2013-02-22 04:00:00
“El mango es la más feliz de todas las frutas dulces”
La Biblia
1
Anoche te soñé iluminada
por la alegría de comerte
un mango con las manos
pegajosas, untándose en tu rostro
y el sol jugoso escurría liberado
y te endulzaba los gestos.
Yo me acercaba a tu felicidad
y de pronto era el perro que te lambía
cada poro, cada vello, cada ojo, cada ceja
y el mango no se acababa
como la zanahoria de mi abuela,
pero este era un contento
no una burla, no un castigo:
sueño de un perfume perfumado.
2
Come orgullosa tu mango interminable,
deja que caigan otros y rueden por el suelo
tambores de latidos amarillos y verdes.
Deja que se pudran, púrpuras y negros
y que te crezca su aroma,
que se enrede su piel en tu pelo.
Que broten sendos mangos en tu pecho.
Si luego de esta guerra florida me asombro,
si pasado el festín en tus jardines
parezco un perdido en algún paraíso de Ceilán,
despiértame con unas gotas de mango apenas fermentado
y que en mis labios estallen mil fogatas.
Has que estalle en mi lengua
el hueso limpio del placer.
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