2012-03-22 04:00:00
El aroma de mi maleta me hace llorar
Vitezslav Nezval (Biskoupy, 1900-Praga, 1958)
Sus pies se niegan a dar un paso más por las veredas.
Y sigue, la lleva el tren del sueño
por los rieles de la sangre,
monta en el lomo de La Bestia.
Sus manos empuñan la escalera
y cuelga como un paraguas olvidado.
La memoria le alza los párpados y la cuida:
una flauta silba a las ovejas
desde la boca del hijo que hincha sus mejillas.
Enganchada cruza pueblos, calles, milpas,
cerros, estaciones en ruinas.
Las lluvias y el sereno
le aligeran el olor y el dolor que la persiguen.
(Una noche sueña que la luna
se embarazó con los días y el tren
pita alegre y avisa pronto, pronto...)
El sol quema con su pregunta:
Los que cayeron en la madrugada
desprendidos en un pestañeo.,
¿despertaron deshojados con el golpe de la muerte?
La pasajera llora sus desgarres,
se ata con los dientes y otra cicatriz
le tizna el mapa de su rostro.
Con la maleta en su espalda,
peregrinó noches y países enteros,
aún cree que valdrá la pena transitar por los que falten.
Si no cae del tren, si llega a la línea,
si la cruza, si no la violan, si no la vencen,
si el desierto no la pierde…
(Su sueño le crece como la sed:
Ella es un paraguas abierto, el niño flautista
revolotea y silba, la transeúnte lo atrae a su seno…
Y vuelan).
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