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Aspirantes excluidos

Por: Gustavo Santín

2012-08-13 04:00:00

Cartas a Gracia

 

Concluyeron los juegos olímpicos de Londres, Gracia, referencia obligada de la presente carta por dos cuestiones, la primera por seguir –vía tv– a la prueba reyna del atletismo, la maratón, competencia que ganara un atleta ugandés y la segunda, por escuchar que ayer domingo corriste 12 kilómetros como parte de tu preparación rumbo al medio maratón internacional de la ciudad México que se realizará el día dos de septiembre de 2012, al mismo tiempo que se realizará la XXX Edición del Maratón Internacional de la Ciudad de México, que, “Ese día”, reza la publicidad del acto en internet (http://www.maratonmexico.com/) “el deporte en la Ciudad cumple uno de sus principales objetivos, formar personas y transmitir valores como el juego limpio, la solidaridad, el respeto, la igualdad y la equidad”. A tan sólo 20 días de la justa, Gracia, la publicidad oficial resalta que la ruta pasará por sitios históricos, zonas arboladas y que será atestiguada por más de un millón de habitantes de la otrora gran “ciudad de los palacios”. Partirá del zócalo de la Ciudad de México y transitará por las avenidas Juárez, justo a un costado de una zona tapiada por remodelación, Insurgentes sur, Mixcoac y Revolución, señala otra página web, que para fortuna de corredoras y corredores, la ruta no cambia.

Pero a otra cosa mariposa, señala la conseja pública cuando se desea abordar otro tema diferente al que se comenta y que, hoy por hoy, Gracia, tendría necesariamente que ver, en materia educativa, con las manifestaciones de estudiantes rechazados por la falta de cupo en las instalaciones de las Instituciones de Educación Superior de carácter público, fundamentalmente en espacios de estudio de nuevo ingreso a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lo mismo que a la Metropolitana y al Instituto Politécnico Nacional (IPN) –IES públicas que en conjunto rechazaron a casi 300 mil jóvenes que demandaron ingreso para el ciclo escolar 2012–2013– y en el ámbito local a las universidades autónomas de cada una de las entidades federativas. Tildados por medios masivos de comunicación como flojos, burros, haraganes, incompetentes, Gracia, muchos de los estudiantes excluidos reivindican un “derecho social a la educación superior pública, gratuita y de calidad” en tanto señalan, Gracia, que no aceptan ser llamados “rechazados”, mientras que en ciudades como las de México, Puebla, Oaxaca, Chilpancingo y Acapulco, realizan plantones y cercos de lectura, hacen movilizaciones, se encadenan, toman instalaciones universitarias (Oaxaca) de las que son desalojados con violencia y sufren amenazas de represión (Puebla) con el afán de intimidarlos.

En el fondo, Gracia, señalan, se encuentra una política denominada por el Movimiento de Estudiantes Excluidos de la Educación Superior (MAES) como de Exclusión educativa (http://www.aspirantesexcluidos.blogspot.mx/), inherente a un modelo educativo nacional adoptado por México tras exigencias “competitivas” de instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM), que “se aplica como parte de un proyecto continental, y el cual, lejos de medir conocimientos y capacidades académicas, es un mecanismo para estratificar a los solicitantes por la condición social y económica de sus familias, para seleccionar a unos pocos y dejar fuera a la mayoría con el argumento falaz de que reprobaron el examen”. Resaltan, Gracia, información sobre el movimiento de excluidos en http://www.elinformador.com.mx/, que “de acuerdo con los datos del Banco Mundial en 2005, (que mientras que) México tuvo el ingreso nacional bruto per cápita más alto de Latinoamérica, el índice de cobertura en educación superior del país es apenas de 29 por ciento (porcentaje que incluye por cierto la prestada por las IES de financiamiento particular), por debajo de los índices de cobertura en América Latina, pues, por ejemplo  Costa Rica y República Dominicana tienen una cobertura de 34 por ciento; Bolivia, 39 por ciento; Chile y Venezuela, 52 por ciento, y Argentina, con un 67 por ciento.”.

Con triunfos parciales obtenidos a partir de 2006 que les permiten mediante ciertas reglas el ingreso a las instituciones que los excluyeron, Gracia, y que implican una beca cubierta monetariamente por los excluyentes –Secretaría de Educación Pública, UNAM, UM, IPN– para cursar un año de estudio en una Institución de Educación Superior de financiamiento privado como prerrequisito, los estudiantes agrupados en el MAES a más de su ingreso, demandan un cambio al modelo de educación superior, un incremento sustancial al presupuesto destinado a este nivel educativo y a la educación pública, la creación de nuevas IES de carácter público, en pocas palabras, Gracia, y en cristiano, mediante un pacto político nacional en que acudan los interesados, generar una política pública, –una política de Estado– que de solución a las demandas planteadas por los excluidos.

Pero ahí vienen los “asegunes”, Gracia, por el momento las autoridades educativas deben asumir su responsabilidad social y dejar de lado medidas demagógicas adoptadas y que implican un incremento en el ingreso de estudiantes a las instituciones públicas sin la creación de nuevos espacios educativos, incluidos salones y laboratorios, y sin la contratación de más personal académico que los atiendan, cuestiones que sólo dañan a la calidad con la que trabajan quienes tienen que hacerlo en grupos saturados con más de 70 alumnos. Hasta tener más noticias tuyas camino al medio maratón internacional de México, me despido, Gracia.

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