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Tlilmolli azul y amarillo

Por: La Redacción

2013-04-08 04:00:00

En el PRD la molera les llegó de regalo, ella ya
no se hallaba en la mayordomía en que siempre
había estado y decidió cambiar de aires, con tal
suerte que un Peje viento la alevantó hasta
depositarla en la olla del mole amarillo

Los moles prietos en los partidos

Eliminan a los chiles mecos del PRI

Las tribus mezclan de todo en el banquete

Los comicios locales han provocado el resurgimiento de una actividad en proceso de extinción, no sólo por la industrialización sino por el gasto que significa para quienes tienen que sufragar las erogaciones de la celebración en honor de un santo o de un grupo, en el que las figuras principales son las moleras.

Es de llamar la atención la recuperación de esta práctica porque la mayor parte de las hoy moleras optaron por cambiar la comida de la celebración y el mole prieto, ya que poco a poco fue cediendo su lugar a la paella. Hasta la carne que era básica del guiso fue desplazada: el venado, el escuintle y guajolote dejaron su lugar para ser ocupados por los marranos.

El rescate de la tradición del mole prieto está en manos de dos moleras que originalmente nadie eligió, porque uno de los valores fundamentales del tlilmolli es que son producto de la organización comunitaria de tipo religioso a partir de las mayordomías o fiscalías, con lo que se asegura que el compromiso se mantenga.  

Las mayordomías y fiscalías han sido sustituidas por el movimiento grupero o por la tribalización, lo que deriva en que lo que hasta hace años estaba prohibido por la cultura indígena, ahora sea una realidad. Las mujeres no podían ser mayordomas o fiscales, en cambio ahora entre la comunidades panistas y perredista ellas truenan el chile meco.

Uno de los principios fundamentales en la elaboración del tlilmolli ha sido violentado y por eso se sube, se corta o se rebalsa, pero aún así se reparte. El principio vulnerado es que ninguna de las moleras y las mujeres y los hombres que los acompañan en su elaboración debe enojarse, porque si lo hacen, cualquier mal humor pasa automáticamente al mole prieto y este empieza a hervir, a subir, a cortarse o a desparramarse.

Las moleras estrellas azules y amarillas

Una vez que el movimiento grupero o la tribu tiene a su molera estrella, el proceso de elaboración y entrega a los comensales del mole prieto pasa por tres etapas que duran tres días, un día por cada una de ellas, cada etapa tiene sus propios rituales.   

Primer día y primera etapa: La primera tarea que hace la molera es descollar el chile meco, es decir, se le quita la cola, el rabo, luego se tuesta en un comal nuevo y va metiéndose a un costal hasta que se llena y es pisoteado por la molera, el chile quebrado es vaciado y molido en un metate para hacer una pasta fina.

En la misma casa, otro grupo de mujeres, pone a hervir el maíz con cal. Una vez que está cocido se le deja enfriar y se lava con agua fría varias veces, a efecto de quitar toda la cal posible y una vez lavado se procede a moler, de preferencia también en metate, aunque ahora con  la modernidad, tanto el chile meco como el maíz se llevan a los molinos mecánicos.

De forma simultánea a la preparación del chile y nixtamal se sacrifica a los cerdos, marranos, cochinos, puercos, chanchos, gorrinos o verracos. Lo cual casi siempre se hace en el patio de la casa; se le introduce un cuchillo debajo de la pata delantera izquierda hasta tocarle el corazón y se taponea hasta que se muere. Luego se le mete o se le rocía agua caliente y se le quitan los pelos, después se abre en canal y se descuartiza en trozos pequeños que van a parar a un gran perol en el que se encuentra ya una buena cantidad de agua hirviendo, la carne se coce con la misma grasa que va soltando el marrano.

Es importante destacar que el marrano se cueza en el mismo perol en el que se hará la mezcla para que brote el mole prieto. Es una especie de curación o de maridaje –esta palabra resulta muy conquistadora.

Segundo día y segunda etapa: Un grupo de hombres, de preferencia los integrantes de la mayordomía o fiscalía, abre entre uno y tres hoyos, dependiendo del número de cazos en los que se hará el mole prieto. En uno de los hoyos, el mayordomo o fiscal principal hace una cruz de chipotles y nopales y deposita una botella de licor, esto se hace con el fin de evitar que el mole al hervir, se suba y caiga.

