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El festival de títeres

Por: La Redacción

2012-08-06 04:00:00

En la obra Los infieles de la elección, en la
primera escena una persona mata una urna
embarazada, por lo que del palacio se pide a la
secretaria general que entregue al asesino
electoral

*El teatro de las sombras en la calle Allende

*La adjudicación de votos entre los azules

*La Chilindrina que pasó a cenicienta amarilla

Así como nos adjudicamos que somos la cuna de la nación, así deberíamos asumir que somos la cama de los títeres y en una de esas hasta el petate de la danza mestiza, dice la Xóchil.

Los títeres tiene una tradición de más de 2 mil años, pero en México gracias al trabajo de los tlaxcaltecas es que se ha mantenido y fomentado, como sucede con el Festival Internacional, aunque algunas otras entidades realizan festivales, es en Tlaxcala donde se mantiene la mano que mece la cuna, la cama y el  petate, apunta la Malinche.

La Sábila se queda pensando en lo acertado de estas intervenciones y recuerda que existen en cartelera obras como “La caverna de las sombras”, “La herencia del lago azul de la independencia”, “La venganza de los Kathputli” y “Los infieles de la elección” que se presentan diariamente en los teatrinos o teatritos que grupos de aficionados han levantado con los recursos que otorgan las convocatorias de apoyo cultural.

La caverna de las sombras

El teatrino ubicado en la calle de Allende, entre Lardizábal y 1 de Mayo, ha llevado a su máxima expresión el teatro de sombras, también conocidas como chinescas, ya que el espectáculo que dan los muñecos de papel al proyectar sus sombras en la pantalla es espectacular.

Ahí se presenta “La caverna de las sombras”, explica el Jicoténcal. “Imagina una especie de  vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, a la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabique parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquéllos sus maravillas.

–Examina, pues –dijo–, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a la naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por quedarse deslumbrado, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?

De que son perplejos son perplejos, afirma el Margarito y su única verdad es la defensa de los intereses personales, de la familia y cuando aprieta el sol, es porque no han completado el chivo y gritan y se quejan para que la mesada suba de precio. Es una excelente representación del manejo de las sombras como si fuera verdad, concluye el Tránsito.

La herencia del lago azul de la independencia

La sensación, apunta el Margarito, son las marionetas danzantes en el agua (Mua Roi Muoc) esas están en el teatrito que se construyó sobre la calle Independencia. Los espectáculos que ofrecen cada vez son mejores, sobre todo porque el escenario es el agua y los actores son manejados por operadores escondidos.

“La herencia del lago azul de la independencia” ha sido una de las obras que se ha puesto en escena más veces en los últimos dos años, aunque cada vez perfeccionan sus actuaciones, se están volviendo tan predecibles que se anticipan los momentos en que aparecen los campesinos, los adultos mayores, las mujeres, los estudiantes haciendo alboroto.

La obra en un acto se desarrolla como un diálogo entre animales. Al abrirse las cortinas del teatrillo, se ve aparecer a un toro y un perro glotón conversando.

Toro: ¿Te has enterado de la noticia?

Perro: ¿Noticia, qué noticia? Aunque soy el  presidente nunca me entero de nada.

Toro: He oído que todos los hijos de la Juguitos se han reunido en Apizaco.

Perro: ¿Cómo? Yo jamás he sido invitado.

Toro: Pues ahí se demandó organizarse para ganar todas las diputaciones locales y presidencias municipales, ya que los 96 mil, los 116 mil o los 138 mil votos que obtuvieron los azules son propiedad suya de ella.

Perro: En eso puede que haya razón porque yo me partí el alma durante estos meses para que nuestro color azul no se nos fuera como el agua entre las manos y los votos se ganaron con el sudor de la sangre azul y nada más.

Toro: Eso no es tan cierto, porque el otro grupo también trabajó y contribuyó cuando menos con la mitad de esos votos, lo que significa que la Juguitos ha de tener entre 48 mil y 58 mil votos y esa misma proporción ha de ser de los otros.

Perro. Será el sereno, pero estas aguas son nuestras y nadie más podrá entrar. Has de saber que el señor del Sagrado Corazón de Jesús ya le entregó la herencia a ella para que pueda refundar o refundir lo que queda del limón partido.

El perro y el toro caminan rumbo al horizonte mientras salen “dragones soltando agua y fuego por sus hocicos y bocas”, diciendo que nadie sabe para quién trabaja porque la entrada al cielo del Congreso fue posible por el trabajo que los operadores escondidos asumen como propiedad.

La venganza de los Kathputli

En un entorno que evoca la herencia española, una princesa, magos, cantantes, se cuenta una historia, una leyenda de cómo una niña que nació con sangre tricolor, nieta de dos virreyes, logra convertirse en proletaria, y en contra de la adversidad familiar se transforma en una bella cenicienta amarilla del Movimiento Progresista.

El espectáculo es maravilloso porque combina muchas de las artes y sobre todo se incluye  la oratoria y la oración, así como la actuación de los títeres y de los titiriteros. El lugar donde se escenifica el espectáculo juega un papel importante porque se requiere de la majestuosidad para mostrar el poder que se ejerce sobre “los jodidos”.

Lo importante del espectáculo es la relación que mantienen los Kathputli con los espectadores, seguidores que hasta regalos les entregan, es una especie de teatro de lo absurdo o posmoderno.

Ahí se juntan los bocones o muppets, los de dedal, en fin a toda la variedad de títeres que se reúnen en los festivales que enorgullecen a Tlaxcala y que confirman porque debe ser nombrada la cama de los títeres y si no que le pregunten a la Chilindrina.

Los infieles de la elección Bunraku

En la calle de Lira y Ortega, entre Zitlalpopócatl y Guridi y Alcocer, hay un teatrino que ha logrado mezclar las marionetas, la declamación y la música, es conocido como bunraku tricolor. Las marionetas se clasifican de acuerdo con el número de manipuladores necesarios para operar con ellas. Los papeles más importantes necesitan de tres personas, mientras que para los papeles secundarios un sólo operador basta para su manejo.

Ahí están representando la obra “Los infieles de la elección”, señala el Tránsito y explica que en la primera escena se encuentran tres personas, una de ellas lleva una escopeta que se dispara accidentalmente y mata una urna embarazada. El que llevaba la escopeta sale del palacio y la secretaria general recibe una llamada que le informa que si no entrega al asesino electoral, traigan el cuello del Comité Directivo Estatal.

Unos días después. En el recinto tricolor, un súbdito del palacio rojo se encuentra con Irnoujin Arevulu y lo lleva a Casa de Gobierno para que informe de lo sucedido. Comienza diciendo que todo estaba bajo control, que había puesto el carrusel, el ratón loco, la urna embarazada y habían hecho tiros de precisión en el cuarto de guerra. Le pidió que no le cortara la cabeza, que era mejor encontrar algunos sustitutos y prometió que en tres días los entregaría.

Pasaron los días y a Arevulu le salió el espíritu machista, por lo que decidió otorgar las cabezas de Angeda Zárhingen, Gilbwa Silvayori, Aragao Garkozo, Violao Nayojin para quedar sano y salvo. Cuando Arevulo llega al palacio tricolor se encuentra con que se ha organizado una fiesta, por el aire vuela una daga y su cabeza rueda. Todos ríen y cantan justicia divina.

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