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¿Recuperaremos la estrategia de desarrollo industrial en el actual proceso de globalización?

Por: Arturo Huerta González

2012-11-20 04:00:00

La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), en su reporte semanal “Sinopsis económica”, considera que “México debe definir una estrategia de desarrollo industrial que impulse el crecimiento sostenido, y mejorar sustancialmente las condiciones de vida de la población, ya que la economía sigue en proceso de desaceleración”. Resaltan el proceso de recesión y caída de la producción industrial, que enfrentan los países europeos, así como la desaceleración de la actividad económica de los Estados Unidos (EU), lo cual está afectando a los mercados de valores a nivel internacional. Ante tal panorama, la Canacintra se pronuncia por “orientar esfuerzos para alcanzar, en el menor tiempo posible, tasas de crecimiento sostenido que nos permitan incorporarnos de mejor manera dentro del ámbito económico mundial”.

El documento de tal Institución señala que para mejorar las condiciones para que las empresas mexicanas compitan en la economía mundial, se tiene que desistir del planteamiento de que la mejor política industrial es la que no existe, planteamiento que enarboló el otrora Secretario de Comercio en el período de Salinas de Gortari, Jaime Serra Puche, práctica que ha seguido hasta la fecha. El problema es que la Canacintra insiste en que “con la globalización se busca que las economías nacionales sean más productivas y competitivas. Se debe tener claro que, es un proceso de fortalecimiento de las interdependencias entre empresas, individuos e instituciones de distintos países”. Siguen sin reconocen que en el contexto de globalización, de libre movilidad de mercancías y capitales no hay política industrial alguna. La apertura comercial generalizada nos ha llevado a tener menos industria, dada nuestra baja productividad y competitividad frente a importaciones. Asimismo, la libre movilidad de capitales impide flexibilizar la política monetaria, cambiaria y fiscal a favor de la producción nacional, y de ahí el porque los problemas que enfrenta la mayoría de los países de la Unión Europea, así como nuestra economía, como otras de América Latina. Estos son resultado del proceso de globalización que sigue defendiendo la Canacintra. Los datos evidencian que los países europeos, como EU, y los países latinoamericanos, tenemos hoy menos industria, que la que existía antes del auge de la globalización, es decir, que en 1980. La interdependencia entre empresas, individuos e instituciones, ha favorecido a los países asiáticos (que hoy tienen más desarrollo industrial que antes), así como al sector financiero internacional, que ha visto incrementado su poder económico, y financiero, por lo que no se puede seguir insistiendo, o esperando que la globalización, nos lleve a ser más productivos y competitivos.

Se preocupa la Canacintra de la desaceleración de la economía mexicana y del regreso a la realidad de crecimientos bajos, por lo que señala que “el sector industrial está más que nunca comprometido a promover una nueva cultura empresarial, cuyo elemento fundamental sea una lógica de producción sustentada en la elevación permanente de los niveles de productividad y competitividad de la planta industrial del país”. A ello agregan que las autoridades gubernamentales, deben “definir una estrategia de desarrollo industrial, centrada en el conocimiento y en la habilidad de nuestro pueblo para entender y aplicar la tecnología”. Cabe decir, que la problemática de des–industrialización del país, y la desaceleración económica, no es por falta de cultura empresarial, sino que es resultado de la política económica predominante, de apertura generalizada, de bajos aranceles (o arancel cero), como del tipo de cambio apreciado, que abarata el dólar, y los productos importados, así como el encarecimiento y restricción crediticia hacia el sector manufacturero, que ha colocado en desventaja competitiva a los productores nacionales frente a las importaciones. La producción nacional es desplazada por importaciones, y se merma la dinámica de acumulación de dicho sector, lo cual contrae la inversión, y con ello el desarrollo tecnológico. A ello se suma la política de disciplina fiscal, que contrae la inversión pública, como en ciencia y tecnología, por lo que menos viabilidad hay para el desarrollo tecnológico, que apuntale la dinámica manufacturera, y la competitividad, evidenciando que las autoridades no han tenido política alguna a favor del desarrollo industrial. Al proseguir la política cambiaria predominante, así como la austeridad fiscal, y al no revisarse la apertura comercial, no hay viabilidad de que el país se encamine hacia una estrategia de desarrollo industrial, como propone la Canacintra.

El desarrollo tecnológico, para mejorar la competitividad manufacturera nacional, requiere de políticas expresas encaminadas a desarrollar la ciencia y la tecnología, como la acumulación del sector productivo, para fomentar la inversión en éste sector, y para ello debe haber políticas de expansión del gasto público, tanto en ciencia y tecnología, como para dinamizar el mercado interno. Ello a su vez debe ir acompañado de políticas que eviten la filtración de demanda hacia productos importados, para asegurar efectos multiplicadores internos que estimulen la producción y el empleo nacional, y que reduzcan las presiones sobre el sector externo, para disminuir la dependencia de entrada de capitales. Si en realidad la Canacintra quiere proteger y desarrollar al sector manufacturero nacional, debe pensar en ello, y no insistir en estrategias fallidas de desarrollo, como lo ha representado el proceso de globalización y la política que le acompaña. 

 

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