La inauguración del Hospital Infantil de Tlaxcala (HIT) se anunció con bombos y platillos en el primer tercio del sexenio orticista, pues a través de este nosocomio de tercer nivel se hacía posible la atención de menores con problemas graves de salud.
En su oportunidad se destacó la gran inversión para construir un hospital con las especialidades que hasta ese entonces no tenía Tlaxcala, pero se soslayó o no se dio tanta importancia de que un nosocomio de esa envergadura no requiere centavos, sino millones de pesos para operar.
Contar con especialistas y personal médico capacitado implica para el gobierno pagar salarios decorosos a los galenos que invirtieron mucho tiempo y dinero para prestar sus servicios, pero quizá eso no fue la mayor preocupación de quien administra los recursos del HIT
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