El presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, reconoció que el relleno sanitario de Puebla sólo se tiene garantizada la disposición final de las mil 800 toneladas diarias de basura que produce la capital poblana hasta por medio año.
El edil aseguró que su gobierno está analizando las opciones para incrementar la vida útil del relleno ubicado en la zona de Chiltepeque, al oriente de la ciudad, para que se prolongue su uso hasta por 10 o 15 años más. De igual forma está garantizada la recolección de basura en los domicilios que, dijo, es uno de los servicios mejor evaluados de la ciudad.
La reubicación del relleno sanitario –tal como lo han exigido los habitantes de la cercana población de Santo Tomás Chiautla–, sería la última medida a tomar agregó Rivera Pérez.
Entrevistado ayer, durante una gira de trabajo por el sur de la capital, el edil admitió que el relleno sanitario está llegando al final de su vida útil luego de que las pasadas administraciones de la Comuna no aplicaron medidas efectivas para mejorarlo.
La celda A llegó a su máxima capacidad y podría dejar de recibir basura en diciembre próximo, pero a decir de Rivera Pérez se están tomando medidas como la compactación de desechos, para que por los próximos seis meses esta celda siga funcionando.
Tanto el Organismo Operador de Limpia, como la Secretaría del Medio Ambiente no sólo están planeando acondicionar la celda B, sino también una planta de pirólisis–termólisis –descomposición química de la basura por calentamiento–, así por medio de un proyecto con el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otras.
Sin embargo, el principal problema de la celda B es que se encuentra sobre la barranca El Aguaje, la cual es un cuerpo de agua intermitente que está protegida por las leyes federales.
Al respecto, Rivera Pérez indicó que la administración municipal está trabajando con la Comisión Nacional del Agua, a fin de lograr que esta barranca sea desviada, o bien, entubada, a fin de dar continuidad a la celda B de Chiltepeque.
Resaltó que la celda se encuentra en la zona boscosa de La Calera, por lo que aseguró que su gobierno no está interesado en talar los árboles de encino pues iría en contra de su política medioambiental.
“Si no hubiera alguna otra alternativa, se tendría que llegar al caso extremo de buscar un nuevo lugar para el relleno sanitario, pero esta decisión no se tomará hasta tener una conclusión definitiva”, expresó.
