La declinación de Josefina

Josefina Vázquez Mota tiene la oportunidad de mostrar congruencia política y declinar a favor de Andrés Manuel López Obrador, la panista sabe que no ganará la elección presidencial y que va en caída libre en las preferencias electorales, también sabe que AMLO ha aumentado en las mismas preferencias; sin embargo, la única forma de cerrar la competencia e impedir el regreso del PRI es haciéndose a un lado, declinar por primero los pobres.

Los últimos acontecimientos de la semana que concluyó, le han puesto un poco de calor a la contienda por la Presidencia: el movimiento estudiantil y las marchas multitudinarias, los arraigos a altos mandos del Ejército y el supuesto secuestro legislativo del que acusa Felipe Calderón a los priistas son una clara muestra del por qué Josefina está en picada. A alguien se le habrá olvidado que Calderón y Vázquez Mota negociaron posiciones con Elba Esther Gordillo en la elección de 2006.

Más allá de hacer un compromiso público de analizar de forma específica la importancia del movimiento estudiantil universitario y de los efectos que tiene y tendrá para la vida democrática de México, lo cierto es que este movimiento si a alguien puede ayudar es a AMLO. Las razones son básicas, en primer lugar los universitarios han dejado claro que la manipulación de los medios masivos de comunicación son un freno para la democracia, tema que por cierto ha sido eje de la agenda pública de Andrés Manuel, una y otra vez el candidato de las izquierdas ha sostenido que el duopolio televisivo sesga la información y que esto no favorece a la formación de una opinión pública más informada.

El mismo AMLO ha sostenido que es necesaria la democratización de los medios y que éstos coadyuven a la discusión y al debate de las ideas, el movimiento estudiantil sin quererlo confirma los dichos del candidato del sol azteca, pero además las estrategias que han utilizado los universitarios se asemejan a las prácticas de movilización del Peje, las marchas pacíficas y la toma de plazas públicas han acompañado a Andrés Manuel, el mismo sábado pasado en la marcha anti Peña Nieto se integraron universitarios de la Ibero, del Tec de Monterrey, del ITAM, de la Universidad Anáhuac, de la UNAM, del IPN y de la UAM, además de amas de casa, obreros y miembros del SME.

En un hecho histórico se han unido las universidades públicas y privadas, todos con pancartas a favor de la democracia y en contra del regreso del PRI. Según las crónicas de la marcha aparecieron denostaciones a Josefina y a Felipe Calderón, en ese marco difícilmente la candidata blanquiazul podrá subirse al movimiento, pues su llamado de “tomar las calles” carece de congruencia, habría que recordar que los panistas que hoy piden salir a las calles fueron los mismos que se opusieron al “voto por voto, casilla por casillas”, fueron los mismos que criticaron severamente “la toma de Reforma” por parte de los lopezobradoristas y fueron los mismos que criticaron las manifestaciones públicas en las principales plazas públicas del país, con ese pasado resulta francamente lamentable que Josefina llame a la movilización ciudadana, nadie podrá tomar en serio su planteamiento, en ese sentido es que se puede afirmar que el movimiento universitario se acerca mucho más al movimiento de izquierda.

En el caso de los arraigos domiciliarios a altos miembros del Ejército por presuntos vínculos con el narcotráfico también deja muy mal parado al gobierno federal y sobre todo a Josefina Vázquez Mota, pues pierden en todos los sentidos. La simple especulación le perjudica, pues de confirmarse ese presunto vínculo, se estaría aceptando públicamente que la guerra contra el narco promovida por Felipe Calderón, resultó ser una estrategia compartida con el enemigo, es decir, sería ingenuo pensar que los altos mandos hoy cuestionados no daban información confidencial a los cárteles sobre los pasos que daría el Ejército. Ahora bien, si en los 40 días que dura el arraigo la PGR no es capaz de integrar las pruebas que den pasos firmes en la culpabilidad de los arraigados, entonces es muy posible que los altos mandos del Ejército le cobren la factura a los panistas, seguirán siendo leales al Estado mexicano, pero ya no lo serán ni a Felipe Calderón ni a la candidata diferente, de no confirmarse el vínculo, sería una obra de teatro cuya intención era perjudicar a Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, sería otro michoacanazo, con la salvedad que lo que se está poniendo en riesgo es la credibilidad de una de las instituciones más importantes del Estado mexicano.

Los discursos de Josefina serán insostenibles. Con respecto al supuesto secuestro del legislativo que acusa Felipe Calderón, la realidad es que los datos muestran que más que un secuestro hubo contubernio entre el PAN y el PRI, las reformas no han pasado porque se ha dado mayor importancia al efecto político que a ambos les pudiera ocasionar, que a los posibles beneficios que éstas pudieran traer, miente el dueño de Los Pinos cuando responsabiliza al partido tricolor de la parálisis legislativa, si uno revisa las votaciones y las reformas que se han dado en el Congreso nos llevaríamos una agradable sorpresa, en muchos casos estos dos partidos han votado juntos. Por ejemplo, Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota negociaron con el PRI para evitar que hubiera una alianza entre el PAN y el PRD para elegir candidato al gobierno del Estado de México a cambio de aprobar La Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos del año 2011, se incluyó en la negociación un aumento de impuestos por parte del gobierno federal, en esa época la candidata blanquiazul era la líder de la bancada panista en el Congreso de la Unión, ¿dónde está el secuestro?

El movimiento universitario, el arraigo de altos mandos del Ejército y el secuestro legislativo son una muestra de que estamos a unos días de que los panistas dejen el gobierno federal, ahora la pregunta es si en verdad no quieren que regrese el PRI, si en realidad no quieren, entonces Josefina tiene sus días contados como candidata, ¿lo hará?