Logo de La Jornada de Oriente
Cargando...

El problema del desempleo no se resuelve otorgando estímulos a la inversión privada

Por: Arturo Huerta González

2013-02-19 04:00:00

 

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en su más reciente Análisis Económico semanal se ha pronunciado por más reformas para estimular la inversión para generar empleos formales. Parten de la concepción de que “gran parte del crecimiento de la informalidad se ha debido a la falta de inversión”, lo que hace que las empresas sean incapaces de absorber la mano de obra que anualmente se integra al mercado laboral. De ahí que insisten en las reformas estructurales para ampliar la frontera de inversión del sector privado en sectores estratégicos como Petróleos Mexicanos (Pemex) para estimular la inversión productiva privada y así generar empleos formales en el país para frenar el crecimiento de la informalidad que representa ya casi 60 por ciento de la población ocupada. Además de las reformas estructurales, dicho Centro de Estudios se ha pronunciado por que se instrumenten mejores políticas económicas para generar empleos formales, para revertir esta proporción. En tal sentido nos dicen que “es indispensable conjuntar diversos cambios en materia fiscal, legal, laboral, entre otras, de tal forma que se genere un entorno seguro para el capital”. Lo que no reconocen, es que las políticas predominantes han actuado a favor de la inversión financiera, y de ahí el gran crecimiento de la Bolsa Mexicana de Valores, como las grandes ganancias que tiene el sector bancario, lo que no se traduce en mayor crecimiento económico, ni en mayor empleo. La reforma laboral ya aprobada, no redundará en mayor generación de empleo formal, como lo señalaron los defensores de dicha política, sino que favorecerá la contratación temporal, lo que reducirá el trabajo permanente, e incrementará el desempleo, además de reducir los salarios reales y prestaciones laborales, lo cual contraerá el poder adquisitivo de los trabajadores, y por ende la demanda, la producción y la generación de empleo, incrementando más la economía informal.

La reforma energética significará cambio patrimonial. Se incrementará la inversión privada a costa de la contracción de la inversión pública. Lo que pertenecía al sector público, pertenecerá al sector privado, sin que ello se traduzca en mayor inversión y en mayor empleo. De darse mayor crecimiento de la inversión privada en dicho sector, para ampliar la producción y las exportaciones de crudo, no significará mayor empleo, ya que el propio sector privado está exigiendo que la reforma energética venga acompañada de cambios significativos en la relación laboral en dicho sector, arguyendo baja productividad en el mismo, y además tales inversiones estarán acompañadas de alta tecnología que ahorrarán mano de obra.

Dicho Centro de Estudios se pronuncia también por que la reforma hacendaria contemple exenciones tributarias para favorecer la inversión y “la infraestructura productiva, lo cual se traducirá en mayor crecimiento y por ende en mayor capacidad de generación de empleos”. El problema es que en ese tenor hemos estado por décadas, donde los gobiernos desgravan, y gravan poco a las empresas de todos tamaños, en la perspectiva de incrementar la inversión del sector privado, y así impulsar el crecimiento y el empleo, y los resultados no han sido los buscados. Las mayores ganancias que obtiene sobre todo la cúpula empresarial por los bajos impuestos que paga, y que elude y evade su pago, no se han traducido en mayor inversión productiva, ni en mayor empleo formal, ni mucho menos en mayores salarios, sino que se han canalizado al sector financiero–especulativo, por ofrecer éste mejores ganancias en relación al sector productivo.

El gobierno ha justificado los estímulos fiscales a favor de la inversión para impulsar el crecimiento y el empleo, y por su parte, el sector privado constantemente demanda políticas de estímulo a la inversión, bajo el mismo argumento, y los resultados han sido la baja recaudación tributaria del gobierno, y su menor capacidad de gasto, y menor tamaño, y por otro lado la mayor centralización del ingreso, mayor desempleo, subempleo y miseria.

Bajo el mito de que es importante que crezca la inversión privada para así generar empleo es que se ha procedido a ampliarle la frontera de influencia y de inversión al sector privado, y lo que ha llevado eso es a reducir el tamaño y participación del sector público en la economía, sin que se haya incrementado el empleo formal de la economía.

No se puede seguir con dicha política. El sector privado solo genera un empleo, si éste le reditúa más de lo que invierte en su contratación, por lo que no es a través de menores impuestos como se incrementará la inversión y el empleo, sino que tiene que haber condiciones de ganancia y de crecimiento de mercado interno para que se de la inversión, y para ello el gobierno tendría que incrementar el gasto público, como salarios para aumentar demanda, y así configurar expectativas de crecimiento para que se de la inversión y la generación de empleo, y eso no acontece. Además, tendría que proteger el mercado para evitar filtraciones de demanda hacia importaciones. Hay que tomar en cuenta que el único sector que puede generar empleo sin fines de lucro, es el sector público, por lo que tendría que tener una política de empleo, y para ello se requiere gasto público deficitario, para lo cual se requiere replantear la política macroeconómica predominante, situación que no plantea el sector privado, ni los partidos políticos.

Share
La Jornada
Nacional Michoacan
Aguascalientes Guerrero
San Luis Veracruz
Jalisco Morelos
Zacatecas  
Tematicas
Defraudados Izquierda
AMLO Precandidatos 2012
Servicios Generales
Publicidad
Contacto
© Derechos Reservados, 2013. Sierra Nevada Comunicaciones S.A. de C.V.