Los campesinos del ejido Cuanalá, en el municipio de Juan C. Bonilla, mantendrán cerrados los accesos al fraccionamiento Garzas que edifica la constructora poblana Ivi.
Esto en respuesta a la oferta que hizo la constructora de pagarles sólo 21 mil pesos por los daños que ocasionó a las parcelas de éstos al tratar de introducir materiales e insumos a través de los campos de labor de hombres y mujeres de este lugar, ubicado a unos 14 kilómetros al poniente de la capital del estado.
La presidente del comisariado ejidal, María Félix Toxtle Tepale, afirmó que los daños ocasionados por la constructora están en alrededor de 200 hectáreas y ascienden a varios millones de pesos, por lo que la cantidad que ofreció Ivi la calificó como de una burla.
Esta semana acudieron representantes de la empresa y mediadores del gobierno del estado para tratar de llegar a una solución con los pobladores, quienes desde agosto pasado comenzaron acciones de resistencia civil pacífica en contra de la empresa, a pesar de los daños que ocasionó a cultivos y tierras fértiles.
Sin embargo, Toxtle Tepale sostuvo que no existe ningún estudio técnico serio para sustentar el pago de 21 mil pesos, cuando los ejidatarios han demostrado tanto en documentos como en campo que sus perdidas son millonarias.
De acuerdo con los ejidatarios, existe un plan para urbanizar las más de mil hectáreas de tierras agrícolas que le restan a este municipio. La instalación de la Universidad Politécnica del estado en esta demarcación trajo consigo la construcción de fraccionamientos residenciales, para los cuales Ivi y otras constructoras compran a 50 pesos por metro cuadrado tierras fértiles que terminan vendiendo hasta en 8 mil pesos en el caso de espacios residenciales.
Las casas que ofrece Ivi en las diferentes secciones del fraccionamiento Garzas –que están a menos de 500 de la universidad, van de los 300 a los 530 mil pesos con menos 70 metros cuadrados de construcción– enfrentan juicios por parte de los ejidatarios, tal como lo muestran algunas mantas colocadas, en los que también se incluye al notario de Huejotzingo, Geudiel Jiménez, por haber escriturado.
Hasta ahora las viviendas carecen de un abasto propio de agua y de las nuevas secciones que pretende Ivi se desconoce cómo surtirá el líquido, pues los campesinos evitaron que la empresa se apoderara de un pozo comunal.
Para el presidente municipal José Romero Tehuitzil, el crecimiento habitacional en predios ejidales es un problema que heredó su administración pues fueron los anteriores gobiernos que autorizaron el crecimiento desmedido de la zona urbana municipal.