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Viernes, 9 de julio de 2010
La Jornada de Oriente - Puebla -
 
 

 CUITLATLÁN 

¿Dónde quedó el dinero que se dio a cristianos para votar por el PRI?

 
FERMÍN ALEJANDRO GARCÍA

Un par de preguntas que es pertinente hacer ahora, a cuatro días de los comicios ¿dónde quedaron los 150 mil votos que organizaciones cristianoevangélicas, encabezadas por Convicción Mexicana por la Democracia (CMD), ofrecieron al candidato del PRI, Javier López Zavala?, y ¿qué pasó con el dinero recibido del tricolor para que los líderes de esas agrupaciones movilizaran a los miembros de las congregaciones?.

Estas interrogantes son necesarias porque queda claro que el candidato ganador, el panista Rafael Moreno Valle Rosas, tuvo cuatro segmentos de la población que le aportaron el grueso de sus votos, los cuales fueron: los cristianos–evangélicos, de quienes se estima que por lo menos 100 mil  sufragaron por el aspirante opositor; otros fueron los maestros que movilizó el SNTE, así como la gente que  llevó a las urnas la estructura del PAN y los llamados electores switcher.

El actual proceso electoral vino a generar una de las más profundas divisiones en la comunidad cristiano–evangélica de Puebla, luego de la ruptura que se generó en mayo de este año entre los dos líderes de la asociación política Convicción Mexicana por la Democracia, Fernando Rojas Cristerna y José Alonso Trujillo Domínguez.

Rojas Cristerna, quien fue dirigente del sindicato del IMSS y regidor en Puebla,  era el enlace entre Casa Puebla y las comunidades cristianas evangélicas, pero se inconformó por una serie de incumplimientos de promesas por parte del Poder Ejecutivo y públicamente decidió apoyar a los candidatos de la coalición Compromiso por Puebla y romper con el PRI.

Frente a ese vacío que dejó Fernando Rojas, el dirigente nacional de CMD, Alonso Trujillo, aprovechó la coyuntura y se pronunció a favor del tricolor, ofreciéndole a Javier López Zavala 150 mil votos.

El desenlace de esta confrontación fue claro:

Alonso Trujillo pudo manejar e inducir a un número importante de dirigentes cristianos–evangélicos para apoyar a López Zavala; Sin embargo, las bases de las congregaciones, es decir los creyentes, nunca fueron convencidos del proyecto del candidato del PRI y acabaron votando por Rafael Moreno Valle y por Eduardo Rivera Pérez, el aspirante panista a edil de la capital.

Dicho de otra manera, ganó la corriente que encabezó Fernando Rojas Cristerna, junto con Raúl Castillo, quien siempre ha sido el enlace de fuerzas políticas con las comunidades evangélicas y  Enrique Borja, quien es uno de los pastores de mayor liderazgo en Puebla y desde principios de 2010 definió: “el cielo de Puebla se pintará de azul”.

Una vez que han pasado las elecciones, se puede suponer que ahora vendrá un proceso de reconciliación, que quedará atrás el tema electoral entre las agrupaciones religiosas no católicas. Eso no ocurre así, pues en algunas organizaciones cuyos directivos apoyaron a López Zavala ha empezado a haber reclamos y conflictos por el destino que hubo del dinero que fluyó durante las campañas.

Hasta ahora han trascendido cuatro grandes aportaciones:

1. Una vez que Fernando Rojas dejó la dirigencia estatal de CMD, a la que renunció públicamente, se supo que se habrían destinado más de 450 mil pesos para proyectos productivos de organizaciones cristianas.

Se dice que ese dinero fue repartido entre algunos líderes y que una parte mayor se la quedó una agrupación.

El problema que ahora hay es que ese dinero se tiene que justificar o comprobar su aplicación, y resulta que nadie se quiere hacer responsable de responder por la aplicación de dichos fondos.

2. A lo largo de la campaña se destinaron más de 200 mil pesos para organizar desayunos de apoyo a candidatos del PRI. A esas reuniones no llegó el número de asistentes ofrecidos.

3. Pocos días antes del 4 de julio se dice, que un conjunto de agrupaciones recibió 360 mil pesos para pagar los gastos de movilización de cristianos en la ciudad de Puebla que acudirían a votar por los candidatos del PRI.  Al final, en los números del tricolor no se ven reflejados los electores de dicho segmento de la población.

O por lo menos, no fueron los miles que se había mencionado que acudirían a las urnas a votar en contra del PAN.

4. El mayor caso de despilfarro se vio el pasado 26 de junio, cuando en el estadio Zaragoza se presentó el cantante y líder cristiano Marcos Witt.

 Resulta que Witt estaba haciendo una gira por el país y en estados en donde se presentaba fue aprovechado por grupos políticos cristianos.

En Puebla se especula que el grupo que el año pasado había creado en Puebla la estación Radio Vida –que fue clausurada por la SCT federal por no tener permisos de operación– convenció al PRI de que pagara el contrato de Witt, para que se reuniera a más de 10 mil cristianos a escuchar al cantante y, al mismo tiempo, convivieran con Javier López Zavala.

Se dice que grupos de apoyo del PRI habrían aportado 850 mil pesos para pagar el contrato de Witt.

Pero contar con ese dinero no significó tener la capacidad de convocatoria para ese acto, al que llegaron entre 2 y 4 mil asistentes, quienes pudieron cantar, orar y saludar a López Zavala, quien estuvo en el concierto. Al final, no pudieron juntar a las 10 mil personas prometidas, y los resultados contrastaron con lo ocurrido en Veracruz, en donde Marcos Witt se presentó y juntó a 17 mil personas, solamente que allá el acto no fue favorable al PRI, sino al candidato del PAN, Miguel Ángel Yunes.

Lo más sorprendente es que uno de los organizadores fue el predicador Julián Herrera, quien de Estados Unidos llegó a Puebla a apoyar las aspiraciones políticas de Javier López Zavala desde que éste era secretario de Desarrollo Social.

Y el día de los comicios, a un operador de Herrera se le vio trabajando para Moreno Valle.

Que alguien explique ese comportamiento. 

 
 
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