Construyendo autonomías

“Este encuentro para nosotros es importante porque demuestra la importancia que ha adquirido la lucha de Cherán, la dignidad con la que estamos defendiendo la madre Tierra. Es importante también por otro motivo, y es que entre la lucha de las organizaciones que se encuentran aquí, y la comunidad de Cherán, hay afinidad, unidad e identificación en el sentido de que, como nosotros, ellos están caminando para sí mismos, como nosotros ya no quieren que se les diga qué hacer desde afuera. Esto se llama autonomía o autogestión”. En estos términos (reportados por Emma Volonté en Rebelión), José Merced Vázquez, comunero de Cherán, sintetiza el sentido del Encuentro Nacional de Resistencias Autónomas y Anticapitalistas, que se celebró en esa población purépecha del 24 al 27 de mayo pasado, y que convocó a numerosas organizaciones: el Frente en Defensa de la Tierra de Atenco, el Municipio Autónomo de Ostula, Oaxaca, el Tribunal Permanente de los Pueblos, varias radios comunitarias y cientos de jóvenes y académicos universitarios.

Fueron tres días de diálogo intenso, de intercambio de experiencias y de reflexiones sobre las posibilidades de cambio que plantean los numerosos movimientos sociales surgidos en los últimos años, y que de manera continua están tejiendo redes de comunicación y diálogo entre sí, de tal manera que en las siguientes etapas se articulen acciones conjuntas, no sólo de resistencia al capital, sino de alternativas. Y si bien hubo intercambio de ideas, también hubo talleres de reciclaje, cultivos orgánicos, tinturas vegetales, serigrafía, ecotecnias, biocombustibles, sistemas de trueques, organizaciones cooperativas, entre otros.

Reuniones como ésta, aunque parecieran muy limitadas, son las pequeñas fogatas que marcan el camino que se puede recorrer para construir un destino y una historia diferente para nuestro país. Y tal vez la aportación más importante de este encuentro haya sido el tocar el tema de la autonomía como eje central de toda movilización y organización social, en la búsqueda de un proyecto alternativo. Los comuneros de Cherán son el ejemplo vivo de una comunidad que no se resignó a dejar sus bosques y su vida cotidiana sometida al terror de los grupos del crimen organizado, de los caciques y sus guardias blancas y la indiferencia y debilidad de un Estado que sólo se preocupa por cumplir las órdenes de la banca internacional; por eso dialogaron, se organizaron y comenzaron a caminar por sí mismos, aún a costa de los numerosos asesinatos de sus líderes y de la criminalización del movimiento por parte del gobierno. Pero esta autonomía comunitaria no es posible si no está precedida y fundada en una autonomía individual, por una conciencia ciudadana que no depende de lo que digan los medios, ni de lo que prometan los partidos, ni de lo que digan los economistas, ni de los líderes vendidos, ni de los políticos venales, ni de los cuentos de la competitividad, sino que ellos mismos deciden qué hacer y cómo hacerlo, cómo romper con los dogmas impuestos y cómo construir a partir de su vida una realidad diferente. Ellos nos enseñan que las protestas son inútiles si no van acompañadas de la construcción de una realidad diferente, consensuada, alternativa y esperanzadora.