Búsquedas en el diario

Proporcionado por
       
 
Lunes, 18 de abril de 2011
La Jornada de Oriente - Puebla - Justicia
 
 

Días de pago, una pesadilla por los asaltos a obreros de los parques industriales

 

Falta más vigilancia en la capital poblana, pues de acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Pública al día se registran unos 30 robos a transeúntes. En la imagen, un operativo en Villa Verde  �  Foto Rafael García Otero
JAVIER PUGA MARTÍNEZ

Marco Antonio tuvo la mala fortuna de que su bicicleta cayera tras tropezar con un objeto en la Carretera a Fábricas, en el Parque Industrial Resurrección, en donde hace años no sirve el alumbrado público de esta zona norte de la ciudad de Puebla. Un hombre que atestiguó dicha caída corrió pronto en su auxilio; era noche y no vio quién era, pero agradeció el gesto.

Luego de que el buen samaritano se aseguró de que Marco Antonio no estuviera lastimado, le mostró una pistola y con un tono de voz muy distinto le soltó: “Ahora dame la cartera... y no la hagas de a pedo”. La billetera, la bicicleta y 2 mil 500 pesos de la quincena del obrero se fueron con el hombre que apenas unos minutos antes había mostrado una preocupación desmedida tras el accidente.

El accidente no fue ninguna casualidad, y forma parte de las decenas de robos que ocurren en esa zona contra los obreros de los parques industriales Resurrección y Puebla 2000, especialmente durante los días de pago de quincena.

Los días de pago, a mediados y principios de cada mes, se convierten en una auténtica pesadilla para hombres y mujeres que terminan de trabajar en el segundo turno, entre las 10 y las 12 de la noche.

Sin alumbrado público, sin auxilio de la Policía Municipal o de los guardias de seguridad privada de sus empresas, son los obreros que se transportan en bicicleta o a pie hasta poder tomar el transporte público quienes más padecen los abusos; en las mismas unidades de transporte tienen que sortear a los “carteristas”, o incluso esperando en el cajero automático han sido asaltados con el truco de la persona que llega y no sabe usar esa máquina. 

Durante un sondeo realizado por La Jornada de Oriente en dichos parques industriales se pudo recabar una molestia recurrente contra la autoridad municipal: “¿para qué tanto dinero en seguridad si los policías nunca están cuando se les necesita?”

Una promesa más

En marzo pasado, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Luis Espinosa Rueda, le solicitó al presidente municipal poblano, Eduardo Rivera Pérez, que aumentara la seguridad dentro de los parques industriales capitalinos.

El dirigente afirmó entonces que cuatro de cada 10 trabajadores de esos lugares, como el Resurrección, Puebla 2000, 5 de Mayo y Xochimehuacan habían padecido un asalto.

Aunque la petición no es nueva, pues se ha hecho a los anteriores presidentes municipales, la respuesta tampoco lo fue: simplemente no la hubo. Los asaltos siguen ocurriendo contra los trabajadores así como el robo de autopartes va en aumento.

Espinosa Rueda propuso a este gobierno, como lo ha hecho la Canacintra en años anteriores, cercar los parques industriales a fin de controlar el acceso y la salida de personas y camiones; a cambio, recibió la promesa de que la petición sería atendida, pero ésta y la seguridad para quienes trabajan en esos lugares al parecer quedará en eso: una promesa más.

Robos al 100 por ciento

De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, al día se registran en promedio 30 robos a transeúntes en la capital del estado, pero es semanas antes de las temporadas vacacionales –como semana santa– cuando este número se dispara y se pueden llegar a cometer 80 o 100 robos al día. No pasa de 10 por ciento los que llegan a ser denunciados.

La razón: que los delincuentes “ahorran” para poder irse también de vacaciones a los lugares turísticos donde continúan robando y cometiendo actividades ilícitas, según reportes de inteligencia elaborados durante la pasada administración.

Las “víctimas” potenciales de estos casos son mujeres solas en cajeros automáticos, mujeres distraídas en los cruceros de la capital esperando el cambio de luz del semáforo, trabajadores que salen noche de sus turnos y estudiantes.

Aunque algunos comerciantes del Centro Histórico no están de acuerdo con esa conclusión, y consideran que los robos en esta zona o en cualquier otra parte de la ciudad de Puebla, son producto de la poca preparación de los policías, así como de sus directivos.

Un ejemplo: en pleno pasaje del ayuntamiento de Puebla –a un costado del Palacio Municipal– no existe una sola cámara de videovigilancia, y los asaltos a los comercios en ese lugar son cotidianos; los ladrones arrasan lo mismo con artesanías, muñecos y dulces que con dinero y con computadoras.

“¿Y los policías que vigilan el Palacio Municipal? Bien, gracias. Ello sólo son una parte más del paisaje”, criticó un comerciante del pasaje del ayuntamiento que en lo que va del mes fue asaltado por segunda ocasión y que piensa incrementar sus costos de operación con el pago de seguridad privada.

¿Y las cámaras?

De acuerdo con datos del ayuntamiento de Puebla, durante el último trienio la capital recibió más de 200 millones de pesos del Subsidio para la Seguridad Pública municipal (Subsemun), y al menos 10 por ciento de ese dinero se gastó en la colocación de 200 cámaras de video vigilancia.

Con ese equipo, presumió el Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata en la administración de Blanca Alcalá Ruiz, se reducirían los delitos como robo a transeúnte, de autopartes y a casas habitación, narcomenudeo y ataques sexuales, entre otros ilícitos.

Los 200 aparatos fueron colocados en lugares “estratégicos”, como los 40 cruceros más peligrosos de la capital, escuelas, colonias “peligrosas” y puntos de concentración masiva. Ni una sola fue instalada en los parques industriales. La meta era llegar a 800 cámaras en toda la ciudad pero esto no se concretó

Hoy sólo funcionan unas 60 cámaras de videovigilancia y se desconoce por qué el resto está inoperable y menos cuándo será la fecha en que vuelvan a funcionar, de acuerdo con el regidor de Seguridad Pública del cabildo poblano, José Luis Carmona Ruiz, durante una pasada entrevista con este diario.

“¿Pero cómo quieres que haya cámaras de vigilancia si ni siquiera hay alumbrado público?”, cuestionó Marco el obrero asaltado hace un mes. Tampoco presentó una denuncia en el Ministerio Público. “¿Para qué? Nada más pierdo el tiempo y sale más caro, sale peor?”.

El obrero afirmó que los policías, cuando llegan, sólo es para pedir “para el refresco” y tratar de iniciar una búsqueda, pues de lo contrario sólo llegan, preguntan el nombre del asaltado y se van.

“Ellos (los policías) saben bien quiénes son (los delincuentes). Aquí la pregunta es por qué no les hacen nada y por qué nunca los meten a la cárcel. ¿De qué se trata?”, recalcó el hombre.

Los agentes de las empresas de seguridad privada no se meten cuando saben que alguien de sus compañeros de trabajo fue asaltado, dicen que no están contratados para eso.

En la zona industrial norte de Puebla existen más de 70 empresas y algunas pagan su salario vía tarjeta electrónica, pero otras sólo pagan una parte del sueldo de ese modo; el resto, en pago en efectivo dentro de la empresa, y ese es el dinero por el que van los asaltantes, entre otras pertenencias, como relojes, cadenas y reproductores de música. Lo que se pueda llevar y vender.

 
 
Copyright 1999-2011 Sierra Nevada Comunicaciones - All rights reserved
Bajo licencia de Demos Desarrollo de Medios SA de CV