Búsquedas en el diario

Proporcionado por
       
 
Miércoles, 13 de octubre de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla - Economía
 
 

A punto de extinguirse, el árbol del amate en San Pablito Pahuatlán: Libertad Mora

 

En las imágenes Libertad Mora y aspectos de la comunidad otomí de San Pablito Pahuatlán durante la elaboración de la artesanía / Fotos Rafael García Otero y Libertad Mora
TANIA DAMIÁN JIMÉNEZ

La comunidad otomí de San Pablito Pahuatlán elabora la artesanía del papel amate desde hace cuatro décadas, y esta actividad ha logrado reducir la pobreza de los habitantes, así como fortalecer sus tradiciones; aunque también ocasionó que hace 15 años se extinguiera el árbol del jonote, del cual se utiliza la corteza para hacer esos pergaminos. Pese a ello, no existe ningún programa gubernamental que reforeste este árbol, lo cual puede ocasionar su desaparición total en detrimento de la economía de la región.

Lo anterior es planteado por un estudio de Libertad Mora Martínez llamado “Reconfiguraciones culturales y estrategias de sobrevivencia otomí en San Pablito Pahuatlán”, quien estudió la carrera de Antropología Social en la UAP y ganó este año el premio nacional Noemí Quezada a la mejor tesis de licenciatura sobre pueblos otopames, el cual es otorgado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

Este trabajo de investigación valora por primera vez la importancia sobre la forma de vida de los otomíes de esta localidad, quienes pertenecen a la etnia ñañu, mostrando los cambios que han habido desde que el papel amate se empezó a comercializar y dejó de elaborarse sólo para fines rituales, pero sobre todo demuestra la creatividad con la que estos indígenas han logrado mejorar sus ingresos económicos sin cambiar su cultura, sino al contrario, reforzándola.

El problema hasta ahora es el ecológico debido a que los otomíes de esta comunidad ya no cuentan con jonote, a raíz de explotarlo por varios lustros para obtener la fibra, y ahora tienen que acudir a municipios cercanos, como el de Tlaxco, para conseguirla. Por ello la también estudiante de posgrado del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) urgió a las autoridades a aplicar algún programa de reforestación para lograr un uso sustentable de este árbol.

Libertad Mora mencionó que con la elaboración del papel amate, San Pablito se ha vuelto la localidad más importante del municipio, aun más que la propia cabecera, tanto en términos económicos como políticos. Agregó que una muestra de ello es que hace tres trienios gobernó el municipio de Pahuatlán un otomí, lo cual era impensable antes de que los pobladores realizaran esta actividad.

En su tesis relata los cambios que surgieron en la comunidad con la elaboración del papel amate. En primer lugar, dijo que ayudó a mejorar los ingresos económicos de los habitantes que antes sólo se dedicaban al campo. Con ello, de tener casas pequeñas de madera, las pudieron amplia y las construyeron de concreto.

 

El papel amate fortalece tradiciones

Otro cambio en la comunidad, con la elaboración del papel amate, fue el reforzamiento de sus tradiciones, ya que los pobladores tienen más tiempo y dinero para dedicarle a las mismas.

Sin embargo, con la crisis económica de los últimos años se ha reducido la venta de esta artesanía hasta 50 por ciento, al ser un poco cara, y los pobladores han tenido que emigrar hacia Estados Unidos, así como utilizar la corteza del tule para la elaboración de sus pinturas y diseños.

Antes de la crisis, los habitantes de San Pablito llegaron a producir hasta 2 mil pliegos diarios.

Pese a lo anterior, Mora mencionó que el papel amate tiene un gran potencial de venta en países europeos, asiáticos y americanos, debido a su originalidad. Por ello, insistió, se debe cuidar la fuente que lo provee, lo cual hasta ahora no se ha hecho.

La familia indígena otopame no es pequeña, pues incluye a las culturas otomí, mazahua, ocuilteca, matlatzinca, chichimeca y pame, cuya presencia es de las más antiguas en la zona centro del país, y en la actualidad estos grupos habitan algunas zonas del estado de México, Querétaro, Hidalgo, Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, Puebla, Veracruz, Tlaxcala y el Distrito Federal.

Libertad Mora sólo se centró en el pueblo otomí de San Pablito, y relató que la elaboración del papel amate, como ahora se conoce, inició cuando llegó un japonés a la comunidad y se llevó dicho artículo como curiosidad, el cual aún no se pintaba y sólo era usado con fines rituales.

A raíz de ello se empezó a comercializar el papel en pequeños trozos en la plaza de San Ángel de la ciudad de México. Ahí los otomíes platicaron con nahuas de Olintla, Guerrero, quienes sabían pintar y les enseñaron. Entonces, los pliegos comenzaron a ser pintados. Actualmente cada vez se crean nuevos diseños para su comercialización.

Antes de la década de 1960, los únicos que podían hacer el papel amate eran los curanderos, y era usado con fines rituales. Se recortaban figuras a quienes los pobladores en ceremonias religiosas se encomendaban o hacían peticiones. Ahora, además de que el papel amate continúa usándose con fines litúrgicos, también se comercializa, y es la principal actividad económica de la comunidad.

Los pobladores de San Pablito venden el papel amate en tiendas que abrieron en la comunidad, en las calles siguiendo a los turistas y además, van a comercializarlo en ciudades como Oaxaca, Tijuana, México, Guadalajara, Monterrey y Puebla. Asimismo, hay habitantes que exportan el papel a Estados Unidos, específicamente se vende en Miami.

Para Libertad Mora, la cultura indígena no puede verse con romanticismo y agregó que la corriente antropológica que señala que las etnias no deben comercializar los artículos que producen, sólo las condena a su desaparición. Al contrario, al obtener un ingreso por lo que hacen, le ayuda a las comunidades a revalorarlo y a seguir haciéndolo. “La única cultura que no cambia es la muerta, las demás siempre están en movimiento”, señaló.

Para hacer esta investigación, Mora visitó el pueblo otomí de San Pablito desde 2000, y al terminar su carrera en la UAP, vivió dos años en esta comunidad, con el fin de conocer las tradiciones de los pobladores y para que le mostraran el proceso de fabricación del papel amate.

 
 
Copyright 1999-2010 Sierra Nevada Comunicaciones - All rights reserved
Bajo licencia de Demos Desarrollo de Medios SA de CV