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Martes, 20 de julio de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 ALTERNATIVA ECONÓMICA 

La economía de Estados Unidos empieza a desacelerarse

 
ARTURO HUERTA

En el segundo trimestre de 2010 la economía de los Estados Unidos (EUA) tiene un menor ritmo de crecimiento en relación al primer trimestre, que fue de 3 por ciento. Ello es resultado de que están dejando de operar los estímulos fiscales que venían actuando en forma contra–cíclica, que se instrumentaron a raíz de la crisis de 2008–2009. En el mes de julio del presente año el índice de confianza de los constructores de casas en dicho país, cayó a su menor nivel en más de un año, luego de que expirara un beneficio tributario a los compradores de casas de vivienda.

La desaceleración de la actividad económica de tal país, ya se veía venir, como resultado del anuncio del gobierno de que disminuiría el déficit fiscal a la mitad para 2012, en relación al existente en 2009, que fue de 13 por ciento en relación al PIB.

Las empresas y las familias en los Estados Unidos no tienen condiciones de mantener la dinámica económica pos sí solos. Ambos tienen altos niveles de deuda, que requieren de crecimiento de sus ingresos para poder pagar su deuda, como para incrementar inversión y consumo, y no se vislumbran expectativas de que ello se dé en forma sostenida, dada la disminución del gasto público, como de los estímulos fiscales, que contraerán el mercado interno.

A pesar que el presidente Obama, señaló que duplicarían sus exportaciones en los próximos cinco años, no hay condiciones de crecimiento de la economía y del comercio mundial para que ello se realice.

La economía estadounidense no enfrentará condiciones de crecimiento para el mercado interno ni externo. Igual le acontece a la economía mexicana, la cual tiene una alta dependencia de nuestros vecinos del norte. El crecimiento que la economía nacional ha venido teniendo en los últimos meses, ha descansado en el crecimiento de las exportaciones hacia dicho país, ya que no tenemos condiciones internas para impulsar nuestra dinámica económica.

Al pasar a tener menor dinamismo la economía de los Estados Unidos, volverán a desacelerarse las exportaciones que se realizan a dicho país, así como la economía nacional, ya que el sector público no instrumenta política económica contra–cíclica alguna, y el sector privado nacional, tampoco tiene condiciones de impulsar la dinámica económica por sí solos.

La problemática de deuda los países europeos, afectará tanto la economía de Estados Unidos, como la economía nacional, tanto por el menor crecimiento de las exportaciones hacia dichos países, como por los menores flujos de capitales provenientes de tales países.

En el caso nuestro, varios bancos importantes ubicados en el país, son de origen y propiedad europea, por lo que al acentuarse los problemas de insolvencia en aquellos países, se afectarán los estados de balance de dichos bancos, lo que demandará transferencia de recursos hacia la matriz, teniendo ello implicaciones negativas sobre el comportamiento del sistema bancario nacional, y sobre la economía.

El escenario de la economía internacional no es nada optimista, y el problema nuestro es que dependemos de  variables externas. Es decir, de exportaciones, remesas e inversión extranjera, y al dejar de actuar éstas en forma positiva, se frena la economía nacional, y se recrudecen nuestros problemas.

Las autoridades federales, así como los senadores y diputados federales siguen sin entender la gravedad de la problemática del país. Muchos de ellos se pronuncian por mayor integración económica con los Estados Unidos, sin considerar que dicha integración no nos ha beneficiado, sino que nos ha llevado a estar más subdesarrollados, y a que el país no nos pertenezca.

No se puede plantear mayor integración hacia una economía que se ha apoderado de la riqueza nacional, y que además está en declive, y no volverá a ser el motor de la economía mundial, dado que sus problemas son reflejo del patrón de acumulación predominante, donde no se vislumbran expectativas de cambio alguno, no obstante la reforma financiera aprobada.

De no poner el centro en el crecimiento hacia adentro, seguiremos sujetos a los vaivenes de la economía internacional, con un alto costo económico, político y social.

 
 
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