“No soy un crítico, sino un cinéfilo que ha tenido la oportunidad de escribir durante más de una década sobre su pasión: el cine”, expresó el académico Alfredo Naime Padua durante la presentación de A ojo de buen cinero, un libro en el que reúne 120 columnas que fueron publicadas de enero de 2000 a mayo de 2010.
En compañía del comunicador Fernando Canales y del secretario de Cultura, Alejandro Eliseo Montiel Bonilla, el profesor de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla presentó este material que recopiló sus colaboraciones en diferentes medios de comunicación locales, incluida La Jornada de Oriente.
Sin algún criterio estético, Alfredo Naime seleccionó de entre 500 ensayos los 120 que conforman la edición.
“El libro se escribió solo, pues cada semana estaba sumando las opiniones que a lo largo de una década me provocó el séptimo arte”, explicó.
Indicó que A ojo de buen cinero es una continuación de La pantalla entintada, en el que recopiló las columnas que había escrito en la década de los 90 del siglo pasado.
“Tengo esperanza de que encuentren un trabajo honesto y documentado, escrito en un tono informal y con humor que revele el lenguaje del que está hecho el cine”, mencionó ante el publico que asistió a la cinemateca “Luis Buñuel”, de la Casa de la Cultura.
Alfredo Naime recalcó que como “crítico” escribe con la sensación de un cinéfilo que tiene la intención de escribir y establecer los valores, los méritos y desméritos de cada película.
Canales, encargado de prologar la edición de la Secretaría de Cultura, enumeró las principales características en las críticas de Naime: su humor, su inteligencia, su ironía –con la que logra que alguno que otro lector se ruborice–, su calidad humana y, sobre todo, su talento y pasión a la hora de criticar al cine.
Ejemplo de ello es la columna La ley de Herodes o los ideales del partido, en el que además de describir la película de Luis Estrada se da tiempo para señalar el parecido con la realidad de este país y su “política chicharronera”.
Luego de la presentación del libro, el público tuvo la oportunidad de preguntarle al crítico.
–¿Hay alguna referencia de producciones o cineastas de Puebla?
–Una de las películas que aparecen reseñadas es Arráncame la vida, que estuvo basada en la historia homónima de Ángeles Mastretta, la cual puede concebirse como un filme autobiográfico que lleva al espectador a diversos escenarios locales.
Quizá, lo más poblano de este libro, continúo, es que todas las películas que he criticado se han proyectado en la ciudad y en sus salas de cine.
Por último, el columnista agradeció la oportunidad a los diferentes medios que a lo largo de varios años han dado la oportunidad de expresar su pasión de cuatro décadas. En especial, reconoció a este medio, a su director Aurelio Fernández, y a su editor, Aldo Bonanni, por “recordarle que siempre había un espacio para él”.
