Búsquedas en el diario

Proporcionado por
       
 
Viernes, 29 de octubre de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 CINE 

Lo negro del negro

 

El actor Javier Bardem interpreta a Uxbal en la película de González Iñárritu
Alfredo Naime

Uxbal (Javier Bardem) está separado de Marambra (Maricel Álvarez), su esposa bipolar y alcohólica. Tiene la custodia de sus dos pequeños, Mateo y Ana, a quienes adora y cuida hasta el límite de sus capacidades. Trabaja “por su cuenta”: es el enlace de migrantes –chinos, senegaleses– para amarrar trabajos miserables en los giros de la confección, la construcción y la piratería en Barcelona, por los rumbos pobres de Badalona y Santa Coloma de Gramanet. No es un mal hombre, pero tampoco le importan las condiciones en que laboran y malviven sus “representados” a partir de salarios de hambre. Para redondear sus ingresos, Uxbal asiste a funerales; funge como vínculo de los fallecidos con los deudos para referirles sus pendientes finales, de forma que –ya liberados– puedan partir en paz. Así vive Uxbal lo mejor que puede, hasta que sangre en su orina y fuertes dolores le obligan a acudir al médico. La metástasis del cáncer ha cundido desde la próstata hasta huesos e higado. “¿Cuánto?”, pregunta; “algunos meses”, le responde la muerte, disfrazada de hombre en bata blanca. En fase terminal, con nada encaminado y todo por resolver, Uxbal entiende –aunque sin idea clara de cómo hacerlo– que tiene un puñado de días para poner sus asuntos en orden. Imperiosamente, garantizar el bienestar de sus hijos; pero ahora también, inopinadamente, recomponer cuanto pueda la situación de sus lumpentrabajadores. Ante la cercanía de la muerte –a contrarreloj– Uxbal inicia un itinerario esencial de redención, desde la obscuridad connatural a todo cuanto le rodea. En medio del miedo; ubicado en este terrible escenario físico e íntimo, el tipo escucha a su hija Ana preguntarle cómo se escribe “beautiful”. “Así, como suena”, le responde; “biutiful...”.

Biutiful, cuarto largometraje de Alejandro González Iñárritu –el primero sin el concurso del escritor Guillermo Arriaga– es en esencia, por supuesto, un profundo estudio de personaje, que tiene su fundamento en una actuación en verdad formidable de Javier Bardem. Pero es también una obra harto difícil que dudo alcance unánime beneplácito, por ubicarse justo entre caminos. Es demasiado larga y sombría para el público que ve al cine como espectáculo o entretenimiento; de fachada demasiado incómoda, hasta desagradable, para quienes prefieren al arty film de conceptos estéticos; cero complaciente a la vista del espectador acostumbrado a giros y resoluciones comerciales; e incluso muy lineal –y de foco único– para desencanto de esos cinéfilos expectantes de una nueva entrega a–la–Iñárritu de diversas capas en su estructura y punto de vista (si bien hay en Biutiful resonancias de los reclamos de Babel, y en Uxbal no poco de ciertos personajes de Amores perros y de 21 gramos).

Entonces, dualidad es un término vinculado a Biutiful, que por ende desconcierta en su primera y automática mirada. En conjunto, te apabulla su sordidez; su inicial turbiedad narrativa; sus personajes desarrollándose cuando aún no han sido presentados; su atmósfera entre clandestina y resignada; la pronunciación pastosa (o en susurro) de sus diálogos, muchas veces incomprensibles. Tampoco entiendes (en ningún momento del film) qué peso dramático o papel tiene en los eventos la relación homosexual entre los chinos patrones de los migrantes ilegales. De nuevo: en apariencia todo es dual o ambiguo o apenas subyacente, ante un espectador obligado a adivinar en exceso (a pesar de la notable fotografía de Rodrigo Prieto sobre los contornos y enigmas del rostro de Uxbal, y sobre los inquietantes espacios de una Barcelona periférica que uno no quiere conocer). Es pues cauto, obscuro, difícil, el balance sobre la película en esa primera mirada. Pero el buen cinéfilo se obligará a una segunda, que posibilite transparentar a Biutiful como la obra maestra que ya ven algunos, o que la ratifique como una obra sin duda loable y de méritos, pero trunca al final del día a despecho de un oficio fílmico comprometido y de estatura.

 
 
Copyright 1999-2010 Sierra Nevada Comunicaciones - All rights reserved
Bajo licencia de Demos Desarrollo de Medios SA de CV