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Candidato favorito a la CAIP decía hace 2 años: "Yo no le puedo negar nada a RMV"

Por : Fermín Alejandro García

2012-11-16 04:00:00

Federico González Magaña se perfila a ser el próximo miembro de la Comisión de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (CAIP). Nadie pone en tela de duda la capacidad académica y profesional de este ex consejero del Instituto Federal Electoral (IFE). El problema que se le puede observar es su extrema cercanía al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y que en su momento se definía como alguien que no puede negar nada al jefe del Poder Ejecutivo local.

González Magaña fue parte del equipo de defensa del voto de Rafael Moreno Valle Rosas cuando el segundo de ellos, en 2010, contendió por la gubernatura de Puebla. Y algunos testigos narraron a este columnista que en ese entonces cuando alguien le preguntaba al ex consejero del IFE cuál era el grado de cercanía con el político panista, respondía:

“No hay nada en lo que no puede decir que no a Rafael Moreno Valle Rosas”. Lo que era una prueba de que entre ambos había una relación estrecha.

Como parte de esa cercanía, es un secreto a gritos que el González Magaña fue el primer morenovallista que estuvo en la campaña de 2010 que logró conseguir un cargo gubernamental, ya que después de los comicios locales de ese año, en el periodo de transición, el ex integrante del IFE entró a laborar como delegado en Puebla de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente gracias a la intervención de Moreno Valle.

Tales antecedentes plantean que, desde el punto de vista ético, Federico González Magaña no debe ser comisionado de la CAIP, ya que no es garantía de independencia frente al jefe del Poder Ejecutivo y ello, vulnera al órgano garante del derecho a la información.

Sin contar que González Magaña, en 2010 al mismo tiempo que fue parte del grupo político de Moreno Valle, era integrante del equipo de campaña de la entonces candidata del PAN a diputada local, Josefina Buxadé Castelán.

Entre los legisladores locales se sabe que de los 10 aspirantes que se registraron para buscar el cargo vacante de la CAIP, solamente dos tienen amplias posibilidades de ser electos, ellos son: Federico González Magaña y Alberto Javier Segovia, de quien no se conoce mucho, excepto que fue parte del Órgano Superior de Fiscalización.

La seguridad que siente González Magaña de que él será ungido como integrante de la CAIP es que en las dos últimas semanas hizo un intenso cabildeo con organizaciones empresariales y académicas para promoverse, y buscar que agrupaciones de la sociedad civil salgan a pedir públicamente su nombramiento y de esa forma se legitime su muy probable ingreso a la comisión en cuestión.

Sin embargo, trascendió que no tuvo una buena acogida por las siguientes dos razones:

1. En varios lugares le cuestionaron que es alguien muy cercano al gobernador, y que esa condición le debería permitir ser parte del Poder Ejecutivo, pero no de un órgano independiente y de carácter ciudadano.

Como buen político, González Magaña ha buscado defenderse diciendo que “ya no es tan cercano” al gobernador.

2. Un segundo cuestionamiento es que es alguien vinculado a Josefina Buxadé, una mujer que siendo académica se destacó por ser una defensora de la transparencia en la administración pública. Y ahora en el Congreso ha tenido un papel vergonzoso al ser opositora a varios aspectos que dañan a la CAIP; sin contar su actitud sumisa a todas las iniciativas que el gobernador manda al Congreso del estado.

Se adapta al perfil

La CAIP es el último organismo público que sigue teniendo un importante margen de autonomía frente al Poder Ejecutivo. Esa situación es algo que incomoda al gobernador.

Una muestra de que el gobierno de Rafael Moreno Valle no quiere a una comisión que cumpla con la Ley de Transparencia, es que cuando la académica Lilia Vélez quiso por segunda vez acceder al cargo de comisionada de la CAIP se topó con el rechazo del grupo morenovallista.

Un personaje, del más alto nivel, del Poder Ejecutivo le manifestó, palabras más, palabras menos:

“Te vemos como alguien que no se deja gobernar y lo que nosotros necesitamos es a alguien que se deje controlar”.

Por esa razón se eligió a Javier Fregoso Sánchez como comisionado de la CAIP, en lugar de Lilia Vélez. El primero no tenía los más mínimos méritos, pues es ex un viejo funcionario de lo que fue el gobierno de Mariano Piña Olaya, no tiene experiencia en materia de transparencia y fue cercano al equipo de campaña de Moreno Valle Rosas.

Ahora se quiere a un segundo incondicional en la CAIP, tal como lo es Fregoso, para que de esa manera se puedan ganar votaciones de dos a uno, contra la tercera comisionada Blanca Lilia Ibarra, quien de manera valiente no se ha dejado manipular por el gobierno del estado.

Teniendo a dos consejeros controlados por el Ejecutivo, la CAIP dejará de ser un órgano que emita fallos a favor de solicitudes de acceso a la información que tocan datos que al gobierno de Moreno Valle no le conviene que sean conocidos por la opinión pública.

Y qué mejor tener a un personaje, como González Magaña, que no hace mucho se ufanaba de que no podía negarle algo a Rafael Moreno Valle.

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