Después de cinco años de haber permanecido guardado el acervo que compró la Secretaría de Cultura al editor peruano Fernando Tola de Habich encontró un repositorio final. Ayer se inauguró la Biblioteca Tola, un fondo conformado por más de 40 mil libros y revistas de arte y literatura latinoamericana, estadounidense, española, francesa, alemana e inglesa de los siglos XIX y XX.
El fondo fue ubicado en la que fuera la sala José Manzo de Casa de Cultura. A partir de ayer, los 41 mil 941 títulos están a la disposición de los estudiantes e investigadores que quieran consultar este acervo especializado de literatura.
El objetivo, explicó el titular de la SC, Alejandro Eliseo Montiel Bonilla, es dar continuidad a la colección que se resguarda en la Biblioteca Palafoxiana, que va de los siglos XVI al XIX.
Laura Arellano, encargada del proyecto, indicó que en colaboración con la asociación civil Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (Adabi) se pudo estabilizar, limpiar y colocar el acervo.
El fondo bibliográfico Fernando Tola de Habich, explicó, representa uno de las colecciones más importantes de literatura mexicana de los siglos XIX y XX; además, se ve enriquecido por las colecciones de arte y de literatura mundial.
Otra de las particularidades de la colección radica en que cada sección comienza con una “primera edición”. En el caso de los textos en lengua castellana, por ejemplo, algunos de estos libros tienen el autógrafo de su autor, otros son poco conocidos o el tiraje fue de algunos ejemplares.
De entre éstos destacan El Periquillo Sarniento y La Quijotita, un par de obras del mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi; El calendario para señoritas, una colección de grabados de Guadalupe Posada o el libro Poesía, de Pablo Neruda, el cual contiene las firmas de los muralistas mexicanos Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
Los libros y material hemerográfico que conforman a la Biblioteca Tola representan 62 años de trabajo del bibliófilo Fernando Tola, quien en 1984 inició la publicación de una serie de trabajos de investigación literaria sobre el siglo XIX mexicano y que continuó con la publicación de las obras de Fernando Calderón y Manuel Carpio, además de que recuperó los textos de Alberto Michel, Ángel de Campo, Manuel Gutiérrez Nájera y de un grupo de críticos literarios de ese mismo siglo.
Teresa Díaz Villanueva, titular del taller de restauración de la Biblioteca Palafoxiana y encargada del proceso de estabilización de los materiales, explicó que en el proyecto participaron 11 especialistas quienes revisaron, limpiaron y recuperaron los “testigos”; es decir, la serie de cartas, postales o separadores que pudieran venir dentro de los libros.
La sala José Manzo fue adecuada para resguardar el acervo que fue adquirido por 20 millones de pesos. El espacio cuenta con extractores de polvo, detectores de humo, un sistema de alarmas y varios extintores, entre otros.