Los huevos y los tlacoyos

Los adultos mayores, al borde de la inanición

El filme de la castidad de los legisladores

Perito y Calito, jóvenes políticos ambiciosos

Reunidos en la avenida Zahuapan y degustando una chela, como a eso de la una de la tarde, la familia mestiza platica sobre la producción cinematográfica que se ha logrado en Tlaxcala, reconocen que La máscara del Zorro, La Cristiada, Castidad, y El arribo de Conrado Sierra han convertido a Tlaxcala en el nuevo bolywood.

No sólo eso, la cultura familiar ha cambiado, antes las familias querían que uno de los hijos fuera médico, abogado o cura, hoy desean que opten por la política o la actuación que son lo mismo, se la pasan desempeñando papeles, aunque su desempeño provoca risa o pena ajena. En los estrenos de julio vimos debutar a las primeras actrices: Lorena, Martha, Adriana, Minerva, Aurora, Leonor…

Esto tendría que ser reconocido y estimulado como se hace en otras partes del mundo, deberían crearse premios para hacer patente el trabajo de las artes cinematográficas, si San Sebastián tiene su león de oro y en California los óscares, nosotros podíamos otorgar el “tlacoyo de frijol”, “El tlacoyo de haba” y “el tlacoyo de alverjón”.

La Sábila les ofrece una disculpa, pero como ella no va al Miguel N. Lira, no sabe de otro cine que no sea el que pasan en la televisión y la India María no ha hecho ninguna producción tlaxcalteca, por lo que suplica le hagan la sinopsis de algunas producciones. Como en el arte de llorar en coro le sueltan:

El levantamiento de los viejitos

El levantamiento de los viejitos es una  película de ciencia ficción, dirigida por Fortunatus Tanatos con guión y producción de empresas Panius. Es una especie de falso documental ambientado en el año 2030. En la película, la mayoría de los ciudadanos de la tercera edad está al borde de la inanición porque no reciben el apoyo de adultos mayores. Tres diputados hacen una comisión para investigar la misteriosa llegada de los viejitos al zócalo capitalino y conocer las raíces del levantamiento, descubren que es por las promesas vacías de sus compañeros del pasado. La película ha disgustado a los espectadores, muchos incapaces de distinguir los hechos de la ficción. El Silvestre dijo que: “películas como estas hubiesen sido hechas hace seis años, no habríamos desperdiciado tanto tiempo y no estaríamos preocupándonos por el desastre al que nos dirigimos”.  Por su parte, el Justin señaló que “una película tenía que aparecer primero antes de que suficientes personas tomaran conciencia del problema”.

Datos tomados de la ficha cinematográfica revelan que el estado  transita por un proceso que ha provocado cambios importantes en su estructura por edad: la proporción de adultos mayores empieza a hacer notorio su incremento al iniciar la década de los noventa. De 1970 a 1990 esta proporción disminuye de 7 a 6.6 por ciento, en tanto que en las siguientes dos décadas aumentó dos puntos porcentuales al ubicarse en 8.4 por ciento para el año 2010.   Se estima que el incremento relativo de esta última población continuará durante toda la primera mitad del siglo XXI, primero a un ritmo moderado para posteriormente crecer de una forma más acelerada hasta alcanzar 15.2 por ciento de la población total en 2030.

La Xóchil, crítica de cine, escribe: “una película como ésta podría ayudar a que la gente tome conciencia”, sin embargo, el productor de carnitas Margarito afirma: “mi temor es que los diputados no serán capaces de distinguir qué es ficción y qué es realidad”,  ya ven que la última vez hasta quisieron asesinar a un burócrata; sin embargo, el editor  Tránsito expresa que “en la película no se propone asustar a nadie sino más bien dar lugar al debate para que se baje la edad para que alguien pueda ser considerado viejito”.

