Las Secretarías de Cultura y de Economía del gobierno de México, a través de sus titulares Alejandra Frausto Guerrero y Tatiana Clouthier Carrillo, respectivamente, firmaron un convenio de colaboración, el cual tiene por objetivo establecer las bases de participación y cooperación para llevar a cabo, de manera conjunta, acciones de vinculación entre la comunidad cultural y artística, emprendedores y gestores culturales con los sectores productivos, a fin de contribuir al impulso de empresas culturales para potenciar el desarrollo económico y fortalecer la oferta cultural de país, así como promover, respetar, proteger y asegurar el ejercicio de los derechos culturales.
Durante la firma, que se llevó a cabo en el marco del Seminario virtual “De lo artesanal a lo empresarial”, organizado por la Secretaría de Economía, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, afirmó que este convenio abre oportunidad para que las y los artistas, en especial los tradicionales, se capaciten en distintas prácticas que no se tienen, lo que abrirá las puertas para que su crecimiento no tenga límites.
“Nos toca tender esos puentes entre las comunidades y otros mercados, entre la posibilidad de lo que generen en estas comunidades les represente un desarrollo en su familia y que no dejen de transmitir estos conocimientos a las siguientes generaciones porque creen que no valen, esto es lo que más valioso que tenemos como país, la diversidad, la fuerza cultural que somos como país”, comentó.
En el evento, que contó con la presencia de la artesana textil Teresa Lino Bello y de la senadora Susana Harp, la secretaria Frausto Guerrero reconoció el trabajo legislativo para impulsar un sistema de protección de los derechos comunitarios que pertenecen a las culturas nacionales, las cuales están vivas y cuyos diseños, principalmente textiles, despiertan interés entre diseñadoras y diseñadores internacionales. Ante ello, dijo, es necesario generar puentes que permitan la colaboración entre los mercados globales y las y los creadores tradicionales, siempre que así lo quieran esas comunidades.
“Queremos que México consolide una manera de hacer una política pública interna que se convierta en una de las mejores prácticas reconocidas a nivel mundial. Llevamos esta posibilidad de ser vanguardia en el tema por la riqueza cultural que tenemos y porque hemos parado el silencio en cuanto a la apropiación cultural. Ya no es lo mismo, ya tienen con quién hablar, las instituciones tenemos que ponernos al servicio de las comunidades para que, si es motivo de su interés, desarrollar estos proyectos empresariales desde su propia creatividad”, afirmó.
A su vez, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier Carrillo, dijo: “nuestro compromiso, a través de las políticas públicas, es poner todo lo que tenemos con nosotras al servicio de quienes lo necesitan, capacitar a todas las mujeres que tenían un negocio de una naturaleza, para llevarlo a otra dimensión, en digitalizarlo, en llevar al comercio electrónico para que sus productos lleguen a otros rincones, para poder ayudarlas a seguir creciendo”.
Comentó que la defensa de los derechos colectivos abarca no solo las creaciones artesanales en ramas como la textil, sino también, a través del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI): “nos toca como Secretaría de Economía defender lo mexicano, estamos haciendo no solamente como decían Susana (Harp) y Alejandra (Frausto) en algunas prendas, nos tocan también temas como el maíz, el mezcal, el tequila, por poner algunos ejemplos, creo que mucho tenemos que enseñarle al mundo y estoy segura que lo estamos haciendo”.
Entre otras acciones, este Convenio General de Colaboración considera la realización de asesorías para que la comunidad artística y cultural, de emprendedores y gestores culturales desarrollen micro, pequeñas y medianas empresas y microindustria y actividad cultural.
Para la comunidad de artesanas y artesanos nacionales, se considera la promoción, planificación y ejecución de acciones para fomentar el acceso a servicios financieros y ofrecer capacitación en temas empresariales, así como otras acciones para el desarrollo de sus unidades económicas.
Destaca también el acompañamiento para favorecer el ejercicio colectivo de sus derechos en materia de creación de productos artesanales y un comercio justo, considerando para todo ello las características sociales, económicas y culturales de cada comunidad.
Además de apoyar a la comunidad cultural y artística, a emprendedores y gestores culturales para crear circuitos locales, estatales, regionales e internacionales para la circulación de la oferta cultural y que esta sea accesible a los públicos.
Así como promover un modelo de economía creativa con dimensión social que redistribuya y potencie la riqueza cultural, vincular mecanismos de estímulos fiscales de apoyo a las artes para fortalecer la relación entre la comunidad cultural y los sectores productivos, y desarrollar un observatorio de economía creativa que permita crear indicadores para medir con eficacia el impacto social y económico de la política cultural.
También contempla promover, planificar y ejecutar labores coordinadas y mecanismos de colaboración para el desarrollo de actividades productivas de la población microempresaria y pequeñas productoras del sector artesanal, e impulsarlas en las cadenas de valor de productos artesanales.