromisos adquiridos hace 20 años, cuando la biblioteca fue nombrada como Memoria del Mundo por la Unesco.
“Cuando la Unesco otorga nombramientos los gobiernos se comprometen a varias cosas, una de ellas es no solo la preservación de los espacios sino a convertirlos en dinámicas permanentes de difusión, de investigación y de contacto con la comunidad”, expuso el también funcionario estatal en tiempos del nombramiento.
Por tanto, expuso que la reapertura del laboratorio se da a 10 años de su cierre. “Vamos a volver a restaurar libros, los que están en la biblioteca y son patrimonio”.
En el caso de la sala lúdica dijo que, si bien ya existía y luego fue cerrada, ahora reabrirá no como una sala infantil sino como un espacio para que todo el público puedan entender el legado de una manera menos sobria, formal y académica.
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