Sin duda alguna, uno de los errores mayúsculos que cometieron el marinismo y el PRI en el pasado proceso electoral fue descuidar la relación con el SNTE, ya que desde finales de 2009 el sindicato no recibió ningún ofrecimiento ni mucho menos un acercamiento de parte del titular de la SEP, Darío Carmona García, para evitar que la organización se acabara aliando con el candidato opositor, Rafael Moreno Valle Rosas.
Un aspecto poco conocido es que a principios de este año el SNTE sí buscó mantener en buen estado sus relaciones con el PRI, ya que a esas alturas todavía había dudas, en las dirigencias local y nacional del sindicato, de que el proyecto de Moreno Valle pudiera cuajar, avanzar. Y ante esa zozobra, la organización magisterial intentó respaldar a un candidato a un puesto de elección popular que saliera del grupo marinista, que fuera del posible agrado de las bases magisteriales y que sirviera para legitimar una posible alianza de la agrupación de profesores con el tricolor.
Como parte de esa búsqueda se propuso a Darío Carmona, para que él fuera quien pudiera aglutinar al marinismo y al PRI.
La idea era que ante la posibilidad de que un maestro pudiera ser gobernador o alcalde de la ciudad de Puebla, el SNTE, por medio del Partido Nueva Alianza, buscara formalizar una alianza con el Partido Revolucionari Institucional. De esa manera se podrían unir las dos estructuras y evitar una confrontación.
El proyecto se le hizo llegar a Elba Esther Gordillo Morales, la presidente del SNTE, quien por medio de una comunicación telefónica le respondió a quien le hizo la propuesta:
“Me parece bien; se ve que tú si sabes de cuestiones electorales”, habría respondido la maestra a uno de los secretarios seccionales de Puebla cuyo despacho se ubica en las cercanías del edificio de la SEP.
La confianza de que Darío Carmona se subiría al esfuerzo del SNTE es que el titular de la SEP, desde hace cuatro años, ha buscado cuidar su relación con Elba Esther Gordillo, a quien varias veces le habría pedido que una vez que concluya el presente sexenio lo ayude a continuar con su carrera política.
Tal parece que la idea del funcionario era la de brincar a un alto cargo en la SEP federal o que la mano de Gordillo Morales le sirviera para convertirse en alcalde de Puebla o en legislador federal.
Por esa razón, Carmona siempre buscó cultivar una buena relación con Fernando González Sánchez, el subsecretario de Educación Básica de la SEP a nivel federal, y quien es yerno de Gordillo Morales.
De tal forma que a principios de este año los dirigentes del SNTE hablaron con Carmona García, a quien le habrían dicho:
“Habla con el gobernador y dile que baje a Javier López Zavala de la candidatura de la gubernatura y que te suba a ti; de esa manera tendrá al SNTE, junto con su estructura y su dinero, haciendo campaña a favor del PRI. Y tal vez con ello se frene una operación electoral del gobierno federal”.
Quienes fueron testigos de esa negociación dicen que la idea era clara; sabían de antemano que el gobernador Mario Marín Torres no accedería a quitar de abanderado a López Zavala, pero creían que sí podría intentarlo con Mario Montero, para que éste no fuera candidato a alcalde de la capital y tal vez, con el fin de tener de aliado al SNTE, entonces accediera a dejar en esa posición a Darío Carmona.
Al escuchar la proposición del SNTE, dicen que Darío Carmona palideció, enmudeció, se sorprendió, mostró pánico, se atragantó, y su reacción dio a entender que él no haría eso, que no movería un dedo para que avanzara una propuesta de esa naturaleza.
Luego de que se platicó de esa propuesta, que fue rechazada de manera tajante por Carmona, se enfriaron, o mejor dicho se congelaron las relaciones entre el SNTE y el titular de la Secretaría de Educación Pública.
Queda claro que la lealtad de Darío Carmona al gobernador y Javier López Zavala tal vez fue lo que le hizo mostrar “miedo” al proyecto del SNTE. Eso es entendible.
Lo que no es comprensible es que desde diciembre de 2009, fecha en que el gobernador Mario Marín Torres se reunió en el Complejo Cultural Universitario con la cúpula del SNTE, encabezada por el líder nacional Rafael Ochoa, y acordaron crear una agenda para mejorar las condiciones de los docentes y de la educación en el estado, prácticamente no volvió a haber un solo acercamiento entre el marinismo y el sindicato magisterial.
La negociación salarial que pactaron, poco antes de las elecciones del 4 de julio, entre el gobierno del estado y el SNTE, no implicó una mejor relación entre ambas partes. Nunca se abordó el tema electoral. Parecía que las pláticas se daban en un año sin comicios.
¿Por qué Darío Carmona nunca movió un dedo para evitar que el sindicato acabara afianzando su alianza con Rafael Moreno Valle Rosas?
Muchas pueden ser las respuestas, las cuales van desde:
1. Soberbia de la gente de Javier López Zavala de creer que el SNTE no aportaría nada al frente opositor que encabezaba Moreno Valle.
2. Alguien frenó o se quedó con los fondos que se podían utilizar para negociar con el sindicato de maestros.
3. Creían que Elba Esther Gordillo descobijaría a Moreno Valle.
Al final el SNTE jugó un papel clave en la derrota de Javier López Zavala, no solamente por haber puesto su estructura en su contra, sino debido a que por medio del sindicato fluyeron recursos económicos y humanos, además de relaciones con el gobierno federal, a favor de Rafael Moreno Valle Rosas.
Tal parece que a López Zavala le pasó lo mismo que a Andrés Manuel López Obrador en 2006.
El tabasqueño recibió el ofrecimiento de Gordillo Morales de formar una alianza para ganar la presidencia de la República y el entonces aspirante de la alianza PRD, Convergencia y PT no aceptó y provocó que la profesora entonces buscara al panista Felipe Calderón.
En este año, Javier López Zavala pudo haber cultivado una alianza con Elba Esther Gordillo, y la acabó ignorando.