Debido al alza del precio de la gasolina y de otros insumos, que impacta directamente los costos de operación de los productores, el presidente de la Cámara Regional de la Industria de la Masa y la Tortilla, Bonifacio Ladino Popócatl, confirmó que a partir de la primera semana de enero de 2010 el precio de la tortilla en Puebla podría subir hasta en un 35 por ciento; es decir, pasaría de 9 a 12 pesos.
“Va a subir probablemente hasta 12 pesos, cuando mucho. Todo depende de los costos del maíz, que tan sólo en el año ha subido en tres ocasiones: de diciembre de 2008 pasó de 340 pesos la tonelada del grano a 370 en la actualidad”.
Vía telefónica, explicó a La Jornada de Oriente que no hay un día fijo para el incremento; sin embargo, advirtió que comenzará la próxima semana, dependiendo del abasto de cada uno de los comerciantes. con ello desmintió lo publicado en algunos medios locales, en donde se aseguraba que este aumento podría ser de hasta 14 pesos.
En gran medida, explicó, “el incremento a la tortilla se debe a que ya subió el gas, la gasolina, la cal y la renta de los locales, entre otros insumos, además del pago del agua”.
Por lo pronto, las propietarios de las 2 mil 500 tortillerías agremiadas al organismo “tenemos que analizar cuánto nos están subiendo la materia prima para sacar una tabla de costo.
A lo mejor el precio se queda en 10 pesos, pero eso dependerá del último precio del maíz. De ahí partiremos”.
“Nosotros no queremos que suba, pero todo está por los cielos. A nivel nacional nos dijeron que no subirá el costo del maíz, no obstante es algo que tenemos que negociar con los productores para que el incremento no supere los cuatro pesos por kilo de tortilla”.
El comercio desleal
Las tortillerías vieron también mermados sus ingresos al bajar el consumo del producto, pues a diferencia de años anteriores aumentó el número de mexicanos que compraba “pesos de tortilla” en lugar de kilos. Otro factor ha sido la venta en súper mercados y tiendas de autoservicio que venden dicho producto en un promedio de 6 pesos. Pero, defiende: “no es lo mismo comer una tortilla fresca de maíz de nixtamal, que piezas refrigeradas de hasta 20 días con demasiado químico para que no se piquen”.
Por ello, expuso, hace falta regulación por parte de las autoridades estatales, para que fiscalicen tanto a los monopolios como a las tortillerías que no pagan impuesto. “La demanda es añeja, pero no nos han volteado a ver”. Finalmente, consideró que algunas tortillerías “son una bomba de tiempo”, pues a la falta de reglamentación los mismos propietarios instalan su conexión de gas y de luz eléctrica sin supervisión de Protección Civil.
