Prometeo fue un titán de la mitología que inspiró a relatores, poetas, músicos y artistas de la historia para reflejar el transcurrir del comportamiento humano basado en el concepto de los dioses hombres griegos como ejemplo real de la convivencia humana Prometeo es reconocido como creador y promotor de las actividades de hombres, su nombre prometeus se traduce del griego antiguo como “previsor” o “buscador”; fue hijo de Japeto, el quinto titán de los hijos de Urano; fue base importante en el concepto humano social pasado, presente y futuro; se le identifica como promotor de salud, dios para los humanos que nació y vivió en el tiempo de dioses, y cómo cuando llegó el momento de la génesis había que modelar la tierra y sus habitantes, tocó a los hermanos Prometeo y Epimeteo el revestirla, repartir facultades a los seres vivos que la poblarían. Epimeteo se encargó de hacer la distribución de procesos y habilidades de los futuros habitantes; Prometeo fue el que supervisaría lo distribuido. De esta manera, a unos seres les tocó fuerza, a otros tamaño, más allá rapidez, a otros armamentos, alas, pelo, alopecia, cascos, pezuñas, y a cada uno diferentes alimentos, como hierbas, carne, árboles, granos o frutos; así se fueron agotando las facultades en brutos y silvestres; llegó el momento que no quedaba nada para darlo al hombre; así cuando Prometeo supervisó el trabajo, felicitó a su hermano al verificar la armonía conseguida, pero al llegar al hombre la preocupación imperó; estaba desnudo, descalzo, inerme y era inminente dotarlo de algo porque se acercaba el día del inicio de actividad en la tierra; entonces la necesidad lo obligó a sustraer de Atenea y Hefestos, sabiduría, artes y fuego, con los que los adornó con lo solicitado, excepto la sabiduría política, que quedaba en manos de Zeus.
Prometeo agradeció a Zeus un enorme bovino, dividió su ofrenda en dos partes para que escogiera; en la primera porción y bajo la piel colocó carne y vísceras; en la segunda colocó solo huesos rodeados de grasa apetitosa; al dar a escoger la ofrenda a Zeus éste eligió la segunda y al verificar su contenido se enojó. De esta circunstancia derivó que los griegos, al ofrendar a los dioses, quemaban huesos para ofrecerlos a dios y la carne se la comían. De esta interpretación surge la costumbre de agradecer a los dioses, con sacrificios de animales; las primeras cosechas, dádivas o limosnas los cristianos, en fin para dar gracias a las ofertas divinas.
Zeus se indignó con el obsequio y privó a los hombres del fuego que volvió a subir al Olimpo; Prometeo al fin protector de hombres decidió retornarlo a ellos; subió al Olimpo, lo tomó del carro de Helios y de la forja de Hefesto devolviéndolo al hombre a través del tallo de una caña, acto que permitió al hombre volver a calentarse.
Zeus se enojó más con Prometeo y decidió vengarse de esa segunda ofensa; ordenó a Hefeso que Bía y Cratos lo llevaran al Cáucaso, donde debían encadenarlo para que la hija de los monstruos Tifón y Equidna, un águila, le comiera cada mañana el hígado, víscera que por las noches se regeneraba. Pero Prometeo, dios, era inmortal y no moría; por tanto el castigo se prolongaría por siempre.
Este relato mitológico aparentemente sin importancia es trascendente en la medicina actual, porque hoy sabemos que el hígado es la única víscera que se regenera, hecho que los griegos mitológicos ya sabían; el hígado es un órgano que puede perder hasta 80 por ciento de su superficie y seguir siendo útil, como ocurre con los cirróticos alcohólicos.
Prometeo superó a los dioses de su árbol genealógico, de los que sustrajo también astucia para humanos, y del que Zeus nunca logró vengarse; ordenó a Hefesto que con arcilla hiciera una mujer a la que debía llamar Pandora, le infundió vida, por medio de Hermes la mandó a Epimeteo, hermano de Prometeo, en cuya casa se encontraba una jarra que contenía plagas, dolor, pobreza, crimen, hurtos, linduras que hoy muestran priistas y panistas del poder; con esas plagas Zeus castigó a los humanos de Prometeo. Pandora se casó con Epimeteo, después de haberla rechazado advertido por su hermano que no aceptara regalos de los dioses, pero la aceptó para menguar la ira de Zeus, Pandora terminó abriendo el ánfora de las desgracias que priistas y panistas dan al género humano de este país olvidado por los dioses ¿Dónde estás, Prometeo, para salvar al pueblo mexica de los poseedores de la caja de Pandora?