Desde joven le gustó el trabajo rudo y por falta de estudios no tuvo otra opción que dedicarse a la albañilería, a las labores del campo y a oficios diversos, pero eso no le impide que cada día aprenda algo nuevo para mantener su mente ocupada y “no pensar en cosas malas”.
A sus 55 años de edad, Manuel Rugerio todos los días sale a buscar trabajo en las obras de construcción que se realizan en el municipio de Chiautempan, con la ilusión de ganarse unas monedas para el sustento de su hogar, el cual ya nada más está integrado por él y su esposa, ya que sus tres hijos emprendieron su propia vida desde hace tiempo.
Manuel es entrevistado mientras toma el fresco debajo de un árbol en el parque de la ciudad de Santa Ana Chiautempan, pues ayer no consiguió trabajo a pesar de que recorrió varias obras en este municipio.
–¿A qué se dedica usted?–, se le inquiere a este señor originario del municipio de Santa Isabel Xiloxoxtla.
–Me dedico a la albañilería, pero no encontré trabajo este día a pesar de que busqué en varios lugares, las cosas andan por los suelos. Pregunté en algunas construcciones, pero me dijeron los maestros que las cosas están muy despacio.
–¿A qué atribuye usted que no haya trabajo?
–A la economía del país y los malos manejos de nuestras autoridades, ya que no se dedican a atender las necesidades de la gente.
–¿Nada más trabaja usted la albañilería?–, se le pregunta
–De lo que caiga, la situación económica es difícil y con llevar algo a la casa es suficiente. Trabajo dos o tres días a la semana, pero a veces no, pero así voy sobreviviendo.
–¿Qué otras cosas hace?
–Trabajo en el campo, pinto casas, lo que sea trabajo siempre es bueno.
–¿Cómo hace usted para buscar trabajo?
–Caminando, voy a donde hay obras en construcción y ofrezco mis servicios.
–¿Por qué se dedicó usted a la albañilería?
–Porque me gusta este oficio, me gustan los trabajos rudos, responde don Manuel con un aire de suficiencia.
–¿No estudió?
–Sólo hasta la primaria, pues por la economía familiar ya no su pudo más, aparte de que en mis tiempos no se acostumbraba los estudios en el nivel medio superior y superior como en la actualidad.
–¿A qué edad se casó usted?
–A los 22 años de edad, porque uno debe formar su hogar, no siempre debe uno estar solo, uno debe pensar en formar su hogar para no estar solo, hay que tener su patrimonio y una familia, responde.
–¿A qué se dedican sus tres hijos?– se le inquiere.
–Desgraciadamente dos de mis hijos tuvieron que emigrar a Estados Unidos porque no hay futuro en este país.
–¿De qué trabajan sus hijos?
–En un restaurante en Missouri, ellos tienen 23 y 28 años de edad.
–¿Y su hija a qué se dedica?
–Mi hija sigue en Tlaxcala, tiene 30 años de edad y es ama de casa.
–¿Qué le gusta a usted de la albañilería?–, se le pregunta.
–Pos todo, la albañilería es una profesión bonita, cada día aprende uno algo que no sabe hacer, es como la mecánica, la mente está ocupada para no pensar cosas malas, en lugar de eso hay que estar echándole ganas a la vida, eso tiene la albañilería, contesta.
–¿Cómo descubre que le gusta la albañilería?
–Porque es muy socorrida, nada más hay que saber trabajar bien en este oficio.
–¿Hay mucha competencia?
–Sí hay competencia, pero así es en todo, antes había mucho trabajo, cuando estaba el PRI en el gobierno había mucho trabajo, sobraba, nunca había carestía como ahora.
–¿Cree usted que con el cambio de partido en el gobierno mejore la situación?
–Son los malos manejos de las autoridades, de eso de que andan correteando a los narcotraficantes, deberían dedicarse a hacer más progreso para el país, más trabajo para los mexicanos. Se imagina toda esa gente que agarran, pos están en las cárceles y se imagina cuánto se necesita para darles de comer todos los días a esas personas. Además de pagarle a los soldados y a los policías que andan tras ellas todos los días.
“Imagínese, de donde sale toda esa economía, ya no alcanza, aquí, en China, en Japón o donde estemos la droga es la que mueve el mundo. Ni modos que seamos chiquitos para no entender, tenemos ojos y cerebro para darse cuenta de eso”, advierte.
–¿Cree que mejore la situación económica con el cambio de gobierno en Tlaxcala este año y en el país dentro de seis años?–, se le inquiere.
–La situación no puede cambiar en seis años, necesitamos darle tiempo al gobierno para que todo se vaya acomodando, cualquier autoridad no puede hacer las cosas de un momento a otro, hay que darle tiempo, me entiende.
–¿Qué va a hacer hoy que no trabajó?
–Pos a descansar.
–¿Tiene usted dinero para comer hoy?
–Claro, no estoy preocupado por vivir, por eso trabajo dos o tres días a la semana y cuando hay trabajo hay que echarle ganas y ahorrar.
–¿Cuanto gana usted por día en su trabajo como albañil?–, se le pregunta.
–Ganó por lo que hago, cuando me pagan por día cobro 250 pesos y si es por destajo, pos por lo que haga.
–¿Por qué trabaja usted a los 55 años de edad?
–Trabajo por necesidad, ni modos que me siente a esperar a que me den, hay que trabajar para sobrevivir, no se puede uno sentar.