Mal mensaje

Alrededor del mundo, las conquistas legales referentes a la igualdad, la libertad, la no discriminación, una vida libre de violencia, la transparencia y la rendición de cuentas han tenido como protagonistas a mujeres organizadas que han ejercido una activa ciudadanía. Por desgracia, esta ha sido una lucha a contracorriente, debido a los estereotipos y los prejuicios que subvaloran nuestras capacidades, habilidades e inteligencia. Si a esto le sumamos el obstáculo que significa la limitada, equivocada y hasta irresponsable actuación de mujeres que acceden a puestos de poder, entonces se convierte en obligación moral exigir un mejor desempeño a estas mujeres privilegiadas, pues no sólo en lo individual son evaluadas, sino que a través de ellas se abren o cierran los espacios y oportunidades para todas las demás.

La semana pasada, una “trivia” muy peculiar impulsada por la comisionada de la Caiptlax, Mayra Romero Gaytán, llamó la atención de quien esto escribe. Si bien es cierto que la libertad de expresión debe ser respetada, garantizada y protegida, también lo es que los derechos humanos son progresivos: un derecho no excluye ni deja sin efecto a otro. No podemos reivindicar nuestros derechos trasgrediendo los derechos de los demás. El simple hecho de pretender que la libre expresión sea suficiente argumento para evidenciar una animadversión personal contra un par, al caricaturizarlo y llamarlo “apache”, no puede ser aceptado como camino para resolver conflictos y mucho menos tomar a la ligera la clara violación al derecho a la no discriminación; porque este simple calificativo es un mal mensaje, que implica una violencia pasiva, silenciosa y sutil que como sociedad nos cobra factura en el calvario de millones de personas que padecen bullying, acoso, insultos, segregación y muerte por odio. Diseminar posiciones a favor o en contra que radicalizan posturas, o apostar a discutir propuestas para terminar atacando personas, ¿realmente favorecen el desarrollo institucional de un organismo “ciudadano” como la Caiptlax? Si esto pasa entre pares, ¿qué podemos esperar como simples ciudadanas y ciudadanos?