La inversión extranjera directa (IED) se consolida como uno de los pilares fundamentales para el desarrollo económico de las entidades federativas en México. Tlaxcala no es la excepción.
El análisis de las cifras recientes revela una narrativa de recuperación y crecimiento que merece una reflexión profunda sobre sus implicaciones y perspectivas.
El año 2021 marcó un punto crítico para Tlaxcala, con una IED de apenas 45 millones de dólares, cifra que reflejaba las incertidumbres propias de un cambio de administración gubernamental.
Sin embargo, el panorama experimentó un giro significativo en 2022, cuando la entidad logra atraer 275.5 millones de dólares. Lo que evidencia una recuperación notable que sienta las bases para un crecimiento sostenido.
Este repunte continúa su tendencia ascendente en 2023. Alcanza los 311.4 millones de dólares, lo que demuestra la creciente confianza de los inversores internacionales en el estado. Los datos preliminares de 2024 registran 69.7 millones de dólares en el primer semestre, sugiere una estabilización del flujo de inversiones.
No obstante, es importante señalar que gran parte de estos recursos provienen de reinversiones y ampliaciones de proyectos existentes, más que de nuevas iniciativas.
Esta realidad plantea un desafío importante para las autoridades locales: la necesidad de diversificar las fuentes de inversión y atraer nuevos proyectos que complementen el tejido empresarial existente.
La experiencia de Tlaxcala demuestra que la transición gubernamental impacta significativamente los flujos de IED, más allá de los fundamentos económicos locales. Y, subraya la importancia de establecer políticas de Estado que trasciendan los ciclos políticos y garanticen la continuidad en la atracción de inversiones.
El reto hacia adelante es mantener este impulso positivo, pero, sobre todo, traducirlo en beneficios tangibles para la población a través de empleos de calidad y un crecimiento económico sostenible e inclusivo.