“A éstas alturas Francisco Toledo es el artista más importante de México, tanto por su trabajo estético como por la relación social que ha establecido con su comunidad”, afirmó el pintor José Villalobos al festejar el 70 aniversario del creador oaxaqueño que en su natal estado ha sido homenajeado con una lectura de poemas y con la colocación de una manta en la que la comunidad artística, algunos paseantes y los habitantes de la ciudad expresaron su opinión con respecto al maestro juchiteco.
En entrevista telefónica con el pintor oaxaqueño, expresó que Toledo no sólo se ha distinguido en las artes plásticas, sino que su obra se ha volcado en establecer una amistad con la gente de su pueblo: desde el hombre que se acerca a pedirle un consejo hasta el artista en ciernes que le regala alguna obra suya y la mujer que le cuenta sus preocupaciones.
“Hay dos aspectos que distinguen al maestro sobre los demás pintores de la región y del país: primero, su trabajo como creador, y luego, su labor humanista con los grupos marginales”, agregó.
Refirió que ejemplo de ello es la labor que en últimas fechas está llevando a cabo en el taller de don Cecilio García, con quien comenzó a trabajar y a rescatar la fabricación del mosaico, a través de una convocatoria que logró reunir a varios de los artistas locales, quienes diseñaron y grabaron sobre el material. Cabe recordar que algunos ejemplos del ejercicio fueron expuestos en Puebla en el “Gabinete de arte”, un espacio ubicado en el Museo San Pedro de Arte, como parte de las actividades de la edición número XVII del Festival Internacional de Puebla. (La Jornada de Oriente, 19 de mayo de 2010)
“Él ha pasado de la teoría a la práctica. Se ha tomado la molestia de extender su trabajo hacia las artesanías y los oficios de la región, es decir, ha volcado su atención hacia la tradición de su tierra”, expresó el entrevistado, y refirió que en la actualidad Toledo trabaja en un taller de vidrio que construyó en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.
Recordó que hace unos 20 años, cuando vivió en el pueblo de Ixtepec, conoció y convivió con el grabador cuando éste había comprado una casa y vivía acompañado por su esposa y sus dos primero hijos. Y que a partir de ahí, la amistad ha sido esporádica pero constante.
Distinguió que otra de las características del oaxaqueño radica en el manejo de diversas técnicas, pues “un día trabaja el grabado, al otro se dedica a hacer cerámica y al tercero, a fotografiar”. Por ello, recordó que la crítica de arte Raquel Tibol lo nombró como el ceramista mayor que ha tenido México.
“La materia que toca, la convierte y la transforma en arte. Y luego le regresa al pueblo, con la mayor humildad, alguna parte de lo que él recibió”, afirmó el pintor.
Recordó que como parte de los festejos que se le brindaron el fin se semana pasado a Toledo, “muy a su pesar”, estuvieron la lectura de algunos poemas que escritores como David Huerta le dedicaron en su 70 aniversario. Además, en el exterior del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca se colgó una manta de 12 por 5 metros en la que los presentes dedicaron alguna frase a la manera de una enorme tarjeta postal.
