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Agua y elecciones

Por: Ricardo Nava Olivares

2013-06-25 04:00:00

Salvo gratas excepciones, los candidatos han dejado totalmente de lado en sus propuestas los importantes temas ambientales, en el caso del cuidado, manejo, preservación, control y recuperación del vital líquido, hay una ausencia notable de posibles alternativas para el mejor manejo del agua en sus diversas formas de expresión, ya sea la que está en el subsuelo, la que se capta por lluvia y la que se deriva del adecuado tratamiento de aguas residuales, entre otras. El problema se agudiza cuando los candidatos no tienen ni un diagnóstico ambiental que les permita construir y proponer un programa estratégico que forme parte de su plan de trabajo, tanto los futuros presidentes municipales como los integrantes del Congreso deberían desde ahora incluir el tema del agua en su agenda, acompañado de una política pública en la materia.

Han pasado prácticamente tres décadas desde que se discutieron a nivel mundial los principales problemas del deterioro ambiental del planeta, el agua sin duda ha sido tema de múltiples conferencias mundiales que han pretendido incidir en los gobiernos para que éstos establezcan planes estratégicos, programas y proyectos, así como recursos humanos y financieros para detener el deterioro ambiental. Esas reuniones globales dieron, por ejemplo, origen al concepto de desarrollo sustentable, mismo que hace referencia al uso racional de los recursos disponibles pensando en el presente y el futuro, que implica garantizar que las próximas generaciones puedan al menos tener los mismos recursos con los que ahora cuenta la población mundial.

Sin embargo y pese a miles de esfuerzos locales, nacionales y globales, se mantienen niveles muy altos de deterioro, ni el avance en materia de legislación, en programas y en la formación de capital humano especializado han logrado obtener logros significativos, el calentamiento global se mantiene con los efectos en los que los especialistas han denominado el cambio climático, que en parte explica los nuevos fenómenos ambientales que se han producido en las últimas dos décadas. Los ejemplos más alarmantes se observan con sequías muy prolongadas en ciertas regiones del mundo –a México y a Tlaxcala le han ocurrido–, o lluvias interminables en otros espacios provocando efectos desastrosos, pues la escasa cultura de planeación de aguas pluviales genera inundaciones increíblemente devastadoras, a ello se suman aumentos o descensos de la temperatura que permiten tener en un solo día las cuatro estaciones del año, es decir, invierno, primavera, verano y otoño. Ahora no es casual que al momento de salir de casa sea necesario ocupar utensilios para toda ocasión, desde ropa ligera, chamarras, paraguas, bloqueadores y exagerando un poco bronceadores, el cambio climático si bien ofrece vistas espectaculares como las observadas en días pasados donde los volcanes lucieron sus puntas con gruesas capas de nieve, esto no implica que no se tome conciencia de los efectos del deterioro ambiental.

En ese sentido, la tarea es muy grande y se requiere de forma urgente que el Estado y sociedad puedan articular esfuerzos para construir una cultura del agua, esa participación implica de forma sustantiva la integración de políticas públicas donde trabajen de la mano ayuntamientos, la Comisión Nacional del Agua, la Comisión Estatal del Agua, la Coordinación de Ecología, la Secretaría de Educación Pública, así como los poderes Legislativo y Judicial, entre otros. El tema del agua puede ser un buen pretexto para que se realice un trabajo coordinado, intersectorial, intermunicipal, pero lamentablemente hasta ahora los candidatos han puesto en saco roto el deterioro ambiental.

De hecho, si bien se ha avanzado en la literatura relacionada a la educación ambiental, aún falta mucho para modificar la cultura en las ciudades y en los espacios rurales, no basta con construir discursos donde se propongan campañas de reforestación o de limpieza del río Zahuapan, o de la posible recuperación de las lagunas de Atlangatepec o de Acuitlapilco, es insuficiente con ese tipo de iniciativas, pues son efímeros esfuerzos por resolver los problemas de fondo, muchas de esas acciones sirven para tomarse la foto, pero no ayudan a cambiar el estado actual de las cosas.

Bien valdría la pena que los candidatos identifiquen instituciones que están directamente relacionadas a la atención de esta problemática, al menos hay investigaciones serias que podrían ocuparse, también hay personal capacitado en dependencias que tienen algo que decir y proponer, quizás sea muy tarde para que los que aspiran a ocupar un espacio de poder público integren en sus campañas políticas el tema del agua, pero eso no significa que se olviden de uno de los principales problemas que vive la entidad y que de no hacer nada ahora, pagaremos el costo ambiental en el mediano plazo.

A muchos candidatos ya les llegó el agua a los aparejos, ¿se quedarán sentados esperando que el 7 de julio les llegue el diluvio? Todo por no colocar en sus agendas el problema ambiental.

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