Retos del IET

A Manuel, Irma y Vic, resignación, Kechis nos cuida desde el cielo

La resaca por la integración del Consejo General del Instituto Electoral de Tlaxcala (IET) podría tener sus coletazos en la designación de los titulares de las áreas administrativas y técnicas de dicho órgano, pues existen resquemores por la “repartición” de las consejerías y ahora buscarán utilizar esos espacios como moneda de cambio.

Las dudas que existen sobre la designación de las y los nuevos consejeros electorales no la sembraron los sinodales ni los aspirantes y mucho menos la ciudadanía. Fueron los propios diputados los que dieron pie a los señalamientos y a las suspicacias.

Los legisladores Jorge García Luna y Gregorio Cervantes Díaz –aunque este último, mágicamente, se retractó– se encargaron de ello, al denunciar que el reparto de cuotas y amiguismo fue lo que imperó en este proceso y que la evaluación sólo fue “un teatro”, dijo el pevemista.

Con esas aseveraciones pusieron en tela de juicio la idoneidad de los ocho nuevos funcionarios electorales; la capacidad de éstos y su responsabilidad a favor del respeto a la voluntad ciudadana están en duda.

Los nuevos consejeros electorales no tendrán otra salida a esas imputaciones que demostrar con hechos que arribaron al cargo por sus capacidades y conocimientos, y no por imposiciones cupulares, pago de facturas o favores.

La mejor manera para ello será sacudirse de cualquier compromiso y blindar al instituto de las pretensiones de no más de 10 legisladores que ahora buscan repartirse diversas áreas y direcciones administrativas del IET, a fin de colocar a sus allegados.

Se dice que esa es la promesa y el compromiso para aquellos diputados que se quedaron callados, sumisos y hasta ausentes en el proceso selectivo, por lo que varios de los interesados ya hasta se presentaron al IET para tratar de ver sus sueños hechos realidad: trabajar seis meses y gozar de una jugosa beca de dos años y medio.

Impedir ese “agandalle” sería un buen ejemplo de que su designación fue legítima. Es momento de impulsar el servicio civil de carrera en ese órgano electoral y frenar la voracidad de quienes detentan ahora un poder.