2012-01-17 04:00:00
Por eso pregunto:
¿te encuentras bien donde te hallas?
Y bien aquí quiere decir
caminar sin tropiezos
por los claroscuros de tus rumbos.
Levantar o bajar, abrir o cruzar las piernas
y los párpados, en confianza
como se abren y cierran las flores al día,
porque existe el calor y se gradúa
al ritmo del espectro que de ellas,
las piernas y las flores, emanan.
Mi curiosidad indaga:
¿Haces sentir bien a tus compañías?
Porque estás con ellas clara y rotunda
como la luna acompaña
con sus ciclos de sangre, rubor y sales.
Porque das sonrisas, pones tu mano
en las suyas, suaves o firmes según
la sinceridad con la que sigas
a la realidad y sus latidos.
Y la indetenible búsqueda
se planta en tu frente un segundo
y merodea para comprobar
si te queda en la menoría de mí, alguna huella.
¿Y a la huella la besas o la saltas?
Y si la besas,
¿ cuántos segundos estoy vivo en ti?
Y si la saltas, ¿te esfuerzas?
Puedes calcular que seguiré curioseando al infinito,
mas lo haré mejor si contestas
a la duda capital del momento:
¿Responderás algún día sin temer
enterarte de cómo y cuánto te quiero?
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