Pablo Escalante explicó que más que un acercamiento al panorama del arte prehispánico, los participantes del curso “(Re)visiones contemporáneas del arte prehispánico” conocerán los acercamientos teóricos actuales y cuáles son las correspondencias entre una y otra expresión indígena, independientemente a su momento cronológico o contexto geográfico.
Ese proyecto académico, que se realizará en el Museo Amparo del 23 de septiembre al 10 de diciembre, con sesiones los días viernes de 17 a 20 horas y los sábados de 10 a 13 horas, es avalado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
En una entrevista telefónica, el coordinador académico del curso indicó que los asistentes conocerán la forma en que se está abordando el arte indígena: con qué objetos o métodos o bajo qué línea teórica.
“No es una visión general del arte, sino una nueva revisión a los temas bajo el lente de la novedad”, subrayó Escalante.
Dado que existen herramientas nuevas, teorías modernas e investigaciones antropológicas que “desnudan la imagen precolombina”, el curso servirá para “abandonar el trabajo arqueológico y comprender el valor y la riqueza teórica de los elementos prehispánicos”.
Escalante notó que en concordancia con otras culturas –como la griega o la egipcia–, que mantienen como parte de su repertorio visual ciertas figuras arquetípicas, la tradición mesoamericana cuenta con un conjunto de imágenes que no pierden su vigencia, sino que son capaces de reconfigurarse y aparecer en el discurso actual.
Un ejemplo de esas imágenes arquetípicas, señaló el investigador, es la montaña, pues para los pueblos prehispánicos –desde el periodo clásico hasta La Conquista– fue símbolo de la riqueza, una referencia del agua y un lenguaje toponímico, pictográfico o glífico que designa al “altepetl”, una palabra náhuatl que refiere a la “montaña de agua”; es decir, a la región mesoamericana sagrada.
