Gatopardismo puro

El jueves, se descorrió el telón de la llamada Nueva Liga entre minifaldas de edecanes y nerviosismo oficial. Y todo para que nos dijeran los federativos que Televisa impuso como presidente de la misma a Decio de María, y que los dueños de equipos de Primera División, de consuno con las cabezas de la Femexfut, habían tomado drásticas determinaciones y parido numerosas novedades encaminadas a maquillar la pobre imagen actual del balompié nacional.

Lo de maquillar imagen lo decimos nosotros, no ellos, que presumen de revolucionarios. Y lo diría cualquiera que repase los “cambios” propuestos: modificaciones a la subcomisión de árbitros y disciplinaria (y abolición de las designaciones por computadora), enésimo regreso del tantas veces quebrado torneo de copa (con participación de equipos de Primera y primera A), liga y copa bajo la advocación de sendos patrocinadores oficiales, distinto puntaje para los empates “si la FIFA lo autoriza”, campañas para atraer familias a los estadios, incentivación del uso de redes sociales y –salió el peine– fin del reparto comunal de los dineros de televisión para que cada club se cotice y rasque con sus propias uñas.

Abundan en el comunicado formas verbales como se incentivará,se promoverá,se buscará,se estimulará... –el vocabulario entero de los propósitos sin ninguna garantía de concreción–, a cambio de dejar intactos lastres tan notorios como la multipropiedad –tan bien aprovechada este fin de semana por Jaguares y Morelia para colarse ambos a la liguilla–, el draft anual, las delincuenciales barras y los minitorneos, ahora con el añadido de dos de Copa por año, como si el calendario de nuestro futbol no estuviera ya bastante sobrecargado.

En fin, que más allá de la idea de potenciar patrocinios y liberar a las televisoras del yugo del contrato único, fue un ejercicio de gatopardismo puro.

Final B en Munich

Ni uno ni otro. Muy cara factura les cobró al Barça y al Madrid su épico agarrón del sábado 21 en el Campo Nou, interpuesto entre las fechas de sus semifinales de Champions. Mal recuperados ambos de la extenuación del clásico, se vieron físicamente inferiores al Chelsea y al Bayern y fueron incapaces de recuperar en cancha propia lo que habían hipotecado en la ajena. Es verdad que el 2–2 rescatado por 10 blues estuvo marcado por la mala suerte que ya había hecho presa de los catalanes en el partido de ida –de nuevo hubo dos remates a los postes, entre ellos el penal malogrado por Messi–, pero en ningún momento apareció el toque avasallador del Barcelona, y la pésima noche de de su astro principal arrastró al resto, ante un equipo dedicado por entero a mantener blindado su territorio. Y el Madrid, que se las prometía felices tras los dos goles de Cristiano antes del cuarto de hora, después no sólo fue bien contenido, sino en muchos momentos superado por un Bayern mucho más ambicioso y entero. Una superioridad tácita que se corporizaría en la tanda de penaltis y el 3–1 que la resolvió, burlando el esfuerzo de Casillas, que como Neuer, su colega de enfrente, detuvo dos.

De modo que el 19 de mayo, en el Arena de Munich, la final de la Champions verá enfrentarse a los dos improbables. Y aunque el Chelsea está crecido, la ventaja del local jugará a favor del Bayern, un equipo mucho más ofensivo y vistoso que el del ruso Abramovich.      

Dos hispanos y dos

argentinos frente a frente

Mediana cura para el doble revés a Madrid–Barça, la Europa League va a tener, el 12 de mayo en Bucarest, dos finalistas hispanos, Athlétic contra Atlético, Bilbao contra Madrid. Los leones vascos dieron cuenta del Sporting lisboeta –3–1 para superar el 1–2 de la ida, con Llorente fiel a su papel de ídolo héroe–, mientras los colchoneros confirmaban la superioridad ya demostrada a la vera del Manzanares sobre el Valencia, ratificado el 4–2 previo con el 0–1 del jueves en Mestalla, cañonazo impresionante de Adrián para machacar a un Valencia de antemano roto por la sensible rotura del ligamento doble del joven Canales en la misma rodilla del otoño pasado. Mala suerte.

Tan interesante o más que este duelo doméstico será el enfrentamiento táctico entre Marcelo Bielsa y Diego Simeone –el método contra la pasión–, los entrenadores argentinos de vascos y madrileños.

El adiós de Pep

Hay por lo menos dos Guardiolas: el personaje devenido mito en menos de cuatro años, y el hombre atildado y sereno que lo construyó. El anuncio de su retirada, aparentemente temporal, ha desatado una polémica en la que son más los que lamentan la pérdida de un entrenador paradigmático, un verdadero baño de colonia finísima sobre el reseco futbol del siglo XXI, y los que lo acusan de abandonar una nave a punto de zozobrar.

Me apresuro a declararme miembro del primer grupo, pero no dejo de reconocer su derecho a la disidencia y el festejo acusatorio a los fundamentalistas del madridismo que han visto en Pep la odiada encarnación del enemigo.

Vucetich,

hombre récord

El Monterrey refrendó su título de la Concachampions a costillas del Santos y gracias al agónico gol de Neri Cardozo en el Corona de Torreón (2–0 y 1–2). Con ello, bajita la mano, Víctor Manuel Vucetich se convierte en el DT mexicano más exitoso de la historia, pues de 12 títulos disputados desde su estreno en 1989, ha ganado... los 12: dos ligas de Segunda División (Neza y León), dos ligas de Primera (León y Tecos), dos Copas (Tigres y Cruz Azul), tres minitorneos (Pachuca y dos veces con Monterrey), y en el plano internacional tres coronas más con el Monterrey (una Interliga y dos Cocachampions).

Como marca, y guardadas las distancias, se puede equiparar a lo de Pep Guardiola, que en cuatro años al frente del Barça ganó 12 de 15 torneos disputados: 3 veces la liga española, una Copa y dos Supercopas de España, y a nivel europeo dos Champions y otras tantas Supercopas, más otras dos veces campeón mundial de clubes.

¡Bien, Lobos!

Para culminar una semana rica en sorpresas, qué tal la victoria de Lobos UAP sobre el favorito Necaxa para clasificarse finalista de Primera A. Gran labor de Orduña y los suyos (3–1 global), que intentarán ahora vencer a un León aparentemente más armado, a tono con una nómina mucho más cara. Pero lo mostrado en materia de entrega y pundonor por los lobeznos en estas últimas semanas permite un margen de esperanza.

Para no ser menos, el Puebla fue al Volcán a quitarle lo invicto a un Tigres notoriamente venido a menos. La franja terminó el torneo con 19 puntos, de los cuales 11 corresponden a la callada pero magnífica gestión de Bartolotta, que ganó tres partidos, empató uno y sólo perdió ante el América con aquel penalti fantasma.