Después se procede a poner la leña en los otros hoyos y se colocan los cazos donde se cocinará el mole. Al cazo se le pone, primero, la manteca que soltaron los cerdos, sal de mar, luego se le va echando la pasta del chilpotle meco y la masa del nixtamal, y se le ponen los trozos de carne, mientras un hombre seleccionado mueve todo con una pala de madera.

Al mismo tiempo, en la cocina, un grupo de mujeres nixtamaleras se dedican a moler finamente la masa y hacer los tamales tontos, reciben ese nombre porque no llevan más que tres ingredientes: masa, manteca  y anís, son envueltos en la hoja del maíz y van a una olla que hace la función de vaporera para ser cocidos ya que servirán como tortilla para tomar el mole prieto.

Tercera etapa y tercer día: El día de la celebración, en algunos lados por la mañana y en la mayor parte de ellos a medio día, se recibe a los comensales, a quienes se les sirve el mole prieto en cajetes, bien caliente con unos trozos de carne y tamales tontos. En razón de la gran cantidad de grasa que contiene se les ofrece una copa de aguardiente, mezcal o tequila, originalmente el aguardiente era derivado del maguey y ha sido sustituido por brandy o ron. Con esto, los anfitriones aseguran a sus comensales una buena digestión y el agradecimiento por el convite del mole prieto. Cabe aclarar que el mole prieto se toma, no se come. Una vez que ha terminado el convite, se hace un baile y cena en honor de las molenderas, a fin de agradecer su trabajo.

El fiscal mayor del PAN se fue a Harvard

En el PAN, aunque la mayordomía ha quedado un poco desgastada porque el fiscal mayor se fue a Harvard, al movimiento grupero le fue impuesta desde hace muchos años a su molera. Ésta dispuso ya la primera etapa y el primer día de la celebración. Les quitó la colita a todos los chiles mecos que venían del PRI y se habían convertido en damas de compañía, luego los tostó en las elecciones internas, los metió a todos en un costal y los pisoteó hasta que quedaron hecho polvo en un proceso interno para seleccionar a los candidatos al Senado de la República y luego en la elección del Comité Directivo Estatal los molió e hizo pasta al grado que todos los adherentes que habían llegado como foráneos no les quedó más que agarrar sus colitas e irse mecos de coraje en la búsqueda de una nueva mayordomía.

Los cuatro fantásticos que tenían el encargo de poner el maíz con la cal, tuvieron que irse a la ciudad de México con el fin de que les prestaran para comprar maíz morado y desde allá hacer la masa para que les pudieran quedar algunas candidaturas, porque aquí los hicieron como a los tamales tontos, los envolvieron en totomoxtle únicamente con manteca y anís.

En el PRD la molera les llegó de regalo, ella ya no se hallaba en la mayordomía en que siempre había estado y decidió cambiar de aires, con tal suerte que un Peje viento la alevantó hasta depositarla en la olla del mole amarillo, aunque ella siempre ha preferido el mole rojo.

Las tribus se olvidaron del tipo de chile y le metieron de todo tipo, lo mismo ocurrió con el maíz, mezclaron de todo, la razón es que optaron por concentrar sus esfuerzos en el sacrificio de los marranos, originalmente se pusieron de acuerdo para que cada una de las tribus pusiera sus animalitos a fin de que entre todos seleccionaran a los más chonchos, pero ocurrió que la molera puso el desorden y determinó que los que habían cebado en su Valle deberían ser los primeros, lo que provocó descontento y acordaron hacer la selección de forma democrática.

Los fiscales y mayordomos se reunieron y fijaron una fecha, y luego otra y luego otra, y días antes de que se realizara la elección acordaron suspenderla por considerar que en un evento de este tipo, se abrían las puertas para que otros metieran las manos, sobre todo los de las tribus rojas y azules.

Igual que los panistas, los perredistas tuvieron que acudir a los fiscales del Distrito Federal, quienes determinaron que se pusieran de acuerdo, cuando sabían que la elección había sido la forma para resolver porque no se habían puesto de acuerdo. Los del PRD estaban que tronaban porque ya contaban con la masa de chile meco y la masa, pero no decidían donde poner los peroles y menos a qué cerdos sacrificar.

La primera etapa del proceso de elaboración del tlilmolli muestra que las moleras van a provocar que se altere la segunda etapa y la combinación de los ingredientes no se incorporen de acuerdo con la tradición y eso puede ser un riesgo para que el día que lleguen los comensales se encuentren con que el mole prieto se echó a perder y con ello los dioses se ofendan y les envíen castigos muy duros como perder las elecciones. 

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