Brillante, extraordinaria en todo sentido y fuera de tiempo son al-gunos de los adjetivos que la es-critora Mónica Lavín utiliza para describir a Juana Inés de Asbaje, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, personaje alrededor del cual gira su nueva novela, Yo, la peor, que presentará en Profética el viernes 28 de agosto.
En una entrevista telefónica, la también responsable de Hotel Limbo (La Jornada de Oriente, 28 de agosto de 2008) platicó so-bre la experiencia de escribir so-bre un personaje fundamental de la historia de México.
“Tenía mucha incertidumbre de hablar sobre esta novela mien-tras la trabajaba; cuándo la iba a acabar o si la iba a acabar. De re-pente, Sor Juana es un mito. Hay muchos estudiosos de ella y ha-bía leído tanto sobre ella que no sabía cuándo me iba a dar el permiso de tomar mis propias decisiones respecto al interior del per-sonaje y sus conflictos”.
“En comparación con la escritura de Hotel Limbo, tú no sabes el destino de los personajes. Aquí sí conoces el destino del personaje principal y de algunos que la acompañaron. Eso te permite en-trar en su pellejo, en sus conflictos interiores y en la época”.
–¿Qué fue más difícil entonces, entrar en el pellejo de personas cuyos destinos ya conocía o el describir una época –el siglo XVII– que no vivió?
–Siempre los personajes son el mayor reto, porque hay que ha-cerlos creíbles. Necesitas la épo-ca como contexto para saber si ciertas situaciones que quieres plantear son creíbles, pero las pa-siones humanas son las mismas; por ejemplo, para crear uno de los personajes necesitaba saber si era posible que una esclava ne-gra viviera en un convento. Ya después las preguntas que surgen son cómo sería ser esa esclava o cómo vería ella a Sor Juana o si se enamoró o no, por ejemplo”.
Para construir personajes y at-mósfera, Lavín recurrió desde la música del siglo XVII hasta lecturas como Las trampas de la fe, de Octavio Paz, Fernando Bení-tez y sus Demonios en el convento, textos del Colegio de México que estudian la vida en el segundo siglo novohispano, así como a crónicas de Sigüenza y Góngora.
De igual forma, la propia Sor Juana fue una fuente directa a través de sus poemas, los cuales le permitieron a la escritora en-trar a la mística de la prosa de ese tiempo, “aunque el español utilizado es de este siglo”, aclara. “Pe-ro cuando Sor Juana aparece es-cribiendo unas cartas, sí necesito que tenga un sonido de otro tiem-po, pero en el español de ahora”.
Así, Lavín da vida a personajes y situaciones reales y de ficción –pero posibles, dice– que dan cuenta de la historia de la poetisa novohispana en tres mo-mentos de su vida. Desde sus primeros encuentros con las letras hasta su llegada a la corte de la virreina María Luisa Manrique y su entrada al convento.
“Quizá Sor Juana es un personaje que no atrae a los jóvenes; sin embargo, la novela aborda to-da su etapa juvenil –de los 16 a los 21 años–, cuando está en la corte. Es la etapa de la que me-nos se sabe y es una etapa que me permitió imaginar más y que permitirá a los jóvenes identificarse con ella. Fue una etapa de to-ma de decisiones para ella; aun-que no tenía la libertad que tenemos hoy, tuvo que decidir al me-nos si entraba al convento o no. O qué otros caminos tenía en su posición de mujer, bastarda y su-mamente inteligente”.
–Si no hubiera sido una novela tan cercana a la realidad, ¿qué destino le hubiera gustado escribirle a Juana de Asbaje en lugar del convento?
–Hubiera sido muy interesante mandarla a España. Ella tuvo esta posibilidad cuando estuvo en la corte de la virreina. ¿Cuál hu-biera sido el destino de una no-vohispana ilustrada en España en esa época? Estar lejos de la vi-sión que está en su propia poesía hubiera sido interesante. Verla casada no me hubiera interesado, definitivamente.
La presentación de Yo, la peor (Grijalbo, 2009) será este 28 de agosto a las 19 horas en Proféti-ca (3 Sur 701, colonia Centro).