La honra y el buen nombre del diputado

Esta película es un excelente drama cómico. Comienza cuando los integrantes de la Legislatura local pretenden imponer reglas para el ejercicio periodístico que podría considerarse un atentado contra la libertad de expresión, so pretexto de salvaguardar el respeto a su honra y buen nombre. Al presentar la propuesta para crear una nueva Ley de Acceso a la Información Pública, los diputados aprovecharon para establecer una especie de código que deberán cumplir los periodistas en su labor. En la propuesta del artículo 47 de la iniciativa, dictan: “los medios de comunicación y periodistas, en general, deberán ejercer su derecho a la libertad de expresión y de información de manera responsable, realizando artículos periodísticos de carácter completo, veraz, adecuadamente investigados y contrastados con las fuentes que sean convenientes y oportunas, de manera que se respete no sólo el derecho a la información del ciudadano, sino también del derecho al debido proceso que debe regir en toda causa pública contra un funcionario público, así como también al respeto a la honra y al buen nombre de las personas probablemente implicadas en una investigación periodística”.

El filme, según la crítica Xóchil, confirma que es un drama que copia la experiencia que sostuvieron el periodista UPT y el diputado Xavi McCarthy. Las acciones se desarrollan  cuando el diputado McCarthy, en compañía de la comisión de excesos públicos y protección de datos delincuenciales, lanza las campañas “La honra de las doncellas” y “La castidad de los legisladores” que UPT demuestra que son infamias y lascivas, lo que provoca una demanda de los puros y castos diputados para que los medios corran a estos malos periodistas, pero como no les obedecen, deciden ponerles un bozal. La honra y el buen nombre del diputado es una película sobre el papel del periodismo en la sociedad y su compromiso con la verdad, sobre el tratamiento de la información en los medios de comunicación y sobre el significado de la libertad de expresión en el entramado del poder político y económico.

El analista de cine Margarito considera que: “el buen nombre” está escrita con una finura muy difícil de ver en el cine actual. Todos los personajes son muy… pero muy… pero muy, sus decisiones jamás pueden  ser explicadas e integradas dentro de la historia, pero no por ello son impredecibles, al final todo se cierra perfectamente, dándole a la película una elegante estructura circular. Pero al igual que le pasa a la Tierra, que todos sabemos (salvo quizá en el Congreso) que es redonda, pero la percibimos como plana, el guión de “El buen nombre”, debido en parte a su alto grado de detalle, se hace pesado por momentos y se alarga de tal forma que termina por parecer totalmente plano.

Huevos de oro

La cinta trata de dos personas, Perito y Calito, jóvenes políticos ambiciosos que son registrados como candidatos a un puesto de elección popular que ganan con lo que consideran que tienen el campo libre para hacer realidad sus más caras ambiciones: hacerse ricos y  construir algunas propiedades. Pronto ven que su primer sueño se le cumple y alcanzan el ayuntamiento desde donde consideran que le será mucho más fácil lograr la segunda de sus metas. Pero para llevarlo a cabo requieren dinero, dinero y más dinero, y como no lo tienen, comienza por tomar de algunos programas, lo que enfada a más de uno de sus seguidores y luego se amplía a algunos miembros del cabildo hasta que se enteran todos y en una sesión les piden que dejen de robar, lo que les provoca un coraje y salen sin decir una palabra.

Perito y Calito toman la decisión de no informar nada y lo único que explican es que  siempre han sido hombres a los que les ha gustado tener todo al doble y de ser posible tenerlo todo de oro, de ahí que tienen dos anillos de oro, dos  esclavas de oro, dos relojes de oro y, desde luego, dos huevos  de oro.

En una escena, un miembro del cabildo cuenta la siguiente historia: érase una gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día. Aun con tanta ganancia, mal contento quiso el rico avariento, descubrir de una vez la mina de oro y hallar en menos tiempo más tesoro. Matóla, abrióle el vientre de contado, pero después de haberla registrado, ¿qué sucedió? Que, muerta la gallina, perdió sus huevos de oro y no halló mina.

Malinche,la escritora de cine, considera que la película debería denominarse “Quebrando los huevos de oro”, porque es una joya que retrata lo que sucede en los pueblos mágicos, en el que las tradiciones se convierten en turismo y los presidentes municipales en figuras del folklor que en su ejercicio caricaturizan la Ley de Herodes y el pueblo termina rompiéndole los huevos… de oro.

Oigan que chiro está eso de la producción cinematografica, yo creo que la experiencia local da tantas historias, deberían convertirse en guiones que puedan venderse en esta industria, creo que deberíamos apresurar la iniciativa para que el tianguis entregue de forma anual los tlacoyos de frijol, de haba y de alverjón.