Cuetzalan. Lejos de fomentar la armonía con el entorno natural y cultural, el ecoturismo propicia una presión sobre los recursos naturales con la llegada masiva de visitantes, destruye los espacios sociales y biológicos y fomenta la folklorización de la cultura, además de que la resta importancia a la colectividad, expuso Gian Carlo Delgado Ramos, investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarios en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los ponentes del Foro de Consulta para incorporar propuestas ciudadanas al Ordenamiento Ecológico Territorial de Cuetzalan, celebrado el 14 y 15 de abril en esta ciudad.
“Se ha vendido el ecoturismo como una alternativa, incluso buena parte del proyecto de pueblos mágicos tiene que ver con eso. En realidad lo que ha propiciado es un turismo masivo ‘alternativo’ que empieza a hacer presión sobre los recursos naturales y a tener una influencia mayor en los esquemas culturales y tradicionales de las poblaciones. Se trata de vender al turista la oportunidad de tener contacto con la naturaleza, con lo tradicional y con el medio ambiente prístino, pero en realidad, lo que acaba sucediendo es que precisamente ese turismo empieza a destruir esos espacios sociales y biológicos, y resulta ser una gran contradicción”, indicó.
Durante una conferencia magistral en el segundo día del foro, señaló que el ecoturismo de gran escala fomenta grandes obras como la construcción de carreteras y autopistas de cuota, lo que provoca un desplazamiento mayor de turistas hacia ciudades como esta. Ejemplificó los casos de Tulum, en Quintana Roo, donde ya se habla de un aeropuerto, y de Tepoztlán, en Morelos, que de ser un “pueblito” acabó siendo un “parque de diversiones de los citadinos de la ciudad de México”; sin embargo, dejó en claro que no todo proyecto turístico en este tipo de lugares resulta negativo, pero tienen que considerar la preservación de la cultura y tradiciones, así como los ecosistemas y un turismo de menor escala para evitar que en 10 o 15 años esos pueblos se transformen.
A pregunta expresa, en un receso, sobre la construcción de una autopista propuesta por el candidato a gobernador de la coalición Puebla Avanza, Javier López Zavala, durante una reciente visita a esta ciudad, aseveró: “¿por dónde va a pasar la autopista? Ya de por sí los caminos son un problema, porque van fragmentando el ecosistema. Si con eso aumenta el número de visitantes, no solo se trastocan las dinámicas culturales, sino que lo genera más basura, mas residuos y mayor presión en el ecosistema”.
En su turno, Xanat Rojas, de la Coordinadora Regional de Desarrollo con Identidad (Cordesi), coincidió en que “el turismo convencional fomenta la comercialización de la cultura como un mero folclor en tanto a venta de las tradiciones y costumbres”, lo que está provocando la pérdida el patrimonio intangible. El representante de la Red de Turismo Alternativo (Reta) José Andrés García Bazán, propuso para el caso específico de Cuetzalan un estudio de potencial turístico para conocer la cantidad de recursos naturales y culturales y la manera de aprovecharlos de forma racional.
Según datos presentados por el Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder), en 1998 Cuetzalan registró una afluencia de 27 mil 790 visitantes, mientras que en la actualidad el número llega a 95 mil 417 por año, pero hay planes del gobierno con los cuales se busca que esa afluencia llegue a los 220 mil turistas, además de aumentar la estadía promedio de 1.66 a 2.2 días.
Entre otras propuestas de ese organismo de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), “lo más urgente es crear el reglamento municipal de turismo, en el cual se regulen los usos del patrimonio tangible natural, cultural y dignificar la cultura local”.
Pero “el problema no es la emisión de un lineamiento, sino que debe haber una prohibición de tajo para que los recursos públicos no se utilicen a favor de las empresas foráneas, ya que hay empresas que usan los recursos públicos en aras de asociarse con grupos locales”, afirmó Leonardo Durán, de la cooperativa Tosepan Titataniske.
En esta misma mesa participó la directora de la Telesecundaria de Tetsijtsilin, María del Coral Morales Espinosa, quien mencionó que uno de los méritos del plantel es haber hecho realidad la participación de los padres de familia en el proceso educativo. Dio a conocer que aunque la participación social se debe llevar a cabo por ley en nuestro país, la realidad es que menos de 10 por ciento de los planteles promueven una educación abierta a la comunidad, donde la educación se nutra de los saberes comunitarios.
Tocó el turno de Ofelia Pastrana Moreno, del Centro de Asesoría y Desarrollo Entre Mujeres, quien propuso “la integración de la perspectiva de la equidad en el ordenamiento territorial”, pues, según explicó, las mujeres aportan más del 80 por ciento del trabajo pero solamente poseen uno por ciento de la riqueza en el mundo, pese a que realizan 21 actividades en un lapso de 15 a 16 horas diarias.
Entre otros participantes destacó la de Ignacio Rivadeneira Pasquel que abordó el tema de pobreza y desarrollo, así como de Urbelinda Ferrofiuro, que habló de la experiencia en ordenamiento territorial del departamento de Santa Cruz, en Comarapa, Bolivia.